MACARENA OLONA

Olona se confiesa: «Hacía cola en la calle para visitar a mi padre en la cárcel Modelo de Barcelona”

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La abogada del Estado y ex diputada de Vox Macarena Olona (1979, Alicante) es conocida por su periodo en la política pero también tiene un lado personal absolutamente desconocido para el público en general. ¿Cuales son sus aficiones? ¿Cómo fue su infancia? La que fuera uno de los pilares fundamentales del partido de Abascal desvela quién es y confiesa a OKDIARIO su secreto personal más íntimo: el ingreso de su padre en prisión.

P.-La palabra que mejor define a Macarena Olona.

R.-Humildad.

P.-Un recuerdo de su infancia.

R.-Mi casa, el olor de mi casa.

P.-¿Cómo era aquella casa?

R.-Pues una casa con mucho amor.

P.-¿Si pudiera eliminar algo de su pasado, qué sería?

R.-En esto aplico lo mismo que la posición que mantengo respecto de la historia, la de España. Somos lo que somos por nuestras luces y por nuestras sombras. Con mis 43 años y algunas experiencias vividas, también tengo claro una máxima que he adquirido con el tiempo y es que somos lo que superamos. Te voy a poner un ejemplo, cuando yo estudié en la Universidad Pública de Alicante, Derecho, también necesité ley y orden en mi vida y el Derecho fue un gran descubrimiento para mí y se ha convertido en mi pasión.

P.-¿Qué hace Macarena Olona en sus ratos libres?

R.-Soy una friki. A mí me gusta el Derecho. Lo que me gusta es estudiar las leyes, ampliar conocimientos en el mundo jurídico. Acabé la Universidad pública de Derecho con premio extraordinario y como no me preparaban en Alicante me marché a Madrid para opositar. Durante el comienzo de la oposición yo tuve una circunstancia vital y es que mi padre ingresó en prisión. Tuvo que marcharse de casa cuando yo tenía 13 años y mi hermana seis, porque tenía una grave enfermedad que derivó en otras cosas.  Y cuando yo estaba empezando la oposición en Madrid ingresó en prisión. Recuerdo ese momento, esa conversación con mis preparadores para decirles «mira, no voy a abandonar a mi padre. Está solo y yo voy a ir». Estaba en la Modelo en Barcelona. Voy a verle cada fin de semana para estar a su lado y acompañarle. Les dije: «Si no soy digna para continuar opositando, me lo decís y ya está». La respuesta fue extraordinaria por parte de mis preparadores, que por supuesto me dijeron «¿pero qué nos estás contando?». Mientras estaba opositando a la Abogacía del Estado guardaba cola en la prisión en la cárcel Modelo. La Modelo era, sin lugar a dudas, una de las prisiones más duras de España, por las condiciones que tenía.

Es muy tremendo. Para poder visitar a los internos, hacías cola en la calle. Cogías un número cuando hacías la cola y si llegabas porque no habían cortado, pues puedes acceder y celebrar tu visita. Gran parte de lo que soy es por las experiencias que he sentido, he sufrido y he superado. Soy quien soy por todas y cada una de esas experiencias que he tenido. Ahora, cuando he estado en activo en política, tuve que sufrir y he tenido que sufrir las descalificaciones de quienes pretendían condenarme por actuaciones de mi padre, pero además tergiversándolas. Mi padre nunca estuvo condenado por nada relacionado con la corrupción. Mi padre nunca ha sido testaferro, como también se difundió, de Pujol, del clan Pujol, que tendrían que estar en prisión. Y, sin embargo, yo no mantenía relación con mi padre y si la hubiera tenido le habría recomendado que se quedase. Luego, cuando falleció, hablé con su abogado y le pregunté por qué no ejerció ninguna acción y me contestó: «Porque te quería demasiado y no quería perjudicarte». Fue un hombre extraordinario y para mí ha sido un orgullo y un privilegio como hija poder estar a su lado cuando la vida nos lo ha permitido. Y ahora que no está, que falta porque falleció el pasado mes de marzo, tengo el privilegio de tenerle a mi lado cada día y cuidándome desde el cielo.

P.-Lo peor que le ha pasado desde que es una figura pública.

