El PP centrará sus esfuerzos en «cerrar flecos» con el PNV ante el ‘no’ del PSOE a los Presupuestos

Hacienda
La vicepresidenta del Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. (Foto: EFE)

Una sola reunión, dos actitudes muy diferentes. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, se reunió este martes con el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, para pedir su apoyo de cara a aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017. El vasco salió decepcionado del encuentro asegurando que había sido «una reunión sosa» y lanzando el siguiente órdago: «La condición imprescindible para abrir siquiera una negociación pasa por que el Gobierno cambie la forma de acercamiento entre instituciones y partidos. En caso contrario, no habrá nada que hacer, que se olviden».

Fuentes conocedoras desvelan a OKDIARIO que esperaban que la vicepresidenta se dejara de «preliminares» y expusiera claramente «la agenda vasca» con el famoso «cupo» al País Vasco, así como un «trato igualitario» para la región, lo que cifran desde julio en casi 1.400 millones anuales de las arcas del Estado. «Se habló de muchos temas durante una hora y, por supuesto que se habló de cifras», cuentan fuentes gubernamentales. Algo que Esteban desmintió a los periodistas diciendo que «no mencionó ni una sola cifra». «Si pretenden leña y grano, no….», se lamentó el portavoz vasco, quien añadió: «Lo que hace falta es que cese la leña y luego veremos si hay balón para jugar el partido».

En cualquier caso, Esteban insistió en que en este encuentro no ha habido ningún tipo de intercambio de documentos y admitió que para tener una posición definida «necesitaría muchísimos más datos» que los que le ha dado Sáenz de Santamaría, que sólo le ha hablado del panorama económico. En modo irónico, el peneuvista no descartó que el Gobierno se vea obligado a negociar con el PSOE los presupuestos al no poder contar con el PNV.

El vasco insistió en que el Ejecutivo sabe cuáles son las «chinitas» que molestan al PNV y, a la pregunta de si ha pedido partidas presupuestarias determinadas a la vicepresidenta, subrayó que no le ha reclamado «nada» más que el citado cambio de actitud. «Vuelvo a insistir, si el PP quiere negociar con el PNV los presupuestos, antes tiene que darse una premisa, que tiene que haber otro tipo de actitud. El diálogo no es sólo que te llamen a una reunión», dijo para continuar señalando que no se han emplazado a otra reunión.

Por su parte, la vicepresidenta señaló a los medios a su salida que “ha sido una primera aproximación a un asunto complicado”. Sáenz de Santamaría dio por descontado que el Ejecutivo tendrá “sensibilidad foral” ante las pretensiones y peticiones de los nacionalistas vascos, pero prefirió hacer hincapié en que se había limitado en esa primera reunión a explicar los trámites del proyecto de Presupuestos y los compromisos, de fondo y de calendario fijados desde Bruselas.

La visión del Gobierno

La perspectiva del Gobierno es muy diferente a cómo lo vio el portavoz del PNV en el Congreso. «La reunión ha ido muy bien y hay flecos que pulir», señalan fuentes gubernamentales. Las mismas que aseguraron sentirse optimistas ante el persistente «no es no» del PSOE. Precisamente, el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando, dejó claro este martes que los socialistas esperarán al Consejo de Política Fiscal para conocer la propuesta del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre el techo de gasto. Algo especialmente relevante para los barones socialistas ya que determina el presupuesto futuro de las Comunidades Autónomas donde gobiernan. «Reuniones hemos tenido con ministros pero no hemos querido entrar», confirman fuentes socialistas, que admiten contactos previos sin «entrar» a negociar nada, según insistieron.

Fuentes populares señalan que lo mejor, por el momento, es esforzarse en «profundizar» los contactos con el PNV de cara a aprobar los Presupuestos. Para ello, y tal como publicó OKDIARIO, estarían a favor de facilitar el AVE al País Vasco. Una premisa contenida en «la agenda vasca».

Las obras corresponden al Estado, al ser de su competencia como el resto de líneas ferroviarias que discurren por las comunidades autónomas. Sin embargo, los vascos prefieren ejecutarlas ellos y descontarlo así del famoso cupo. Hasta ahora, el conflicto, tal y como explican en la agenda vasca, reside en que los alcaldes de Bilbao, Vitoria y San Sebastián buscan soterrar las vías del tren. Algo demasiado costoso, según el Gobierno.

El propio Esteban destacó el lunes que confía en que el nuevo ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, va a ser “más positivo” que su antecesora en el cargo, Ana Pastor, y remarcó que no le cabe duda de la entrada soterrada del tren a las ciudades vascas si no se quiere hipotecar una parte importante de las mismas. A juicio del portavoz del PNV, si el Gobierno central tiene voluntad, los próximos cuatro años “puede hacer todo, incluida la conexión Burgos-Alava”, por lo que “en sus manos está el que avance o no” la llegada de la alta velocidad al País Vasco.

Unas palabras esperanzadoras que este martes fueron mal disimuladas por parte de Esteban. Ambos no descartan nuevas reuniones y pelearán en arduas negociaciones para ver quién consigue llevarse la mejor parte. Forma parte de la estrategia política de disimular hasta que todo no quede cerrado y por escrito.

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