CATALUÑA

Illa esconde la bandera de España en la toma de posesión de su Govern con consellers separatistas

El acto, a diferencia del de su toma de posesión, ha sido organizado por el propio Illa

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Joan Guirado
  • Joan Guirado
  • BARCELONA
  • Enviado especial
  • Corresponsal de Gobierno y Casa Real. Siguiendo la actividad del presidente y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y del Rey de España. También política catalana.

Ni rastro de la bandera de España en el primer acto oficial organizado por Salvador Illa como president de la Generalitat. El líder del PSC -que tomó posesión del cargo el pasado sábado- ha presidido este lunes la toma de posesión de sus 16 consejeros. En esta ocasión, la decisión de prescindir de la bandera que une a todos los españoles le compete directamente a él, a su nuevo gabinete, al contrario que en su toma de posesión, organizada por el presidente saliente, Pere Aragonés. Entonces, tampoco la bandera de España estaba presente. De esta forma, Salvador Illa sigue los pasos de sus antecesores, tanto Aragonés como Quim Torra y Carles Puigdemont, al esconder la bandera española en actos institucionales de gran trascendencia.

La Ley 39/1981 regula el uso de la bandera de España y el de otras banderas y enseñas. Esta norma, en su artículo primero, destaca que «la bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución». En el artículo cuarto se añade que «en las comunidades autónomas, cuyos Estatutos reconozcan una bandera propia, ésta se utilizará juntamente con la bandera de España en todos los edificios públicos civiles del ámbito territorial de aquella». Algo que ha incumplido Illa en sus primeras 48 horas como president de la Generalitat de Cataluña.

Toma de posesión

Los 16 nuevos consellers, que fueron anunciados a lo largo del fin de semana, han tomado posesión de su cargo en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, donde han prometido su cargo tras la lectura del decreto de nombramiento por parte del secretario del Govern, Javier Villamayor, y ante el presidente de la Generalitat. Los nuevos miembros del Ejecutivo regional han prometido uno a uno su cargo con un «sí, prometo» en respuesta a la pregunta de Illa: «¿Prometéis cumplir fielmente, de acuerdo con la ley, las obligaciones del cargo que asumís al servicio de Cataluña y con lealtad al presidente de la Generalitat de Cataluña?».

Tras este acto, en un salón lleno de autoridades y familiares de los nuevos miembros del gobierno autonómico, se ha procedido al tradicional traspaso de carteras en las distintas sedes de las consejerías catalanas. Este martes, el Govern de Salvador Illa se reunirá por primera vez. Entre los retos que se ha propuesto el nuevo Ejecutivo catalán, más allá de dar cumplimiento a todo lo acordado con ERC, como la independencia fiscal, se encuentran también cuestiones relacionadas con el «autogobierno» catalán y el fomento de la lengua catalana en detrimento del español. El de Illa es el gabinete más amplio de la historia en Cataluña y el más numeroso de entre los gobiernos autonómicos del Estado.

Sin bandera en su despacho

En la primera imagen que se ha difundido de Salvador Illa en su nuevo despacho presidencial también ha llamado la atención la ausencia de la bandera de España. En la fotografía únicamente aparecen la bandera de Cataluña y de la Unión Europea. El año pasado, su compañero de partido, Jaume Collboni, también prescindió de la bandera española en su despacho en el Ayuntamiento de Barcelona.

El PSOE ha obviado el símbolo nacional en los últimos actos de Salvador Illa. En la firma del acuerdo con ERC, la semana pasada, los socialistas también aceptaron esconder la bandera de España. En las imágenes que difundieron ambas formaciones políticas se podía ver que sólo la catalana, la senyera, presidía el acto. En dicho acuerdo, además del regalo fiscal concedido por el Gobierno de Pedro Sánchez a Cataluña, se subraya «el reconocimiento de Cataluña como nación» y la búsqueda de soluciones para resolver el autodenominado «conflicto político», abriendo la puerta a un referéndum.

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