Casado le dice a Sánchez que «es difícil arrimar el hombro» cuando se apoya en «un partido radical»
La reunión acaba sin acuerdo para los Presupuestos ni para la renovación del CGPJ
«He venido para arrimar el hombro y con la mano tendida, pero cuando el Gobierno se apoya en un partido radical, se hace difícil». Así ha resumido el líder del PP, Pablo Casado, su encuentro con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa. El presidente hacía seis meses que no recibía al líder de la oposición y cuatro que no mantenía una conversación, por vía telefónica o telemática, con él. Asegura que la reunión que ha mantenido con Sánchez «es lo normal» recordando que «llevábamos sin hablar cuatro meses a pesar de estar atravesando nuestro país la pandemia más grande».
«La pelota está en el tejado de Sánchez», ha recordado Casado, tras hacerle varias propuestas como la creación de una agencia independiente del gobierno para gestionar los 140.000 millones de euros de los fondos de recuperación europeos que tienen que llegar en los próximos meses. Según el líder popular el jefe del Ejecutivo va a estudiar su propuesta aunque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rebaja las expectativas y defiende la fórmula como se van a gestionar, desde el propio gabinete presidencial.
El PP también está dispuesto a colaborar con el Gobierno en relación a Cataluña. Mientras los socios de Sánchez apoyan la celebración de un referéndum unilateral e incluso la desobediencia que impulsa Quim Torra, el presidente Sánchez y Casado temen que el no acatamiento de la inhabilitación por parte de Torra, el incumplimiento de las normas sanitarias durante la Diada o nuevos incidentes con el aniversario del 1-0, obligue a Moncloa a actuar. El líder de la oposición mantiene que, si ocurre algo de eso, el Estado debería responder con la ley de seguridad nacional. Los dos mandatarios han dedicado gran parte del encuentro a esta cuestión.
Pablo Casado mantiene su «carácter constructivo» para la gobernabilidad del Estado, pero la presencia de Podemos en el Ejecutivo es una piedra en el camino para que se pueda cumplir la promesa que le hizo en diciembre, durante las negociaciones de la investidura, cuando le trasladó a Sánchez que «no podía apoyar su investidura, pero sí podía apoyar su gobernabilidad». El líder de la oposición sostiene que siempre se ha mostrado colaborador con el Ejecutivo pese a la actitud de Podemos.
El popular ha recordado, que durante las negociaciones para la formación de gobierno, el pasado mes de diciembre, «le propuse diez pactos de Estado, entre los cuales los presupuestos generales» que los diputados del Partido Popular podrían llegar a apoyar. Lamenta también «la falta de liderazgo» del gabinete que preside Sánchez «escondiéndose tras las Comunidades Autónomas». Los reproches entre Moncloa y las autonomías han centrado parte de la reunión, con la petición de Casado al presidente para que deje de torpedear a los gobiernos regionales y la del Ejecutivo acusando al líder del PP de politizar la pandemia.
La relación entre el presidente del Gobierno y líder socialista y el presidente del Partido Popular se había tensado en las últimas semanas por los múltiples criticas que se han lanzado en público. En las últimas comparecencias Sánchez ha cargado contra los populares por la gestión de la pandemia en las comunidades donde gobiernan, principalmente Madrid, y ha chantajeado a Casado para que apoye sus propuestas como la renovación del Consejo General del Poder Judicial y los presupuestos generales del estado. A ambas cosas el popular le ha dicho que no por su papel de oposición.
Aunque el encuentro celebrado hoy ha servido para rebajar la tensión existente entre socialistas y populares las diferencias entre ambos aún son muy importantes. Casado sigue en su intención de no apoyar el proyecto de ley de los presupuestos generales del estado si Podemos, socio del PSOE, sigue formando parte de la coalición de Gobierno. A los morados les recrimina su actitud contra la jefatura del Estado, la petición de un referéndum sobre la monarquía, la defensa de Bildu como actor político con quien negociar y la posición en el tema catalán. Una renuncia, a la coalición, que Sánchez no está dispuesto a hacer.
La cita entre ambos líderes se enmarca en la ronda de contactos que el presidente del Gobierno realiza esta semana con todos los partidos de la oposición. Este miércoles por la tarde Pedro Sánchez recibirá en Moncloa a una de sus socias preferentes, Inés Arrimadas, y mañana hará lo mismo con Gabriel Rufián (ERC) y Aitor Esteban (PNV). Con el resto de partidos se ha citado por videoconferencia. Al único líder al que no recibirá el presidente es al de VOX, Santiago Abascal, a quien acusa de «autoexcluirse» de las conversaciones con el Ejecutivo.
No a los PGE
Sobre los presupuestos Casado ha avanzado que «no hemos llegado a un acuerdo porque no se han hecho los deberes». Critica la «falta de información» y avisa que «o corren mucho o no van a llegar a tiempo para hacer las reformas necesarias». Asegura el líder del PP que «no me ha contado nada de lo que pretenden con los PGE, a las negociaciones se llega con papeles, no puede ser un trágala».
El líder de la oposición le recuerda al socialista que «hay una suma alternativa entre el PSOE, Podemos, Ciudadanos y el PNV, sin necesidad de ERC, Bildu o JXCat». Pablo Casado ha respondido a los chantajes de Sánchez afirmando que «no hace falta aprobar estos presupuestos para recibir las transferencias europeas».
Sí a ciertas reformas
El PP, dice Casado, estaría dispuesto a negociar en el Congreso el plan de resiliencia para ser fuertes ante Europa. Pide, además, un pacto educativo para el siglo XXI sin contrareformas y la recuperación del delito de usurpación con penas de prisión y los desalojos por parte de la policía de los okupas en 48 horas. El popular también le ha trasladado la preocupación de los alcaldes por la inmigración ilegal, por lo que pide un plan fronterizo, y el acercamiento de los presos etarras «que no entendemos que esté ocurriendo».
El líder del Partido Popular ha manifestado también, tras hablar con el presidente, que «nos preocupa la sanidad, porque no va bien». Por eso propone que todos los grupos parlamentarios se pongan a trabajar cuanto antes en un pacto de Estado de sanidad. Considera que es «el mejor legado que podemos dejar a nuestros herederos».
Casado también ha mostrado preocupación «por el hecho de que solo se haya concedido el 1% del ingreso mínimo vital». El jefe de la oposición crítica que «el Gobierno está dejando a mucha gente atrás» y por eso también pone sus diputados y senadores a disposición del Ejecutivo para legislar cuanto antes para garantizar la cohesión social y que todos los ciudadanos tengan una renta mínima con la que vivir.