R.-No sabría calibrarlo, porque además estoy convencida de que lo peor y lo mejor está por llegar. Pero porque siempre es susceptible de mejora o de empeoramiento. Pero fue duro para mí que me deseasen públicamente un cáncer, un periodista. Eso fue muy duro en lo personal, porque yo, como mamá de un bebé, sólo podía pensar en mi hijo. Y sobre todo, porque, a ver, no voy a esconderme. Yo he sido muy dura en mis intervenciones, muy dura. Ojalá hubiese podido hacer una oposición con otro talante, pero llevaba y llevo el dolor de los españoles bajo la piel. Y eso se ve cuando haces intervenciones como algunas de las que he hecho. Uno ve que hay sufrimiento y sobre todo, mucho contacto con la calle para conocer la realidad. Es un privilegio tener la oportunidad de decírselo a los responsables a la cara. Pero yo no odio. Yo no odio al que he tenido enfrente como adversario político. Lo que sí que hago es amar profundamente a quienes he tenido y tengo detrás. Con lo cual, cuando he notado gestos, actuaciones, ataques personales ad hominem no lo entiendo. ¿Cómo se puede odiar tanto a una persona como para desearle la muerte? Bueno, para ser exactos, este periodista [Máximo Pradera, del diario Público] no me deseó la muerte. Dijo que no deseaba que me muriera, pero sí que sufriera todo lo que sufre una persona con tratamiento de cáncer.

P.-¿Ha hablado usted con ese periodista?

R.-No, por favor. Tampoco le deseo ningún mal. Pero no, no tengo nada que decirle.

P.-¿Cuántas horas duerme usted?

R.-Muchas menos de las que me gustaría. Porque además yo soy osito, con lo cual siempre son pocas. Pero es verdad que más de seis o siete horas no, porque la mayor bendición en mi vida es que soy madre. Soy madre de un bebé que va a cumplir ahora tres años. Ya sé que bebé ya tengo que empezar a dejarlo, pero bueno, para mi madre a mis 43 sigo siendo Macarena. Suelo alargar la jornada de trabajo cuando lo acuesto, para mí es innegociable. Desde las 20:30 que empieza el baño, darle la cena, acostarle, leerle dos cuentos y ponerme en la silla mecedora mientras él se duerme. Esa franja entre las 20:30 y las 22:30, depende de lo que le cueste dormir, es absolutamente para mi bebé. Y a partir de ahí es cuando retomo al trabajo y sobre todo los recursos ante el Constitucional. Los he hecho a partir de esas horas nocturnas donde es difícil que alguien te moleste.

P.-Tres artistas que no faltan en la playlist de Macarena Olona.

R.-Quevedo, Taburete y Rosalía. Me encanta la música, me encanta ponerme un chute de adrenalina para empezar el día, porque luego ya me es mucho más difícil poder estar escuchando música. Pero desde luego ese momento ducha cantando sólo yo. Sin más público porque es horrible como canto. No está entre mis virtudes.

P.-¿Qué libros está leyendo actualmente?

R.-Pues ahora mismo estoy leyendo Qué te importa que te ame, de Carla de La Lá, que desde luego lo recomiendo encarecidamente. Es un libro maravilloso. Estoy disfrutando como una niña.

P.-¿Si no hubiera sido usted abogada del Estado y política, qué hubiese sido?

R.-Princesa, sin lugar a dudas.

P.-Recomiende un lugar o una ciudad para perderse. Un país de vacaciones. Un sitio que la haya enamorado.

R.-Es que si te lo digo me vais a encontrar, pero suele ser un lugar paradisíaco. Los tenemos increíbles en España, pero la verdad es que suelo cruzar el charco solamente para poder perderme, especialmente en sitios donde no hay cobertura y es difícil localizarme.

P.-Recomiende una serie que esté viendo ahora mismo.

R.-Estaba viendo la de Isabel la Católica, me la recomendó mi querido Manuel Mariscal y la verdad es que me estaba apasionando. También House of Cards, pero no todas las temporadas. La primera.

P.-Es un poco densa.

R.-Exactamente. Pero la primera temporada es la fantasía total. Es cierto que la empecé a ver antes de dar un paso al frente en el ámbito político y cuando ya he sido política en activo, me he dado cuenta de que al menos la política española no tiene nada que ver.

P.-¿Qué se llevaría a usted a una isla desierta?

R.-A mis personas queridas, sin lugar a dudas.

P.-¿Echa de menos ser una persona anónima?

