Sánchez pasó de Seguridad Nacional, que le avisó de lo que pasaría con Marruecos si acogía al polisario
El DSN advirtió a Moncloa que el apoyo de Estados Unidos a Marruecos podía afectar a los intereses de España
La delegada del Gobierno en Ceuta trasladó a Interior en abril su "preocupación por la llegada masiva" de marroquíes
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El Gobierno de Pedro Sánchez sabía desde el mes de noviembre por indicación de Seguridad Nacional que el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario a causa del Sáhara Occidental había adquirido un cariz delicado y podía afectar directa y negativamente a los intereses de España. Pedro Sánchez ignoró la alerta y decidió acoger al líder del Polisario, Brahim Ghali, afectado por coronavirus e ingresado en un hospital de Logroño y que entró en España con documentación falsa. La gota que ha colmado el vaso y ha propiciado la reacción de Marruecos permitiendo la avalancha de unos 10.000 inmigrantes que han entrado de forma irregular en Ceuta, que es la frontera sur de Europa.
En concreto, el Departamento de Seguridad Nacional (DSN) alertó a Moncloa hace meses sobre cómo se estaba enquistando la pugna entre Rabat y el Polisario, interviniendo además Estados Unidos en apoyo de Marruecos, mientras España optaba por el distanciamiento. Para el DSN, el apoyo de la Administración estadounidense al régimen alauí en la disputa del Sáhara Occidental añadía una especial «complejidad» para España en la gestión de este escenario. Una alerta que el Ejecutivo de Sánchez ha ignorado por completo a tenor de los hechos que se han ido sucediendo.
«En la zona del Sáhara Occidental, desde noviembre de 2020 se ha avivado el conflicto en el área del Guerguerat, entre el Frente Polisario y las Fuerzas Armadas Reales marroquíes. Naciones Unidas contempla el Sáhara Occidental como un Territorio No Autónomo pendiente de descolonización. El reconocimiento por parte de Estados Unidos de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en diciembre de 2020 ha incrementado la complejidad de la situación», reza el informe de Seguridad Nacional de 2020, que adjunta además un mapa conceptual de las posiciones en el Sáhara.
Tal consideración es realizada dentro del «objetivo» del DSN que consiste en «asegurar la defensa de la soberanía e integridad de España y la protección de la población y el territorio frente a cualquier conflicto o amenaza, de forma autónoma o junto a socios y aliados». Asimismo, Seguridad Nacional se fija aquí la misión de «contribuir a crear un entorno internacional más estable y seguro mediante la proyección de estabilidad y el refuerzo de la cooperación con los socios, particularmente en las áreas de especial interés para España».
Este documento oficial, al que ha tenido acceso OKDIARIO, ha sido remitido recientemente a los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados y todavía tiene que ser expuesto en la Cámara baja por el director de Gabinete de Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, de quien depende orgánicamente el DSN.
Pese a esta advertencia, el Gobierno socialcomunista siguió manteniendo una posición hostil a ojos de Marruecos en relación con el conflicto del Sáhara. De hecho, ministros de Unidas Podemos, como el ex vicepresidente segundo Pablo Iglesias, llegaron a reclamar públicamente la celebración de «un referéndum libre, limpio e imparcial para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental».
Ante ello, Rabat fue lanzando señales al Gobierno de España de su malestar ante los mensajes al respecto que salían del Ejecutivo de PSOE-Podemos. Por ejemplo, el régimen alauí fue retrasando en los últimos meses la repatriación de aquellos marroquíes que se habían quedado atrapados por el cierre fronterizo en Ceuta debido a la pandemia. Todo ello, sin cesar los intentos de entrar en la ciudad autónoma de forma ilegal, como sucedió a finales de abril cuando llegaron a nado alrededor de 150 irregulares. Ya entonces, la delegada del Gobierno en Ceuta, la socialista Salvadora Mateos, trasladó al Ministerio del Interior su «preocupación por la llegada masiva» de ciudadanos marroquíes.
Identidad falsa
No obstante, el detonante de la crisis fue la acogida por parte de España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, de 71 años, en un hospital de Logroño (La Rioja). Con la identidad falsa de Mohamed Benbatouch y pasaporte diplomático de Argelia, a fin de burlar sus cuentas pendientes con la Justicia española, ingresó infectado de coronavirus con problemas respiratorios y un cáncer digestivo arrastrado durante algunos años.
El Ministerio de Exteriores confirmó la hospitalización de Ghali hace unas semanas y la justificó alegando «razones humanitarias». Sin embargo, Marruecos, que no fue informado por España de esta acogida, consideró que esta decisión del Ejecutivo de Sánchez quebrantaba la relación de «buena vecindad» entre ambos países y avisó el 8 de mayo de que tendría «consecuencias».
En este contexto, la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Cuca Gamarra, calificó este martes la situación en Ceuta de «máxima gravedad» y emplazó al Gobierno a garantizar la integridad territorial de las fronteras «con todos los medios precisos» y a «fortalecer» las relaciones diplomáticas con Marruecos. Pedro Sánchez, que viajó este martes a Ceuta y Melilla, anunció un refuerzo de la presencia del Ejército y los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la frontera.
Comparecencia de Redondo
Por su parte, Iván Espinosa de los Monteros, portavoz de Vox en la Cámara baja, recalcó que «la demostración de apoyo» de Estados Unidos hacia Rabat «tiene mucho que ver con el envalentonamiento de Marruecos de estos días». «Si España se dedica a despreciar a sus aliados internacionales, eso tiene sus consecuencias», y el país es visto en «una posición endeble», añadió el diputado, recordando que el presidente estadounidense, Joe Biden, todavía no ha llamado a Pedro Sánchez más de cien días después de tomar posesión. Vox ha solicitado la comparecencia, entre otras, del director de Gabinete de Presidencia, Iván Redondo, al considerar esta crisis un problema de Seguridad Nacional.