González Rivas presidirá el TC al descartar el PP a Ollero para no dar excusas a los independentistas
El magistrado Juan José González Rivas presidirá el Tribunal Constitucional (TC), después de que el PP haya renunciado definitivamente a su primera opción, Andrés Ollero, por temor a que su candidatura pudiese ser utilizada por los independentistas para cuestionar la autonomía de la institución.
Ollero partía como favorito. Sin embargo, dos circunstancias han jugado en su contra: por un lado, el veto del PSOE-y en especial de Alfredo Pérez Rubalcaba-por haber sido durante 17 años diputado del PP y su amenaza de bloquear la renovación de las cuatro vacantes designadas por el Senado si los populares seguían avalándole.
Por otro, el temor del Gobierno a que su marcado perfil político- además de parlamentario, en su día fue portavoz del PP en la Comisión de Justicia del Congreso-pudiese ser utilizado por los independentistas como excusa para desprestigiar las resoluciones del Tribunal.
Según fuentes populares, el Ejecutivo ha acabado por asumir así que el magistrado no sería el más adecuado para estar al frente de una institución que tendrá que estar prácticamente enfocada a resolver el desafío con Cataluña.
Trevijano renuncia
Aunque en un amplio sector del Gobierno se había promovido el nombre del también conservador Pedro González-Trevijano como candidato alternativo, el magistrado tenía en su contra que no está en la etapa final de su mandato y, aunque es una norma no escrita, siempre se ha respetado que el presidente del TC sea elegido de entre los jueces que están en esa etapa final, el conocido como ‘último tercio’. Así, él mismo ha optado por renunciar a dar la batalla, sabedor de que cuenta con todas las opciones de ser elegido presidente en la futura renovación.
Esas circunstancias han abierto la puerta a González Rivas. El magistrado sería en principio bien visto por el PSOE y por ello su candidatura no cuenta con aparentes problemas para prosperar. En fuentes populares se reconoce, no obstante, la preocupación porque aunque «intelectualmente, es un peso pesado» puede adolecer de «capacidad de acción» para manejar «un momento especialmente duro en lo que respecta al independentismo».
Malestar entre los magistrados
La carrera por la Presidencia del Constitucional se ha acelerado en los últimos días, en especial por la elección, el pasado jueves, de los cuatro magistrados que correspondían al Senado y que son los pactados por el PP y el PSOE.
Estos magistrados tomarán posesión de sus cargos esta misma semana, en fechas que se sitúan entre el próximo martes o miércoles, y es previsible que antes de que termine la semana se convoque el Pleno para la elección de nuevo presidente del Tribunal Constitucional.
Entre los jueces no se oculta que el acuerdo que ha acabado por desplazar a Ollero provoca malestar. En primer lugar, porque consideran que el hecho de que haya sido diputado no debería ser inconveniente alguno para su ascenso. Y sobre todo, porque ha quedado en evidencia que la injerencia política es un hecho. Los magistrados, que creían gozar de cierta autonomía para hacer prevalecer un voto que les corresponde por derecho, han comprobado cómo, finalmente, se impondrá un acuerdo influido desde fuera por los intereses de los partidos.
El pacto ha provocado incomodidad sobre todo entre los magistrados conservadores, que mayoritariamente se inclinaban por Ollero.
Roca, vicepresidenta
Lo que sí parece definitivo es que la vicepresidencia será para la magistrada Encarnación Roca. Próxima en su día al PSC, fue elegida magistrada del Tribunal Constitucional en 2012, a propuesta del Parlamento catalán y contó con el visto de bueno de Convergencia i Unió, hoy PDeCat.
Roca es una de las magistradas del Constitucional que firmó la suspensión de la ley de consultas y el referéndum del 9 de noviembre en 2014.