Piden al Papa que no beatifique a Companys: «Fue responsable del asesinato de 1.500 curas y monjas»
Un grupo de católicos catalanes pidió en noviembre de 2010 al Papa Benedicto XVI que pusiera en marcha el proceso para reconocer al ex presidente de la Generalitat Lluís Companys como «Siervo de Dios», el paso previo a su beatificación.
En una carta enviada al Vaticano a través del entonces arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, argumentaban que Companys «ha pasado a la historia por ser el único presidente democráticamente elegido asesinado en Europa durante la Segunda Guerra Mundial».
La asociación Cataluña pueblo de España, fundada la pasada primavera en Lausanne (Suiza), ha querido advertir ahora al Papa Francisco de quién fue realmente el ex presidente Lluís Companys, para evitar que tenga la tentación de elevarlo a los altares.
El presidente de esta asociación, François Meylan, ha dirigido una misiva al Papa Francisco en la que solicita que le reciba en audiencia y denuncia el apoyo de amplios sectores de la Iglesia catalana al golpe de Estado separatista de Puigdemont y Torra, como ha informado OKDIARIO.
En el dossier de 24 páginas remitido al Vaticano, Meylan recuerda que el ex presidente Companys fue responsable de más de 8.000 asesinatos cometidos en Cataluña durante la Guerra Civil, incluyendo la muerte de más de 1.500 curas y monjas, que en muchos casos sufrieron además torturas y violaciones. Decenas de estos religiosos han sido reconocidos ahora por la Iglesia como mártires, en un proceso que se inició durante el Papado de Juan Pablo II.
No son las únicas muertes que pesan sobre las espaldas de Lluís Companys, quien el 6 de octubre de 1934 dio un golpe de Estado contra la Segunda República, proclamando la independencia de Cataluña desde el balcón de la Generalitat. Su intentona golpista apenas duró 10 horas, pero 96 personas perdieron la vida en los enfrentamientos entre las tropas enviadas por el Gobierno legítimo de la República y los Mossos d’Esquadra, dirigidos por el conseller de Gobernación Josep Dencás, quien ante la derrota optó por huir por las alcantarillas.
Lluís Companys y los miembros de su Govern fueron condenados a 30 años de cárcel, como autores de un delito de rebelión contra la República. Pero fueron indultados por el PSOE, tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936. La Historia se repite.
Ya restituido como presidente de la Generalitat, tras el inicio de la Guerra Civil Lluís Companys creó el Comité Central de Milicias Antifascistas y ordenó repartir 20.000 armas. Las empuñaron los anarquistas de la FAI y los escamots, los grupos de pistoleros creados por los independentistas de ERC y el Estat Català a imitación de las milicias fascistas de Mussolini. El espejo en el que se miran el actual presidente Quim Torra y los CDR en los que militan sus hijos.
Como recuerda el dossier enviado este fin de semana al Papa Francisco, las primeras víctimas de estas armas fueron las monjas y sacerdotes. Además, fueron saqueados e incendiados más de 7.000 templos en toda la región, lo que produjo la destrucción de auténticos tesoros artísticos.
El presidente Companys propició también la celebración de juicios populares en los que eran condenados, sin ningún tipo de garantías legales, los sospechosos de ser desleales a la Generalitat. Ser católico y asistir habitualmente a Misa a menudo era suficiente para ser condenado a muerte.
Tras el asesinato masivo de los religiosos, se iniciaron las purgas políticas entre los socios de Companys: los pistoleros de la FAI asesinando a tiros a los comunistas del POUM en las calles de Barcelona, o enfrentándose a los independentistas del Estat Català, como han narrado el ex presidente Manuel Azaña en sus diarios y el escritor George Orwell (enrolado en las Brigadas Internacionales) en su Homenaje a Cataluña.
Companys decidió ponerse en manos de los anarquistas de la CNT-FAI, por lo que en estas purgas cayeron algunos de sus antiguos compañeros de Estat Català. El cadáver de su comisario general de Orden Público, Andreu Reverter i Llopart, fue hallado en una cuneta.
Después de que los anarquistas de la CNT secuestraran a su mujer y sus hijos, el ex conseller y jefe de Estat Català Josep Dencás optó por huir de nuevo, esta vez en un vapor con destino a Roma, donde fue acogido por los fascistas de Mussolini. Poco antes del inicio de la guerra, habían sido asesinados los hermanos Miquel y Josep Badía (de Estat Català) por un pistolero de la CNT. Cuando las tropas de Franco llegaron a Barcelona, se encontraron casi todo el trabajo hecho: los republicanos de Companys se habían asesinado entre sí.
La carta que el presidente de la asociación Cataluña pueblo de España ha remitido este fin de semana al Papa Francisco señala que el ex presidente de la Generalitat Lluís Companys «despreciaba los derechos humanos, convirtiendo a Cataluña en una dictadura de extrema izquierda. A pesar de su injustificable golpe de Estado, a pesar del terror que desató, el hecho de que muriera fusilado –el mismo método que utilizó contra sus rivales– permite a la Iglesia y las instituciones catalanas blanquear la figura de Companys, rindiéndole homenaje y alabándolo frente al Parlament».