Sánchez manda al Valle el 1-O a su nº 3 y a la de Delgado a presionar al Abad para exhumar a Franco ya
Mientras la situación en Cataluña se transformaba en un enfrentamiento abierto de los golpistas contra los Mossos, las preocupaciones de Pedro Sánchez eran otras. Tal y como revelan las fotos logradas en exclusiva por OKDIARIO, el presidente envió a dos de sus más altos cargos al Valle de los Caídos para acelerar como fuese la salida de los restos de Francisco Franco y extender una nueva cortina de humo que distraiga la atención del fuerte agravamiento de los ataques de los separatistas en Cataluña.
En plena escalada de los ataques a los policías catalanes, el presidente del Gobierno ordenó desplazarse a la Basílica del Valle a dos subsecretarios clave del Ejecutivo: a la de Justicia, Cristina Latorre Sancho, y nada menos que al de Presidencia, Antonio Hidalgo.
Ambos altos cargos –decisivos en la gestión del Ministerio de Justicia y de Presidencia– destinaron su jornada (la de máxima tensión por la celebración de los golpistas del referéndum ilegal del 1-O) a incrementar la presión sobre los monjes de la Basílica y a acelerar los trámites para poder exhumar de la forma más rápida posible los restos del dictador y dirigir de ese modo la opinión pública a un foco más cómodo para Sánchez.
La fotografía revela la salida, tras horas de estancia en la Basílica de cuatro altos cargos: Ernesto Abati, consejero gerente de Patrimonio Nacional; Manuel Terrón, delegado de Patrimonio Nacional en San Lorenzo de El Escorial; Cristina Latorre Sancho, subsecretaria de Justicia; y Antonio Hidalgo, subsecretario de la Presidencia.
Todos ellos aparecieron en el Valle de los Caídos en la tarde de este pasado lunes acompañados de un potente séquito formado por al menos cuatro coches oficiales.
Y todo ello ocurría mientras los enfrentamientos en Cataluña se disparaban, mientras los CDR golpistas preparaban el intento de asalto al Parlament, y mientras los Mossos se veían rebasados en infinidad de puntos en Barcelona y otras localidades catalanas ante la violencia de los grupos separatistas que demostraban en la jornada de este pasado lunes que el golpe de Estado continua en tierras catalanas.
Las funciones de estos dos subsecretarios son decisivas en el día a día de los dos departamentos citados y, en especial, en situaciones de tensión o de excepcionalidad como la vivida este pasado lunes.
Latorre es la persona que ejerce la representación ordinaria del Ministerio y la dirección de sus servicios para agilizar su coordinación y eficacia en el funcionamiento interno. La subsecretaria presta además el apoyo y asesoramiento técnico al Ministro en la elaboración y aprobación de los planes de actuación del Departamento.
Pese a todo ello, Latorre, mano derecha de la ministra Dolores Delgado se ha acostumbrado ya a compaginar esos deberes con la instrucción de otra faceta: del expediente de exhumación del dictador Franco.
Hidalgo, por su parte, es el encargado de la ejecución de las directrices para la organización y coordinación de las actividades del Consejo de Ministros, de las Comisiones Delegadas del Gobierno y de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios. Y, además, es el responsable del apoyo y asesoramiento técnico directo al Presidente en sus planes de actuación y en los de todos los miembros de su departamento de Presidencia.
Al igual que la subsecretaria de Justicia, su labor es básica en la dirección y coordinación de los servicios comunes del ministerio y en la realización de actuaciones precisas para la mejora de los sistemas de planificación, dirección y organización de los procedimientos y métodos de trabajo. Y ambos cargos, en el día en el que la coordinación era más necesaria para reaccionar de urgencia en los trámites de Justicia y de Presidencia frente a la radicalización del golpe separatista, lejos de estar pendientes del 1-O, lo estuvieron de acelerar la salida de los resto de Franco: la gran ambición de Pedro Sánchez.