Margallo: «Sánchez teme que puedan salir informaciones que le perjudiquen, las que apuntan a Marruecos»
Afirma que el presidente ha conseguido "colocar el caso de su mujer en todos los periódicos, incluso en los coreanos"
Subraya que la 'performance' de Sánchez sería un "auténtico escándalo nacional en cualquier país"
Vea aquí la entrevista completa a José Manuel García-Margallo
Nadie mejor que el jefe de la diplomacia española más reconocido de los últimos tiempos (2011-2016), José Manuel García-Margallo (Madrid, 1944), para analizar la gran farsa de Pedro Sánchez con su consiguiente desprestigio internacional para el país. Y si encima publica junto al economista Fernando Eguidazu nuevo libro, España, terra incognita (Editorial Almuzara), sobre el asalto socialcomunista a los valores de la Transición, la ocasión para esta entrevista, donde el eurodiputado del PP desgrana la deriva populista de Sánchez, resulta cuanto menos oportuna.
PREGUNTA.- ¿Qué le parece la última performance del señor Pedro Sánchez? ¿Estamos ante un autogolpe?
RESPUESTA.- Han aparecido unas informaciones sobre intervenciones de su mujer en favor de determinados poderes. Al parecer ha tocado a 11 ministerios, que ya es tocar, recomendando a empresas que han recibido ayudas públicas. Eso es un tráfico de influencias como la copa de un pino, pero hasta ahora no había pasado gran cosa. Él teme o sabe que hay otros datos que van a ir aflorando a lo largo del tiempo cuando se vuelva a poner en marcha Pegasus. Una vez que se ha demostrado que han sido espiados Francia y España, y eso apunta directamente a Marruecos. Teme que puedan salir informaciones que le perjudiquen. Entonces, para que eso le pille protegido, lo que monta es este número, este número circense de denunciar a todas las instituciones, denunciar a toda la opinión pública, revestirse de un clamor popular. Es lo que hacen los populistas, siempre por encima de las instituciones, por encima de las élites, la casta, etcétera. Ellos apelan al pueblo. Ahora ya tienen el pueblo y que se vayan agarrando los machos los que estamos en la oposición, los medios de comunicación que son críticos, los jueces, los fiscales o los cuerpos de la Administración. Estoy pensando en los inspectores de Hacienda, de Trabajo, de Seguridad Social, que tengan algo que ver con estas cosas.
P.- ¿Sale el señor Pedro Sánchez más débil de esta pantomima? Le pregunto, sobre todo a nivel internacional, que usted conoce muy bien.
R.- Ha logrado colocar en la primera página de todos los periódicos, incluso de los periódicos coreanos, el caso de corrupción su la mujer Es muy lamentable porque esto, esto es más propio de Caracas, de la Venezuela de Chávez que de un Estado democrático. El último número que yo recuerdo fue el de Cristina Kirchner en Argentina. En el periodo en que ella es presidenta, hasta 2015, es acusada de determinados delitos de corrupción. Ella dice exactamente lo mismo que estamos oyendo ahora con los descamisados, los pobres, etcétera… La condenaron a seis años de cárcel y a seis años de inhabilitación, pero le sirvió para ser senadora. Ella hizo una campaña para el Senado presentándose como la víctima de los poderosos por su defensa de los débiles. Y es exactamente lo que ha hecho este señor (por Sánchez), que ha acusado de pertenecer a la fachoesfera hasta a sus compañeros socialistas que le cesaron como secretario general.
P.- ¿Y qué cree que vendrá ahora? ¿Qué será lo que nos encontremos en esa terra incógnita? Porque se habla de un asalto al Poder Judicial e incluso de persecución de medios de comunicación críticos.
R.- Lo que dice este libro. El subtítulo dice El asedio a la democracia, ese asedio a la democracia lleva ya un tiempo. Por eso empezamos con todos los autócratas, con Mussolini, que estuvo gobernando con la Constitución, con partidos políticos, con prensa libre desde 1922 a 1925. El asesinato de Matteotti es algo que ya no puede cubrir y por decreto establece el Estado totalitario. Es lo mismo que hizo Chávez. Aquí ya se lleva un tiempo pisando los límites y pasando los límites de lo que es una democracia liberal. El 70% de las decisiones legislativas que se toman en este país se toman por decreto ley en que los diputados dicen sí o no, pero ni pueden discutir ni pueden enmendar… Sánchez entiende que todo está subordinado a un poder personal cada vez más autocrático y menos disimulado. Es lo mismo que cuando decidió cambiar la política española sobre el Sáhara, no la discutió en Consejo de Ministros, no la debatió en Parlamento, no ha informado a la oposición… Y cuando ha salido de su letargo, de sus ejercicios espirituales, ha hecho una declaración grabada y la va a explicar en televisión, en su televisión. En cualquier régimen democrático, un acontecimiento de este tipo se discute en el Parlamento con luz y taquígrafos. Para eso se inventó el Parlamento.
