El juez imputa a Luis Medina un nuevo delito: alzamiento de bienes
El juez Adolfo Carretero, que investiga la presunta estafa al Ayuntamiento de Madrid en la compraventa de material sanitario durante la pandemia, ha imputado al aristócrata Luis Medina por el supuesto delito de alzamiento de bienes. El Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid le da tres días de plazo para aportar una fianza de casi de 900.000 euros, a fin de satisfacer la posible responsabilidad civil derivada de los hechos. Según la Fiscalía Anticorrupción, el aristócrata y el empresario Alberto Luceño, cobraron una abultada comisión en la venta de las mascarillas, test y guantes que conllevaron un gasto de 10,8 millones de euros al Consistorio.
El magistrado recuerda en su auto que «únicamente se le ha podido embargar un yate matriculado en Gibraltar de 325.515 euros de valor y una cuenta corriente con saldo positivo de 247,26 euros», que quedan lejos del montante total, de 1.216.984,33 euros, que el Juzgado le solicita. La Fiscalía, en su querella interpuesta hace dos semanas, relata que Medina gastó su comisión en bienes de lujo, como este velero y dos bonos bancarios por valor de 400.000 euros. Sin embargo, cuando el juez ordenó embargar sus cuentas, descubrió que estaban casi vacías. Únicamente tenían un salgo de 247 euros.
Anticorrupción le avisó
Hace un año, en abril de 2021, el fiscal anticorrupción Luis Rodríguez le avisó para que no cambiara la titularidad de sus propiedades tras iniciarse la investigación. Sin embargo, el hijo de Naty Abascal y el duque de Feria Rafael Medina hizo caso omiso a esta recomendación. OKDIARIO reproduce el extracto de la conversación:
Fiscal: Vamos a ver, yo le voy a ser muy sincero, si mañana el juzgado pide el embargo de sus bienes y, bueno, yo no lo puedo decir, pero si usted hiciera cualquier maniobra intentando ponérselo a nombre de otro… sería un delito.
Luis Medina: Ah, no, no, no, no, no. Nada más lejos señor fiscal.
Almeida, perjudicado
Desde el Ayuntamiento madrileño aseguran que el Consistorio es una víctima de esta estafa en la que dos empresarios se han lucrado cobrando unas comisiones desmesuradas aprovechando la situación de crisis provocada por la pandemia. Ni Almeida ni ningún trabajador municipal está siendo investigado por Anticorrupción.
Luis Medina se habría beneficiado en su estafa al Ayuntamiento madrileño de una comisión de un millón de euros, dinero con el que habría adquirido, según la Fiscalía, un yate modelo Eagle 44, llamado Feria y por el que pagó 325.515 euros. El empresario Luceño elevó presuntamente las mordidas a 4 millones de euros, destinando lo ganado a la compra de vehículos de alta gama, relojes Rolex y una vivienda de lujo en Pozuelo.
Estafas en la pandemia
Durante las primeras semanas de la pandemia, en las que el Gobierno decretó el estado de alarma, los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño «actuando de común acuerdo y con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico, ofrecieron al Ayuntamiento de Madrid la posibilidad de adquirir grandes remesas de material sanitario fabricado en China».
Luceño se presentó como «experto en importación de productos procedentes del mercado asiático, con fábricas en China a su disposición, y como agente exclusivo de la empresa malaya EEE, a través de la cual se iba a realizar la importación». También, aseguró actuar movido por el deseo de colaborar en la lucha contra la pandemia. «En realidad, ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista», subraya la Fiscalía en su querella presentada ante el juzgado.
Los socios, con su falso currículum, engañaron al consistorio y a todos los grupos municipales, que votaron a favor de adjudicarles tres contratos. En los convenios intervinieron, por una parte, la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid como compradora y, por la otra, la compañía malaya LENO como vendedora para adquirir material sanitario.
En las operaciones, según señala la querella, Luis Medina y Alberto Luceño inflaron artificialmente el precio de las mascarillas en un 148% de su valor real para obtener de esta manera un beneficio neto 4.000.000 dólares.
En el caso de los guantes de nitrilo, que se vendieron a un 426% del precio real del producto, los presuntos estafadores aseguraron que se trataba de «guantes de 40 mm de longitud, de gran calidad y que cubrían la mayor parte del brazo». Sin embargo, los guantes que se recibieron el 8 de abril de 2020 eran guantes de «ínfima calidad y que solo llegaban hasta la muñeca».
En esta misma línea, los socios vendieron test rápidos defectuosos al Ayuntamiento de Madrid. De los 250.000 test recibidos, solo 75.000 tenían un nivel de sensibilidad aceptable (94%); 115.000 tenían un nivel de sensibilidad del 80%, y un lote de 60.000 test tenía un nivel de sensibilidad especialmente bajo, del 66,7%, por lo que la coordinadora General de Presupuestos y Recursos Humanos del Área de Gobierno de Hacienda y Personal del Ayuntamiento de Madrid contactó con los empresarios para devolver el material inservible o recuperar el dinero pagado por dicho lote.