El PSOE acusa la desmovilización de su electorado en el ecuador de la campaña: «Algo no hacemos bien»
En el PSOE asumen el daño que les ha hecho Bildu y la incapacidad de capitalizar las promesas de Sánchez
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Preocupación en el cuartel general del PSOE, en el ecuador de la campaña electoral de las elecciones del próximo 28 de mayo. Los socialistas, según fuentes de la formación que dirige Pedro Sánchez, no están logrando movilizar a su electorado. Y asumen que «algo no hacemos bien», aunque reconocen no encontrar los fallos que están cometiendo para no animar a los suyos. Los mítines del presidente están muy alejados de su principal competidor, Alberto Núñez Feijóo, en número de asistentes. Y en la capital de España, la alcaldable Reyes Maroto ha dejado estampas de actos con menos de 30 personas.
La subasta electoral de Sánchez, usando los actos de partido para anuncios gubernamentales, no está logrando el efecto movilizador que pretendían desde Ferraz. Los estrategas se lanzaron a por el voto de los más jóvenes, que son los más alejados de las posiciones socialistas, con la construcción de más pisos en alquiler, avales para la compra de la primera vivienda o ayudas para las familias.
A esta dificultad del PSOE para llegar a los que no están completamente convencidos, logrando que acudan a sus actos electorales, se le suma el impacto que ha tenido la decisión de sus socios de Bildu de llevar a etarras en sus candidaturas. Aunque Sánchez y sus ministros han tratado de sortear la polémica, pasando de puntillas sobre la misma, en Ferraz asumen que puede tener un impacto directo sobre su intención de voto.
Con todo esto sobre la mesa, y unos sondeos que no acaban de transmitir confianza en los principales feudos que están a día de hoy en manos de los socialistas, en la sala de máquinas de Ferraz tratan de «reconducir la situación». La primera decisión, explican fuentes del partido, es la de la contención de daños por la irrupción de ETA de nuevo en la campaña. La máxima es proteger a Sánchez de bajar al barro y que sean ministros, candidatos y José Luis Rodríguez Zapatero los que planten cara al PP.
A partir de ahí, y hasta el viernes 26 de mayo, cuando el secretario general cerrará la campaña en Barcelona junto al alcaldable Jaume Collboni, la voluntad del PSOE es «cambiar el curso de las cosas». Que no se hable de ETA y Bildu y «consigamos volver a llevar la iniciativa con nuestras medidas y anuncios» que se aprueban en Consejo de Ministros. Los votantes entre los 18 y los 40 años seguirán siendo la prioridad de Sánchez. Son «los más difíciles de convencer».
Respecto a los territorios, explican fuentes del partido, la Comunidad Valenciana, la capital del Túria, Sevilla y Barcelona siguen siendo las zonas que más preocupan. En el caso de la Generalitat y Sevilla, para no perder el poder que tienen en la actualidad. En Valencia y Barcelona, porque el PSOE se ve fuerte para hacerse con ambos ayuntamientos. Los pueblos de Andalucía, con el fin de preservar la presidencia de las seis diputaciones provinciales que permiten a los socialistas repartir subvenciones, también están en el punto de mira.