'Caso pulseras'

La mujer que se encaró a Redondo por las pulseras: «El Gobierno acalla a las feministas con subvenciones»

María Martín: "Los sindicatos de policía son fachas, nos dijo su equipo delante de los agentes"

"Me levanté de la cama enferma para plantarle cara a la ministra, prefiero que me la partan a callarme"

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María Martín Romero, presidenta de la Asociación Feminista Abolicionista Granadina, detalla en una entrevista con OKDIARIO los detalles del tenso encontronazo que mantuvo esta semana con la ministra de Igualdad, Ana Redondo, cuando le recriminó los fallos de las pulseras telemáticas. «Evidentemente si a una asociación de feministas le dan una subvención, pues no van a hacer nada, para que les sigan dando subvención, está claro. Así que aquí todo esto se mueve por subvenciones», critica.

La activista denuncia que cuando ella defendió que las críticas por las pulseras llegaban de los sindicatos de Policía una asesora de la ministra calificó a los sindicatos policiales de «fachas» delante de los agentes que precisamente protegían el acto. Lamenta que Redondo se riera de sus advertencias con un «lenguaje corporal bastante deleznable».

El incidente se produjo cuando María Martín interpeló a la ministra en un acto público sobre los últimos fallos detectados en los dispositivos de protección a víctimas de violencia de género. La activista ha explicado que se levantó de la cama enferma, con su andador, «como una abuela cebolleta»: «Mi compañera María me dijo: Tienes que ir a plantarle cara. Y me levanté de la cama, me pinté la pestaña, cogí un taxi y fui», ha relatado.

Reacción de la ministra

Es especialmente crítica con la actitud de la ministra durante el intercambio. Ha señalado que Redondo «se puso como a reírse» de lo que le estaba diciendo, con un «lenguaje corporal bastante ofensivo» para «el mayor alto cargo en este país de Igualdad».

La activista ha denunciado que la ministra respondió mencionando «11 víctimas en Andalucía, como si esto fuera un concurso de a ver qué partido político tiene más o menos asesinadas». Ha calificado esta respuesta de «lamentable» y «poco empático», afirmando que la ministra «no sabe de lo que es el sufrimiento».

Afea que Redondo se acoja a que no ha habido muertes para decir que los dispositivos funcionan minimizando el daño psicológico de cientos de mujeres angustiadas porque su maltratador se ha ido de rositas en un juicio por falta de pruebas tras violar la orden de alejamiento o porque su aparato pita y pita sin saber si es real o es por error.

Cuando María intentó explicar la situación que viven las víctimas con los dispositivos defectuosos –que investigará la Fiscalía Europea–, una de las asesoras de Redondo le reprochó que estaba actuando «en contra del feminismo».

Acusación a sindicatos

El momento más tenso se produjo cuando la activista mencionó que los propios sindicatos de policía habían denunciado fallos en los protocolos. Ha revelado que entonces una persona del equipo de la ministra le espetó: «¿Cómo vas a decir eso? Si los sindicatos de policía son fachas».

«Eso lo dijo con los policías nacionales al lado, los policías que la estaban protegiendo al lado. Y yo miraba a la policía y yo flipaba en colores», ha relatado la mujer, que añade: «Si es que ahora todo lo que no le conviene a esta gente es facha, todos somos fachas». Afirma que ella se ha presentado, «porque me lo pidieron», por varios partidos políticos de izquierdas a las elecciones.

La presidenta de la asociación ha denunciado que el problema con las pulseras telemáticas viene de lejos. Ha explicado que ella ya el 13 de junio de 2024 participó en una reunión convocada por la Asociación Themis de Mujeres Juristas, financiada por el Ministerio, para analizar los fallos del sistema.

En aquel encuentro, celebrado para elaborar un informe, estuvieron presentes juezas de violencia de género, representantes de Fiscalía, Subdelegación de Gobierno y coordinadoras del Centro Cometa, además de la propia asociación representando a las víctimas. «A todo lo que decíamos, la jueza asentía y nos daban la razón», ha señalado. Subraya que ella fue víctima de violencia machista pero ahora es superviviente y lo ha superado: «No somos garrapatas de víctimas como sucede en otras organizaciones».

Incide en que el informe que debía publicarse en octubre de 2024 nunca ha visto la luz. La ministra ha llegado a afirmar que ese informe «no existe». María Martín sugiere que los resultados «no les convendrían» y que «si a Themis le dan una subvención, pues no van a hacer nada por lo que no le den otra nueva subvención».

La activista ha denunciado que el problema de fondo es que «todos los servicios de igualdad están privatizados», algo que su asociación lleva «denunciando años y años»: «Una empresa no está para hacer obras de caridad, está para ganar dinero».

«Tortura institucional»

Sobre los fallos de las pulseras del miércoles,  explica que las víctimas comenzaron a recibir avisos desde las cuatro de la madrugada. Cuando llamaron a Cometa les dijeron que los protocolos no se habían activado y «no les había llegado el correo».

Denuncia que la ministra «no llegó al Centro Cometa hasta las 16:00 de la tarde» y que «fue a ver a la empresa, no a las víctimas». Durante todo ese tiempo, las mujeres con riesgo extremo estuvieron recibiendo alertas constantes de que sus maltratadores podrían estar saltándose la orden de alejamiento.

«¿Usted sabe la tortura institucional que es que te esté pitando una pulsera diciéndote que tu maltratador está saltándose el alejamiento?», ha recriminado. «Hay mujeres que prefieren apagar el aparato ante esto. No hay suficientes policías por todas las afectadas», esgrime.

Después del encontronazo, pidió una reunión a la ministra, recordando que «con Irene Montero nos reunimos tres veces, también con Susana Díaz». Sin embargo, asegura que Redondo «ni caso» le ha hecho. «Hoy [viernes] se ha reunido con toda la fanfarria con víctimas. Desde luego, con nosotras no», ha lamentado, añadiendo que «las que estaban en la mesa, yo no las conozco».

La activista ha asegurado que asume «el precio de estar dando la cara». «Prefiero que me la partan a mí, que la tengo. Como no tengo ningún miedo en enfrentarme a la ministra o 40 ministras que vengan, me da exactamente igual», ha afirmado con rotundidad.

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