Los obispos que permiten misas golpistas piden «respeto a la libertad religiosa» al nuevo Govern
El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE) –institución que aglutina a todos los obispos de España–, José María Gil Tamayo, ha pedido al futuro Govern «respeto a la libertad religiosa», y ha ofrecido su «cooperación» para la construcción social y el bien del pueblo.
Desde el golpe de Estado del 1-O han sido numerosos los templos católicos que han acogido misas independentistas y se han posicionado a favor de los autores del golpe poniendo, por ejemplo, carteles y lazos amarillos en los campanarios.
«Lógicamente, lo que queremos es un respeto de quienes nos gobiernen, como marca nuestra Constitución, de independencia por parte de las confesiones religiosas y de cooperación, porque al fin y al cabo nos dirigimos a los creyentes fundamentalmente, pero son ciudadanos y no dejan de serlo por ser creyentes. Con lo cual, pedimos respeto a la libertad religiosa y nuestra cooperación a la construcción social y al bien de nuestro pueblo», ha subrayado Gil Tamayo en una entrevista concedida a Europa Press.
Además, ha indicado que lo que quieren los obispos españoles es «cohesión y unidad» porque esta tiene «una larga historia compartida en muchos valores, en personas, familias y proyectos comunes».
«Queremos que nuestro pueblo esté cohesionado y unido. La unidad es garantía de progreso, de futuro, de bienestar, mientras que el enfrentamiento y la división, al final, descomponen la sociedad, provocan una debilidad que no es beneficiosa para nadie», ha advertido.
En cualquier caso, ha asegurado que los obispos tienen un «respeto exquisito» a la decisión de los ciudadanos en las elecciones catalanas de este jueves 21 de diciembre porque «el pueblo es soberano».
«Recibimos las elecciones con un respeto exquisito a lo que decida la ciudadanía. A la hora de tomar el pulso, ha de imponerse necesariamente la concordia», ha destacado, al tiempo que ha puesto de relieve que cuando las elecciones se celebran de acuerdo con la legalidad vigente y sin cambiar las reglas de juego «a mitad del partido», siempre son «una fiesta de la democracia» y «un hecho de participación ciudadana digno de destacar».
Sobre la unidad, Gil Tamayo ha recordado que el Evangelio dice que «todo reino dividido contra sí mismo no subsiste», un dicho que también se puede aplicar «a un país, una nación, una sociedad».
«No podemos estar divididos en un mundo globalizado. Nos toca mirar hacia un futuro de cohesión, de restauración, de una convivencia en el respeto y la paz, del trabajo por lo que hoy se llama interés general pero que es el bien común», ha precisado.
También ha apostado por «poner de actualidad los valores del respeto» y «una solidaridad especial con los más necesitados»; y por el diálogo para solucionar los problemas «en un respeto a la justicia, a los derechos fundamentales y a la verdad» y no como «un entretenimiento en una estrategia de ganar tiempo».
Asimismo, una vez superado un «largo tramo» de «mucha preocupación por la cuestión política, partidista y disgregadora», ha pedido al futuro Govern que busque «los verdaderos problemas de la gente, los problemas sociales que acucian a los ciudadanos, que afectan a las familias» porque «esto es lo que quiere ver el ciudadano en los encargados de la gestión pública, no simplemente ideología».
«No somos moneda que guste a todo el mundo»
Sobre las críticas que han recibido los obispos después de sus pronunciamientos sobre la crisis catalana en los últimos meses, Gil Tamayo ha reconocido que la Iglesia es «un actor de importancia en la vida pública» y que deben estar «habituados» a que sus pronunciamientos sean «reconocidos» pero también criticados.
«Entra dentro del juego de una significación social, no somos una entidad privada y tenemos que aceptar eso. No somos moneda que a todo el mundo guste, pero puedo decir que se hace con la mejor intención de cohesión, de paz, de fomento de la unidad, de concordia. Además, en toda esta cuestión, la Iglesia nunca ha dejado de manifestar la primacía de nuestro Estado de Derecho y de nuestro orden constitucional», ha añadido.