El presidente de la Cámara de Barcelona pide financiar al impostor que dice que Shakespeare era catalán

Canadell
El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell.

El nuevo presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ha pedido a sus seguidores que ayuden a financiar, con aportaciones voluntarias, al Institut Nova Història (INH) que sostiene que Miguel de Cervantes, Marco Polo, Leonardo da Vinci, William Shakespeare, Santa Teresa, Erasmo de Rótterdam, Copérnico, Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Lope de Vega y Garcilaso de la Vega eran catalanes.

Joan Canadell (que es propietario de la empresa de gasolineras Petrolis Independents) ha revelado que cada mes aporta 200 euros para financiar las investigaciones de Jordi Bilbeny y del resto de pseudohistoriadores que fabrican estas teorías para alentar las reivindicaciones de los independentistas.

El nuevo patrón de los empresarios de Barcelona está convencido de que el Descubrimiento y la colonización de América fue una gesta «catalana», pero esta verdad se ha ocultado durante siglos porque la historia está «manipulada».

Canadell es un admirador de las teorías conspiranoicas del Institut Nova Història (INH) y pide apoyo económico para que esta asociación pueda seguir delante con sus «investigaciones» porque «alguien ha de cuestionar la historia oficial de nuestro país. No es posible que alguien aún crea que la expedición de Colón se pagó con las joyas de [la Reina] Isabel».

Servent escribió los dramas de Shakespeare

«Está documentado que tras la primera expedición había mercaderes valencianos (nación catalana)», apostilla el empresario de las gasolineras, «y tras la segunda los catalanes. Es muy probable que después de comerciar durante siglos por todo el Mediterráneo quisieran ampliar horizontes. Alguien ha de revisar la manipulación de nuestra historia».

Joan Canadell responde así a la polémica creada por el diputado de ERC Gabriel Rufián, quien ha pedido que ni un euro público sirva para financiar a los farsantes del Institut Nova Historia: «Ninguna pseudociencia ni ninguna seudohistoria debería financiada con dinero público», escribió Rufián en Twitter, «ni el tierraplanismo, ni el antivacunismo, ni el Institut de Nova Història. Ya vale de dar excusas a quienes nos quieren pequeños, ridículos, enfadados y perdiendo».

Aunque lo cierto es que ERC otorgó en 2013 al Institut Nova Història su Premi Nacional President Lluís Companys, en reconocimiento a «su labor de investigación, estudio y divulgación de la historia de Cataluña, con un carácter iconoclasta e innovador (…), y por su compromiso con el conocimiento de la historia de Cataluña».

Jordi Bilbeny y el resto de pseudohistoriadores de esta asociación sostienen que Miguel de Cervantes era en realidad Joan Miquel Servent (nacido en Jijona, Aragón, y por tanto «catalán»). Pero además han descubierto que todas las obras de William Shakespeare en realidad las escribió Miguel de Cervantes, es decir, el catalán Miquel Servent.

De hecho, los impostores del Institut Nova Historia (INH) pregonan que todas las obras del Siglo de Oro español fueron escritas originalmente en catalán, y luego traducidas de un modo muy torpe al castellano. Porque Lope de Vega, Garcilaso, Santa Teresa de Ávila y los autores de El Cantar del mio Cid, La Celestina y El Lazarillo de Tormes eran en realidad catalanes. Estos últimos son autores «anónimos», porque tuvieron que ocultar que eran catalanes para evitar que los persiguiera la Inquisición.

Cristóbal Colón, bisabuelo de Artur Mas

Lo mismo ocurre con los principales conquistadores y exploradores del continente americano, desde Pizarro a Hernán Cortés. Una de las teorías más delirantes del Institut Nova Història sostiene que el filósofo Erasmo de Róterdam era hijo de Joan Colom, es decir, del descubridor Cristóbal Colón. Y ambos son antepasados directos del que luego sería presidente de la Generalitat Artur Mas. Américo Vespucio, que dio nombre al nuevo Continente, también era catalán: en realidad se llamaba Aymerich Despuig.

Los mismos «investigadores» han averiguado que Leonardo da Vinci era en realidad catalán, porque el paisaje de fondo de la Gioconda tiene cierto parecido con la montaña de Montserrat. Y todo así. Los miembros del Institut Nova Història reconocen que no han pisado en su vida un archivo, pero aseguran que han realizado estos sensacionales descubrimientos «leyendo entre líneas» las crónicas oficiales que a lo largo de los siglos han pretendido borrar el pasado glorioso del pueblo catalán.

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