Las imágenes que demuestran la nula sintonía entre Iglesias y Errejón

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Errejón apenas se inmutó y respondió con una sonrisa irónica al ser mencionado por Iglesias.

Esta vez, no hubo beso en la boca. Pablo Iglesias e Íñigo Errejón se saludaron fríamente, se evitaron y finalmente se dieron un tibio abrazo ante los fotógrafos, para lanzar un mensaje de unidad de cara a la galería. Pero los gestos han delatado a los dos dirigentes de Podemos, a pocas horas de que se anuncie el escrutinio que lanzará a uno de los dos al ostracismo. Errejón tiene todas las papeletas para convertirse en el chivo expiatorio de la crisis interna del partido.

Ocurrió por la mañana. Durante su intervención, Pablo Iglesias lanzó varios dardos envenenados a su rival y reivindicó un Podemos que se siente más cómodo en las calles que en la moqueta del Congreso de los Diputados. Pero luego intentó mostrarse pacificador tendiendo la mano a los representantes de las otras dos corrientes internas: «Hablar de mi proyecto para la secretaría general es hablar también de Íñigo Errejón y de Miguel Urbán, cuento con vosotros, compañeros».

Sus palabras sonaron huecas, teniendo en cuenta que muy probablemente Errejón va a cesar como secretario político del partido, si sus tesis son derrotadas en la asamblea. El número 2 de Podemos escuchó las palabras de Iglesias con una sonrisa irónica, sin apenas inmutarse, como muestra el vídeo que encabeza esta información. Finalmente, si limitó a asentir con la cabeza mientras los asistentes coreaban: «¡Unidad!».

Por la tarde, se invertía la situación. Pablo Bustinduy y la portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, subieron al estrado para defender el documento político presentado por el sector errejonista.

 

Cuando concluía su intervención, una parte del público se puso en pie al grito de «Sí se puede». Sentado en la primera fila junto a Irene Montero, Pablo Iglesias ni siquiera levantó la cabeza: aparentaba leer algunos mensajes en su teléfono móvil. Ni escuchó las palabras de sus compañeros errejonistas, ni por su puesto les dedicó ni un triste aplauso.

 

En cambio, como muestra el último vídeo, Iglesias escuchó en pie y visiblemente emocionado el breve discurso de su actual novia, Irene Montero, y aplaudió a rabiar sus palabras. Al fondo, Errejón seguía hundido en su silla y apenas pudo disimular un bostezo.

Irene Montero pidió al público un aplauso de agradecimiento a Juan Carlos Monedero, quien se vio obligado a abandonar la dirección del partido al trascender que intentó defraudar a Hacienda con los 425.000 euros que cobró del Gobierno de Venezuela pocos meses antes de fundar Podemos.

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