El gurú de Aznar y Rajoy exigió que en sus exequias no hubiera “ningún símbolo religioso”

El que fuera el asesor más poderoso que hubo jamás en el Partido Popular, Pedro Arriola, dejó dicho antes de morir que no deseaba que durante su velatorio y entierro hubiera signo religioso alguno y tampoco se llevara a cabo funeral de esta naturaleza.

En efecto. En la noche del pasado viernes, Arriola, consultor sociológico durante más de 30 años con los presidentes del Partido Popular, José María Aznar, primero, y Mariano Rajoy después, falleció después de un “aceleradísimo proceso degenerativo cerebral”, según han manifestado personas de su entorno profesional y familiar a este columnista.

Su féretro, instalado en el Tanatorio La Paz (Tres Cantos, Madrid), estaba rodeado de coronas de flores de amigos, familiares y colaboradores, así como de la propia formación política a la que sirvió profesionalmente durante tres décadas. Sin embargo, llamó la atención la ausencia de cualquier símbolo religioso.

“Arriola se confesó agnóstico por completo a lo largo de toda su vida, aunque respetaba las creencias de los demás…Y ha querido ser consecuente consigo mismo…”, comenta una de las personas que trabajó en su despacho de la madrileña calle de Narcisos, 13.

Homenaje civil

La familia, sin embargo, ha pedido a sus antiguos colaboradores que ofrezcan ideas acerca de cómo organizar un homenaje “completamente civil” que reivindique su aportación a la ciencia de la Sociología aplicada en concreto a la política, si bien trabajó para empresas privadas que compatibilizó con su consultoría con el PP.

“Lo más probable, señala otra fuente, es que pasadas unas semanas, se convoque dicho acto civil…” Probablemente, intervengan los dos “clientes” para los que trabajó decisivamente en vida. También colaboradores y amigos reconocidos.

Tanto para José María Aznar como Mariano Rajoy -la única herencia profesional duradera que el gallego mantuvo de Aznar-Arriola Ríos fue una persona “fundamental” no sólo durante el ascenso al poder nacional, sino también para su mantenimiento.

Objeto de fuertes críticas internas por errores  cometidos al ningunear la fuerte aparición de Podemos y Ciudadanos, la llegada de Pablo Casado, tras la crisis interna de 2018 cuando Rajoy fue desalojado de la presidencia del Gobierno -moción de censura que aupó a Pedro Sánchez tras la primera sentencia del Caso Gürtel- supuso el fin de su sustancioso contrato que mantenía que el partido de centroderecha.

Unos meses más tarde, en 2019, presentaba sus papeles en las oficinas de la Seguridad Social de la calle Cedaceros, justo al lado del Congreso de los Diputados, para comenzar a percibir su jubilación.

Su intención era instalarse en su tierra natal andaluza; sin embargo, pronto aparecieron los primeros síntomas de su enfermedad cerebral que le ha conducido a la muerte.