Sánchez envió al presidente de Patrimonio al Valle de los Caídos para planear la salida de Franco
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiere tener preparado un plan para sacar los restos mortales de Franco del Valle de los Caídos en el momento en el que crea que ha solventado los problemas legales para la exhumación. Y para ello Sánchez envió al presidente de Patrimonio, Alfredo Pérez Armiñán, junto a dos de sus cargos del Gobierno -como publicó OKDIARIO-. Y es que la salida de Franco va a alterar el aspecto y contenido del conjunto del Valle de los Caídos y el responsable final de ello será Pérez Armiñán.
La visita fue junto con el resto de la comitiva presidencial enviada por Sánchez, sin permiso de los monjes, a la Basílica del Valle de los Caídos. Una comitiva que se presentó con una amplia comitiva de coches oficiales y sin haberlo comunicado a los responsables eclesiásticos de la Basílica, el pasado 1-O.
Tal y como revelan las fotos logradas en exclusiva por OKDIARIO, el presidente envió a dos de sus más altos cargos al Valle de los Caídos para acelerar como fuese la salida de los restos de Francisco Franco.
El presidente del Gobierno ordenó desplazarse a la Basílica del Valle a dos subsecretarios clave del Ejecutivo: a la de Justicia, Cristina Latorre Sancho, y nada menos que al de Presidencia, Antonio Hidalgo. Y, además, al máximo responsable de Patrimonio, que aparece de espaldas en la foto.
Preparativos en el Valle de los Caídos
Los dos subsecretarios –decisivos en la gestión del Ministerio de Justicia y de Presidencia– destinaron su jornada (la de máxima tensión por la celebración de los golpistas del referéndum ilegal del 1-O) a incrementar la presión sobre los monjes de la Basílica y a acelerar los trámites para poder exhumar de la forma más rápida posible los restos del dictador y dirigir de ese modo la opinión pública a un foco más cómodo para Sánchez. Y en ese papel era clave contar con el respaldo del máximo responsable de Patrimonio Nacional.
La fotografía publicada el 2-O por este diario reveló la salida, tras horas de estancia en la Basílica de cinco altos cargos: Ernesto Abati, consejero gerente de Patrimonio Nacional; Manuel Terrón, delegado de Patrimonio Nacional en San Lorenzo de El Escorial; Cristina Latorre Sancho, subsecretaria de Justicia; y Antonio Hidalgo, subsecretario de la Presidencia. El quinto, que figuraba de espaldas y no pudo ser reconocido en aquel momento, ya ha sido identificado: Alfredo Pérez de Armiñán.
Las funciones de los dos subsecretarios son decisivas en el día a día de los dos departamentos citados y, en especial, en situaciones de tensión o de excepcionalidad.
Latorre es la persona que ejerce la representación ordinaria del Ministerio y la dirección de sus servicios para agilizar su coordinación y eficacia en el funcionamiento interno. La subsecretaria presta además el apoyo y asesoramiento técnico al Ministro en la elaboración y aprobación de los planes de actuación del Departamento.
Pese a todo ello, Latorre, mano derecha de la ministra Dolores Delgado se ha acostumbrado ya a compaginar esos deberes con la instrucción de otra faceta: del expediente de exhumación del dictador Franco.
Hidalgo, por su parte, es el encargado de la ejecución de las directrices para la organización y coordinación de las actividades del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del Gobierno y de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios. Y, además, es el responsable del apoyo y asesoramiento técnico directo al Presidente en sus planes de actuación y en los de todos los miembros de su departamento de Presidencia.