Crisis del coronavirus

La OMS en una reunión con Illa dos días antes del 8-M: «Hay que adoptar medidas inmediatas»

Coronavirus: última hora en directo del Covid-19 y el fin del estado de alarma

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El 6 de marzo, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, pudo escuchar de primera mano los evidentes riesgos de expansión del coronavirus. Ese día, acudió a la sesión del Consejo de Empleo, Política Social, Sanidad y Consumidores en la que se abordó el asunto. A la cita, además de los titulares del ramo de los diferentes países europeos, asistieron también como invitados representantes de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y su mensaje fue contundente: era necesario adoptar medidas urgentes para evitar la propagación del virus.

El vídeo que publica OKDIARIO revela que las advertencias de los organismos internacionales -a los que el Gobierno alude para tratar de justificar su gestión de la pandemia- fueron más allá de meros informes técnicos o documentos internos.

Illa tuvo la ocasión de escuchar esos avisos frente a frente. De hecho, el ministro español intervino justo a continuación de Hans Kluge, director regional de la OMS para Europa, quien lanzó una seria advertencia.

En su turno, Kluge fue rotundo en avisar de los riesgos de expansión de la enfermedad y avisó que «hay que estar preocupados y al mismo tiempo evitar el pánico».

El representante de la OMS avisó, ante Salvador Illa, de los riesgos para las personas ancianas

El representante de la OMS describió que las normas para evitar esa propagación eran comunes, aunque adaptadas en su intensidad según la situación epidemiológica de cada país. En cualquier caso, sí advirtió: «La contención es lo más importante para evitar la transmisión», «el enfoque debe ser global» y «las medidas que adopten los países determinarán la evolución del brote». 

«Les pido que adopten medidas inmediatas para proteger a los sanitarios y a las personas de riesgo», aseveró ante el plenario. Y ante el ministro Illa.

Kluge insistió en varios momentos en el ofrecimiento del organismo internacional para apoyar a las autoridades sanitarias en la puesta en marcha de las medidas. La misión, dijo, era que nadie quedase atrás. Ofreció respaldo asistencial, asesoramiento en el desarrollo de los planes nacionales. Y volvió a avisar: «Este brote no distingue entre razas o nacionalidades. Afecta a la gente en situaciones vulnerables.  Personas ancianas, que deben estar en la primera línea de la protección».

«Éste es un virus con un impacto serio sobre salud pública, la economía y el ámbito político y social. Debemos trabajar conjuntamente», añadió. Kluge llamó especialmente la atención sobre la posible escasez de equipos de protección y material sanitario, reclamando incentivos para aumentar la producción industrial. «Es un test de estrés», concluyó.

A continuación llegó el turno de Salvador Illa. Como publicó OKDIARIO, el ministro reconoció literalmente: «La situación es preocupante y entraña un riesgo serio, no debemos subestimarlo».

Pese a ello, el Ejecutivo rechazó adoptar medidas drásticas. Y mucho menos prohibir las manifestaciones ideológicas que tendrían lugar dos días después, y que sólo en Madrid reunieron a 120.000 personas.

Pese a los avisos de cooperación de la OMS, el titular de Sanidad español defendió con vehemencia que «la situación de cada país» ofrecía «particularidades» y que debía «respetarse la competencia de cada Estado para poder tomar las decisiones que a nivel nacional se consideren más pertinentes en cada momento».

Italia también informó en la misma reunión sobre la cancelación de eventos masivos

El ministro de Sanidad avaló la actuación española «en criterios técnicos, el seguimiento permanente de la alerta, la coordinación con todas las comunidades autónomas y la transparencia informativa».

Pero Illa no sólo desoyó los avisos de la OMS. También los de Italia, por entonces fuertemente golpeada ya por la epidemia.

Como reveló este periódico, Roberto Speranza, ministro de Salud, relató con detalle, y ante el ministro español Salvador Illa, la dramática situación en su país -entonces con 3.916 casos confirmados y 197 fallecidos- y las drásticas medidas que se habían adoptado para tratar de contener el virus: entre ellas, la cancelación de eventos públicos y otras para «evitar contactos entre personas».

Speranza fue relatando uno por uno todos los escenarios que luego se confirmaron dramáticamente en España. Avisó que la crisis era «una emergencia contra la que solamente podemos luchar a nivel global». «Es un problema gravísimo que nos afecta a todos», advirtió, poniendo a disposición del resto de países toda «la experiencia técnica, científica, organizativa y comunicativa» de Italia, «gracias a la experiencia de las últimas semanas en una situación sanitaria sumamente compleja».

Relató además cómo Italia había «adoptado de inmediato medidas excepcionales y sin precedentes en Europa» con el objetivo de «contener la infección viral» con «restricciones totales de la movilidad» y «recomendaciones de comportamiento individual». «Son medidas destinadas a evitar los contactos personales», añadió.

Ante el ministro Salvador Illa, Speranza avisó que con una «estrategia severa de contención se podrá reducir el impacto en los servicios sanitarios». Especialmente, puso el foco el riesgo de escasez de los equipos de protección y de recursos en  unidades de cuidados intensivos.

Recomendaciones ignoradas

Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez evitó tomar medidas. El 7 de marzo, el portavoz técnico de Sanidad, Fernando Simón, interpretaba que, a la vista de los datos de la epidemia, la situación estaba más controlada porque los nuevos casos tenían relación y «hay zonas en las que la situación está mejorando», añadió incluso. «Si mi hijo me pregunta si puede ir, le voy a decir que haga lo que quiera», explicó, preguntado por la manifestación del día siguiente.

Cabe recordar que la UE ya venía alertando desde tiempo atrás de la cancelación de eventos como medida para evitar la propagación del virus. Lo hizo, en concreto, como reveló OKDIARIO, en dos ocasiones. La primera, el 10 de febrero.

El documento ‘Pautas para el uso de medidas no farmacéuticas para retrasar y mitigar el impacto del Covid-19’ fue uno de los primeros emitidos por la citada agencia europea, a la que Pedro Sánchez alude, junto a la OMS, para justificar su gestión de la pandemia pese a desoír sus recomendaciones.

En el dossier se explicitaba que «la cancelación de reuniones masivas en la UE puede justificarse en casos excepcionales, por ejemplo, grandes conferencias con un número significativo de participantes en un área altamente afectada». Un escenario que, en aquellos momentos, se correspondería ya con la Comunidad de Madrid.

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