Ley de Memoria Democrática

PSOE y Podemos rebautizan el Valle de los Caídos con el nombre de un penal franquista: Cuelgamuros

La primera vez que el franquismo usó el término de Cuelgamuros en un documento oficial fue para dar nombre al presidio donde concentró a los presos que trabajaron en las obras

PSOE y Podemos cambiarán el nombre del Valle de los Caídos por «Valle de Cuelgamuros»

¿Por qué el Valle de los Caídos se llamará Valle de Cuelgamuros?

Valle de los Caídos
Francisco Franco y presos de la dictadura.
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

El Valle de los Caídos pasará a llevar el nombre de un penal franquista: Cuelgamuros. Es así cómo el rebautizado conjunto monumental que aprobará el Gobierno de PSOE y Podemos se convertirá de facto en un homenaje al sistema represivo del franquismo, ya que la primera vez que se utilizó Cuelgamuros en una denominación oficial durante la dictadura fue para dar nombre a un destacamento presidiario: el que durante años funcionó en el mismo paraje natural con presos obligados a trabajar en las obras del que Francisco Franco ideó como símbolo de «la dimensión de nuestra Cruzada, los heroicos sacrificios que la victoria encierra y la trascendencia que ha tenido para el futuro de España», según se lee en el decreto del 1 de abril de 1940 que aprueba su construcción.

El monumento funerario, con la cruz de 150 metros de altura y 46 metros de brazos flanqueada por las imponentes estatuas de la Piedad y los evangelistas obra de Juan de Ávalos, bajo las que se perforó la basílica, fue una construcción ejecutada con la ayuda de centenares de presos que el régimen concentró en el penal de Cuelgamuros. El destacamento comenzó a funcionar en 1943 y a finales de año contaba con 515 reclusos trabajando en la obra que, según el dictador, debía tener «la grandeza de los monumentos antiguos» para desafiar «al tiempo y al olvido».

De no haber tenido el PSOE y Podemos una memoria histórica tan frágil para redactar la ley que pretende fijar de manera unívoca la verdad de un periodo convulso del pasado de España, seguro que Cuelgamuros (por cierto, Cuelgamoros en su origen, denominación medieval que evolucionó con el paso del tiempo) no habría sido la mejor elección para quienes pretenden borrar todo rastro del franquismo y dignificar a sus víctimas.

Porque la primera vez que Cuelgamuros se utiliza en un documento oficial del régimen no es para referirse a una zona geográfica o entorno natural, sino al destacamento presidiario. Y no había que desempolvar escondidos documentos del pasado para saber que a escasa distancia de lo que después se convirtió en el conjunto monumental ejecutado por los arquitectos Pedro Muguruza y Diego Méndez, con una cruz imponente que la revista Blanco y Negro presentó en su día como «una maravilla técnica sin precedente», funcionaba lo que el franquismo definió en sus documentos oficiales como Destacamento Penal de Cuelgamuros, un presidio con barracones que se demolieron al concluir la obra, a finales de la década de los 50.

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) inició la pasada primavera unas excavaciones arqueológicas para «conocer in situ la vida de los que levantaron el Valle», según declaró a El País el director del proyecto, Antonio González Ruibal.

Levantar el Valle de los Caídos necesitó del trabajo de 20.000 personas a lo largo de los 20 años que duraron las obras. Como la mano de obra civil se demostró pronto insuficiente, hubo que recurrir a los presos, que por cada dos días de trabajo redimían entre dos y seis de cárcel. “Las constructoras pagaban al Gobierno lo mismo por cada trabajador, fuera libre o reo. Lo que ocurrió es que el Estado se quedaba con el dinero de los presos y sólo les entregaba el importe de las horas extras y las ayudas por hijo. Una miseria”, relata González Ruibal.

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