Otra imprevisión de Marlaska: la Policía Municipal tuvo que ofrecer cadenas a la Policía Nacional

La imprevisión del Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, ante la borrasca de nieve Filomena -pese a los reiterados avisos- provocó momentos tan surrealistas como el siguiente. La Policía Nacional, sin cadenas en sus vehículos y por tanto sin posibilidad de circular en medio de la intensa nevada, recibió el ofrecimiento de vehículos de la Policía Municipal -en este caso, de Alcorcón (Madrid)- que sí estaban dotados de cadenas. Empresas privadas también pusieron a disposición de los agentes este dispositivo, ante la inacción de Interior.

La anécdota sirve para ilustrar las quejas que, desde los sindicatos policiales, se han vertido en los últimos días contra la Dirección General de la Policía (DGP) por no dotarles de un sistema de seguridad básico para poder trabajar en un fenómeno como la borrasca Filomena.

Una situación que, según ha denunciado el sindicato Jupol, «demuestra la falta de previsión de la Dirección General de la Policía, ante unas condiciones meteorológicas, que estaban anunciadas con suficiente antelación de manera pública».

Desde el sindicato avisaron el sábado, asimismo, de «la situación de posible inseguridad ciudadana» que se vivía estos días en Madrid «debido a la ausencia total de radiopatrullas en las calles, como consecuencia del fuerte temporal de nieve que ha azotado la ciudad y la falta de medios técnicos en los coches para poder circular en nieve».

«Actualmente, ningún coche patrulla de la Policía Nacional en Madrid dispone de cadenas que les permitan circular en condiciones meteorológicas de nieve o hielo, lo que supone que, en toda la Comunidad de Madrid, los agentes no puedan acudir a las llamadas de los ciudadanos, ante la imposibilidad de trasladarse por la nieve con los vehículos de dotación», señalaron en una nota, en la que solicitaban a la DGP que, de manera urgente, dotase de estos dispositivos al mayor número posible de radiopatrullas para que pudiesen retomar el servicio activo.

Por si la situación no resultara ya lo bastante rocambolesca, Interior realizó una dotación de cadenas a la Comisaría de Fuencarral, en Madrid, pero incompatibles con los coches actuales.

Desde la Confederación Española de Policía, por su parte, se reclamó también el sábado -en plena crisis de la borrasca- la distribución urgente de medios especiales para que los agentes pudiesen «hacer su trabajo con seguridad», sin interrumpir el servicio de atención a los ciudadanos.

Además, la CEP reclamó la dotación en todas las dependencias de equipos básicos para atender emergencias de protección civil como raciones de comida o mantas.

Pese a la situación de inseguridad provocada por la falta de recursos básicos, los policías no dudaron en atender las llamadas de auxilio de los vecinos, colapsados por la borrasca que ha azotado de forma especialmente virulenta el centro de la Península.

«Gasto superfluo»

Ejemplos, señala Pablo Pérez, portavoz de Jupol, del «empeño, sacrificio y profesionalidad» de la Policía. «Son gestos a tener en cuenta para que se siga valorando nuestro trabajo, pese a lo que tenemos que escuchar por parte del Gobierno de que somos un gasto superfluo», apostilla, en declaraciones a OKDIARIO. Pérez hace referencia así a las afirmaciones del propio Pedro Sánchez, en marzo, cuando consideró que la actual pandemia de coronavirus había «cambiado nuestra forma de considerar los bienes públicos», incluyendo entre ellos a las Fuerzas Armadas y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de quienes dijo que «ahora percibimos como un escudo insustituible y no como un gasto superfluo».

La falta de medios no es exclusiva de la Policía Nacional. También la Guardia Civil se ha quejado de que no dispone de los recursos necesarios para realizar su trabajo.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado, por ejemplo, que los agentes que el sábado trabajaron en el rescate de los afectados por el temporal en Mijas (Málaga), donde fallecieron dos personas, lo hicieron «sin los medios materiales óptimos y necesarios para hacerlo de manera eficaz».

En un comunicado, esta asociación ha señalado que los guardias civiles no disponían de coches todoterreno y se debieron atender avisos «con turismos con muchos años de antigüedad».

Los agentes denuncian que se vieron «obligados a desistir de pasar por determinados sitios porque el coche patrulla no daba seguridad para hacerlo» y se encontraron «en serio riesgo de ser arrastrados por la corriente al subir el nivel del agua por ser «turismos y no vehículos todoterrenos más altos, que dan un plus de operatividad y seguridad».

La AUGC ha destacado además otras carencias como el fallo de los cañones de luz, «que por su antigüedad ni cargan y se apagan, debiendo usar linternas particulares compradas de su bolsillo los agentes para inspeccionar vehículos a distancia en el cauce del río, y no pudiendo ver con claridad».