Presos etarras logran su traslado desde Francia para disfrutar de los privilegios de las cárceles vascas
En 2015 había 92 presos de ETA en Francia, ahora sólo quedan 8 y la mitad busca cómo volver
Los presos de ETA quieren volver a España, en concreto a las cárceles del País Vasco bajo control del Gobierno autonómico de Iñigo Urkullu, y que en unos meses podrían estar bajo la gestión de EH Bildu. Prisiones donde se les dan facilidades para permisos, acceso a cursos y donde el «arraigo» se ha convertido en la llave para conseguir un tercer grado y salir de la celda. De los ocho etarras que aún quedan en cárceles francesas -la mayoría en la sureña Lannemezan-, alrededor de la mitad ya han solicitado que se gestione su traslado. En este 2023 lo han conseguido 4 presos.
Hubo un tiempo en que los etarras preferían ser capturados en Francia que en España. Así, se librarían de ciertas políticas de excepción penitenciaria creadas por el Gobierno español para hacer mella en el poder organizativo del colectivo de presos etarras y como medida de presión para buscar la colaboración de los terroristas en la investigación de crímenes sin resolver. Pero todo eso ha cambiado con el fin de la dispersión y con la cesión de competencias penitenciarias al País Vasco.
Fuentes conocedoras de estos procesos de traslado explican a OKDIARIO que a lo largo de 2023 han sido cuatro los presos que han abandonado la cárcel rumbo al País Vasco. En octubre le tocó a Asier Oiarzabal, rumbo a Martutene (Guipúzcoa). La última, Aitzel Iriondo, recientemente trasladada también a Martutene.
Sobre la mesa están los atractivos que ofrecen las cárceles vascas a cualquier recluso de ETA. En primer lugar, la posibilidad de obtener puntos por «arraigo» al País Vasco -tener familia residiendo cerca de prisión o hablar euskera- para conseguir permisos o el acceso al tercer grado. Fuera del País Vasco se les exigía condenar el terrorismo y colaborar para esclarecer crímenes. Además, las cárceles vascas ofrecen toda suerte de cursos y ocupaciones para los reclusos, como alfarería o jardinería. Y los regímenes de visitas son muy flexibles.
Los que no quieren volver
Según fuentes consultadas por OKDIARIO en el ámbito penitenciario, los presos que no se han mostrado interesados en un traslado eventual a cárceles vascas son aquellos que aún están reclamados por la Audiencia Nacional por causas sin juzgar. Por ejemplo, el ex jefe de ETA Garikoitz Aspiazu, Txeroki. El mismo al que Interior permitió hace un año pernoctar en las cárceles vascas de Zaballa y Martutene durante un traslado de Madrid a Lannemezan. Allí pudo reunirse con otros antiguos compañeros de actividad criminal, como Francisco Javier García Gaztelu, Txapote.
Sólo quedan ocho
A día de hoy, y si no hay movimientos en las últimas dos semanas del año, 2023 se cerrará con 8 presos de ETA cumpliendo condena en Francia. Siete de ellos están en Lannemezan, al sur del país y a unos 300 kilómetros del País Vasco. Sólo una presa, Ainhoa Ozaeta, se encuentra en la cárcel de Sud Francilien, al sur de París. Fue la mano derecha de Josu Ternera en la dirección de ETA y se convirtió en la voz del grupo terrorista. La que leía los comunicados, como el que puso fin a la tregua de 2007. A día de hoy, sumando los presos de España y Francia, Ozaeta es la única que está alejada del País Vasco.
En la última década, las cárceles francesas se han ido vaciando de presos de ETA a una velocidad significativa. En 2015, los registros muestran la presencia de 92 terroristas de la banda repartidos en 26 cárceles galas. Hoy sólo queda apenas una décima parte de ellos.
El caso Ternera
Caso aparte es el del que fuera número uno de ETA Josu Ternera, quien debería estar a estas alturas preparando las maletas en Francia para presentarse al juicio en la Audiencia Nacional por el atentado de 1987 contra la casa-cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza. Murieron 11 personas, 5 de ellas niñas de entre 3 y 7 años. No es asunto menor: la Fiscalía le pide 2.354 años de cárcel. Sin embargo, París no da luz verde a su entrega y el juicio está paralizado.
Un alto funcionario de la Asamblea francesa se ha reunido recientemente en la embajada de Madrid con representantes de las víctimas de ETA para trasmitirles que si el proceso de entrega está bloqueado es, en buena parte, porque el Gobierno no ha cubierto la vacante de juez de enlace en Francia. Un puesto que lleva un año vacío y cuya labor en París sería esencial para traer a España a Ternera y a otros jefes de ETA. Tras las explicaciones francesas, la conclusión a la que llegan las víctimas tras ese encuentro de la asociación Dignidad y Justicia es demoledora: «No hay interés en Moncloa» por traer a Ternera.
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