El PP impone sus reglas para negociar: “Hasta que no se vaya Sánchez, la política española no se desbloquea”
El PP ha pasado de tener 66 escaños a un total de 88 más 2 de Navarra suma. Y eso significa que el partido de Pablo Casado es la única vía de escape de Pedro Sánchez si el candidato socialista quiere gobernar sin los separatistas y los proetarras. Pero, más bien, es la vía de escape de otro tipo de socialismo sin Sánchez. Porque la frase que hoy ha dejado sentada la cúpula del PP es la de que «hasta que no se vaya Sánchez, la política española no se desbloquea».
En las filas ‘populares’ no quieren ni hablar de una posible abstención para permitir la gobernabilidad del PSOE. Porque tienen el convencimiento de que los socialistas no van a renunciar a sus pactos con los separatistas, golpistas, comunistas, o proetarras. Pero tampoco quieren renunciar a que, desde las propias filas socialistas, haya un movimiento de reconocimiento de que en estos momentos el PSOE se ha convertido en la principal puerta de entrada en el Hemiciclo para todos aquellos que quieren dinamitar el sistema constitucional.
Las condiciones del PP para empezar a observar un posible desbloqueo pasan, como ya ha dicho en reiteradas ocasiones Pablo Casado, por una renuncia inmediata del PSOE a todos sus pactos y alianzas con ERC, PDeCAT, EH Bildu y el resto de fuerzas golpistas.
Sin ese paso previo, no será posible un diálogo con los socialistas.
Pero, es más. Tampoco son admisibles para el PP los pactos que mantiene PNV con los socialistas para avanzar hacia una autodeterminación por medio de nuevo estatuto de autonomía. O los pactos de los socialistas con los nacionalistas vascos para acelerar el traslado de presos etarras a las cárceles vascas. O los acuerdos de gobernabilidad de Navarra con los separatistas vascos y los proetarras. O, sólo por citar algún ejemplo más, los acuerdos con los separatistas para perseguir -con leyes autonómicas contra los supuestos abusos policiales- a los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil.
Todos esos pactos entre socialistas y separatistas conforman un universo que hace imposible que el PP llegue a ningún acuerdo con los socialistas hoy por hoy para desbloquear la situación. Pero, además, desde el PP recuerdan que todos esos pactos tienen un responsable: Pedro Sánchez. Y que, por lo tanto, Sánchez debe asumir su responsabilidad e irse. Y solamente a partir de ese momento se podrá hablar de que el PSOE mantiene un contexto puramente constitucional y, por lo tanto, se podrá empezar a hablar con esta formación.
A la vista de los resultados de los primeros sondeos de la noche electoral del 10 de noviembre, el secretario general del PP, Teodoro García-Egea, ya avanzó que «de confirmarse la caída de escaños del PSOE, Pedro Sánchez debería empezar a pensar en irse».
El número dos del PP advirtió que esos primeros sondeos ya recogían que «solo hay dos alternativas para gobernar: o Pedro Sánchez o Pablo Casado».
Ahora, confirmados ya los resultados electorales, la cuestión es aún más directa: o España camina a unas nuevas elecciones, o Pedro Sánchez gobierna con proetarras, comunistas, golpistas y separatistas. Porque el PP sólo aceptará empezar a hablar cuando Pedro Sánchez y su corriente de pactos anticonstitucionales salgan del PSOE.