P.- En este libro, con el señor Eguidazu, ustedes describen muy bien los giros de guión del señor Pedro Sánchez. ¿Este último movimiento se lo esperaba usted?
R.- Que él iba a parar… es lo de Fidel Castro. Llegó el comandante y mandó parar. Aquí cuando se ha encontrado que había una denuncia ante la Oficina de Conflicto de Intereses que ha dicho que no hay caso, pero queda la vía contencioso-administrativa; cuando se ha encontrado con la Audiencia… Lo que se está discutiendo es si los indicios que hay -y nadie ha discutido que esos indicios existen-, todas esas reuniones empresariales, cartas firmadas, son delictivos o no, pero eso lo dirá la Justicia. Y luego hay una comisión de investigación que él no controla, que es la Comisión de investigación del Senado. Pero fíjese, esa comisión todavía no había llamado a su mujer, y la Audiencia lo único que ha dicho es que hay indicios. Nada más. Estaba incipiente. No parece que este movimiento responda a eso. Esto responde a lo que él cree que puede venir. Es decir, es blindarse antes de que vayan apareciendo más cosas.
P.- Más cosas, digamos, del tema Pegasus, de Marruecos…
R.- En el tema Pegasus hay una dejación de funciones por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores que yo espero que sea denunciada. El juez ha vuelto a reabrir la causa, pero cuando la cierra dice que la tiene que cerrar por la absoluta falta de cooperación de Israel en dar los datos que se le han pedido. Algo a lo que está obligado por convenio. Y sólo queda la vía diplomática, es decir, el Ministerio de Asuntos Exteriores, que es el que tiene que activar esa vía democrática: el Convenio de Viena, el Convenio de cooperación con delitos cibernéticos, diciendo usted está obligado a darme esa información. ¿Por qué no se ha activado esa vía? ¿Y qué pasa cuando un funcionario no cumple con lo que tiene que hacer?
P.- El libro también recalca la podemización del Partido Socialista. ¿Lo de estos días es un paso más en esa dirección?
R.- El modelo de la República Popular Confederal, el derecho de autodeterminación, es podemita. Ahora lo ha asumido Pedro Sánchez. Muchas de las medidas económicas que él adopta es Podemos puro. Cuando él habla del lawfare, el lawfare es la instrumentalización política de la Justicia. Que el presidente del Gobierno diga que en España, el país que gobierna, hay lawfare, es un contradiós. Si no le gusta a usted el juez, porque al parecer dicen que es amigo del Partido Popular, lo recusa. Si usted dice que un medio está difundiendo bulos, falsedades y tal, tiene usted la posibilidad de utilizar el delito penal que castiga las calumnias y las injurias. Lo que no puede decir es que todos los que le piden explicaciones están en la fachosfera. Es que, según él, hasta Felipe González está en la fachosfera, y la memoria democrática llega al 83.
P.- El pasado fin de semana vimos movilizaciones callejeras agitadas por el PSOE en torno a la figura del líder de Pedro Sánchez, algo que no se había visto en democracia y sí en el franquismo. ¿Eso es chavismo?
R.- Es chavismo puro. Es el pueblo contra las élites. Hay un articulista que dice que este caso se parece al caso Dreyfus, que fue la acusación de aquel oficial francés al que se le acusó de pasar información a Prusia. Porque era judío. Luego resultó ser inocente. Bueno, el equiparar esto al caso Dreyfus o decir que hay una derecha política, derecha económica, derecha mediática y derecha judicial que quieren impedir el progreso, que el pueblo sea libre, eso es chavismo puro.
P.- ¿Y el resto de la sociedad española? Una idea en la que insisten ustedes en el libro es que la sociedad española está adormecida…
R.- Esto hubiese sido un auténtico escándalo nacional en cualquier país. Es decir, esta performance circense de suspender el país durante cinco días, no explicar nada y salir luego en prime time en televisión a explicarlo, hubiese producido el escándalo de cualquier demócrata liberal. Por eso empezamos el libro con la imagen de las ranas. La rana cuando usted la mete en agua hirviendo, salta. Pero si la mete en agua fría y va calentando el agua poco a poco, la rana perece. Y esto puede ir así. Es el primer totalitarismo, el primer populismo que citamos, es Mussolini. Lo que va haciendo es, desde dentro, apoderarse de todas las instituciones. Por decreto prohíbe los partidos políticos, obliga a los jueces y a los funcionarios a adoptar el saludo y la doctrina fascista, etcétera. Entonces, eso es lo que puede pasar si se sigue pudriendo y se sigue deteriorando la democracia. Y que aquí no haya una reacción popular ante lo que está pasando, creo que realmente es muy desesperanzador.