Crisis del coronavirus

El paciente que llamó 52 veces por una urgencia en Extremadura: «Tenemos una sanidad al nivel de Nepal»

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El paciente que llamó 52 veces por una urgencia en Extremadura: "Tenemos una sanidad al nivel de Nepal"

No tiene coronavirus pero padece una dolorosa infección ocular. Este paciente extremeño necesita ver cuanto antes a su médico, pero ese encuentro no sucederá hasta dentro de un mes. El testimonio del paciente que tuvo que llamar 52 veces a su centro de salud para que le atendiesen es desgarrador. Un fiel reflejo del colapso sanitario de la comunidad gobernada por el socialista, Guillermo Fernández Vara. «Tenemos una sanidad al nivel de Nepal», lamenta el paciente a OKDIARIO.

El paciente extremeño, que prefiere mantenerse en el anonimato, denuncia en este periódico la necesidad de una atención médica presencial. «Si pasa un mes desde que tienes una enfermedad tienes tres opciones: o se te cura sólo, o tienes que ingresar en el hospital porque va a peor, o te mueres», afirma.

PREGUNTA.: ¿Qué sucedió aquel día cuando tuvo que llamar hasta en 52 ocasiones a su centro de salud para pedir cita con su médico?

RESPUESTA.: Pues llevaba varios días con una infección ocular. Una vez pasaron los días festivos de diciembre, llamé a mi centro médico, el Centro de Salud Mérida Norte, para que me viera mi médico. Eso es lo que quería. Intenté llamar una y otra vez, hasta 52 veces. Ese ha sido el número de llamadas telefónicas que he tenido que realizar hasta que por fin, he podido hablar con alguien. Invertí una hora y cuarto de mi tiempo para que me atendiera una centralita. ¡Por que ni siquiera te ve el médico! Lo que te dan es una cita con tu médico de cabecera.

P.: Llamaste hace unos días, a principios de diciembre. ¿Cuándo te han dado cita con tu médico de cabecera?

R.: Al final me la han dado la cita el 5 de enero, es decir, un mes después de llamar al centro de salud por una urgencia. Me parece lamentable y vergonzoso. Tenemos una sanidad a la altura de Nepal o de Ciudad de Dios (Brasil) o de Villa Fiorito (Argentina).

P.: ¿Tu infección ocular puede esperar tanto tiempo a ser tratada?

R.: No. Lo cierto es que no puedo esperar tanto tiempo porque ya lo tengo comprobado. Por anteriores ocasiones puedo decirte que este tipo de infecciones oculares hay que tratarlas cuanto antes para que no empeoren.

P.: ¿Es habitual que tarden tanto tiempo en atender una urgencia en tu centro de salud?

R.: Vamos a ver, por alguna experiencia previa que he tenido en tiempos de pandemia, te puedo decir que en mi anterior cita, mi médico de cabecera tardó unos 15 o 16 días en devolver la llamada para saber qué me sucedía. Una llamada, ni siquiera una visita.

Que te den una cita a un mes vista pierde todo su sentido. Si pasa un mes desde que tienes una enfermedad, o se te cura o realmente tienes que ingresar en el hospital porque va a peor o te mueres. Una cita a un mes vista es una auténtica vergüenza.

Caso en Aceuchal 

El caso de este hombre, por desgracia, no es el único. El pasado mes de abril en Extremadura ocurrió uno de los episodios más trágicos que ha dejado la pandemia del coronavirus en la región. Aceuchal tuvo que lamentar la muerte de una vecina de 47 años, con PCR positivo por Covid-19, a la que se le negó toda asistencia más allá de la telefónica.

Ocho interminables días en los que la víctima no dejó de llamar a los teléfonos indicados por el Servicio Público de Salud para solicitar asistencia hospitalaria. A lo largo de esos ocho días su fiebre se disparaba y cada vez le costaba más y más respirar. Desde el momento en el que le fue comunicado su positivo de PCR no volvió a ser atendida por un médico. y hasta que acudió al hospital pasados esos ocho días y a escasos minutos de su muerte. Lo más cercano a ser atendida eran esas llamadas telefónicas.

La familia de la víctima remitió una misiva al consejero de Sanidad y Servicios Sociales, José María Vergeles, donde describieron la agonía de la mujer de 74 años: «continúa con fiebre de 39 grados. El día 18, vuelven a llamar al 112 en varias ocasiones, así como al centro de salud, porque estaba muy decaída y desorientada, y usted que es médico [en referencia al consejero Vergeles] puede intuir que todo se podía deber a la falta de oxigenación que estaba teniendo. Incluso les informan de que está echando espuma por la boca…, y tiene el valor de seguir prescribiendo ansiolíticos y decirle que eso es de los nervios y todo esto vía telefónica hasta que el día 19, a las 7 horas aproximadamente, vuelven a llamar porque ya no responde, y es en esos momentos, cuando la pobre está casi muerta, deciden trasladarla al hospital Tierra de Barros, falleciendo a los pocos minutos».

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