R.-Qué duda cabe que dar un paso al frente en el ámbito político tener el privilegio de haber sido tan querida por los españoles tiene lógicamente aspectos negativos por ser objeto de amenazas de muerte que han hecho que yo haya tenido que ir con escolta permanente. Por este motivo tiene, lógicamente, aspectos muy negativos. Sinceramente no tengo una vida privada que no pueda estar desarrollándola. Y la verdad es que para mí siempre es una bendición. Cuando los españoles me ven por la calle, me reconocen, me piden una fotografía, me dan un abrazo. Es precisamente de ahí de donde he sacado las fuerzas para aguantar los insultos y los debates tan duros que he mantenido en el Congreso de los Diputados.

P.-¿Siente usted el cariño de la gente?

R.-Muchísimo. Eso es un privilegio inmenso y lo único que me hace pensar es, desde luego, que tengo que estar a la altura de todo ese cariño que la gente me transmite y de la esperanza que veo en sus ojos cuando me dicen que se sienten representados.

P.- ¿Qué es lo mejor que le ha pasado desde que es una figura pública?

R.-Tener el privilegio de estar con los españoles de una manera mucho más directa que cuando ya lo he estado. Porque ya he estado al lado de los españoles durante los diez años que he estado en la Abogacía del Estado previamente.

P.-¿Dígame un personaje histórico al que le guste admirar?

R.-Isabel la Católica. Creo que fue una mujer revolucionaria para su tiempo, que rompió muchos techos de cristal y que fue evidentemente protagonista de nuestra historia, no solamente a nivel nacional, sino a nivel mundial.

P.-¿Tiene usted alguna manía?

R.-No paso debajo de una escalera y si se me cruza un gato negro, me cago en diez…

P.-¿Cuál es su plato favorito?

R.-A mí me encanta cocinar. Cocino para relajarme. Soy de puchero cuando puedo. No hay mayor placer para mí que coger al peque e irme al supermercado. Comprar el fin de semana para toda la semana y pasarme el sábado por la mañana a puchero lento para hacer un buen guiso. Eso me apasiona.

P.-¿Es usted experta en guisos?

R.-Que me perdonen los auténticos expertos, pero te digo una cosa. Cuidado, cuidado.

P.-Dígame su película favorita.

R.-Tengo muchas y depende del momento. El Padrino. Me apasiona. Lo que el viento se llevó me enamora. Me encantan las películas que te hacen sentir. Creo que vivimos en una sociedad en la que perdemos la capacidad de sentir cuando te remueven por dentro, cuando te hacen llorar. Me encanta llorar con las películas, es algo apasionante, con lo cual te podría hablar de distintas películas que tienen en común entre sí.

P.-¿Qué no puede faltar en un sábado perfecto de Macarena Olona?

R.-Una peli de dibujos bajo la mantita, un día lluvioso con el bebé al lado, pegado a mí. El cielo.

P.-Un político que le haya sorprendido para bien.

R.-Pues fíjate, Gabriel Rufián me sorprendió en la comisión Kitchen que se tramitó en el Congreso de los Diputados. Di voz a quien entonces era mi grupo parlamentario para oponernos a la constitución de esa comisión que investigaba las graves informaciones que han aparecido en torno a lo que se conoce como la Operación Kitchen, que está siendo juzgado por la Audiencia Nacional. Consideré que era una absoluta pérdida de tiempo y un paripé llevar a cabo esa comisión en el Congreso, porque evidentemente los hechos se estaban juzgando en paralelo en la Audiencia Nacional, con lo cual la mayor parte de los afectados que podrían aportar luz a los hechos que desde luego se tienen que investigar de dónde procede, se acogerían a su derecho a no perjudicarse con su testimonio, como así ha sucedido. Pero la mayoría aplastante nos abocó por un interés puramente político y espurio a celebrar y perder el tiempo en esa comisión. Y me sorprendió tremendamente la actuación de Gabriel Rufián, porque, en fin, yo soy abogado del Estado, con lo cual estoy acostumbrada a los interrogatorios, igual que Edmundo Bal, que tuvo intervenciones muy destacadas. Pero Gabriel Rufián, que no es un profesional del derecho, llevó a cabo interrogatorios muy, muy buenos. Me sorprendió.

P.-¿Y algún político que le haya sorprendido para mal?

R.-Pues fue tremendo el momento en el que una diputada de Esquerra Republicana se abalanzó sobre mí en el pleno del Congreso celebrando la sesión plenaria a la vista de todos. Me escupió y me gritó fascista. No me sorprendió esa diputada. Me sorprendió la presidenta del Congreso que permitió que eso se produjera, además de haber secuestrado el Congreso, tal y como ha dictaminado el Tribunal Constitucional después de estimar nuestros recursos.

P.-España es…

R.-Muy grande.

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