El Gobierno de Sánchez somete a test a menos del 2,7% de los turistas pese a la crisis de las cepas
Los aeropuertos son una de las principales puertas de entrada al virus. Y, ante el auge de la variante delta o india, la situación resulta especialmente preocupante. Pese a ello, los controles realizados en estos puntos siguen cuestionados. Según datos recabados por OKDIARIO del Ministerio de Sanidad, desde el 1 de enero hasta el pasado 5 de julio se realizaron en los aeropuertos internacionales españoles 107.969 test.
Una cifra reducida si se compara con el tráfico aéreo. En los cinco primeros meses del año, última cifra conocida, llegaron a España 3,86 millones de pasajeros internacionales. Con estos datos, los test no cubrirían ni al 2,79% de los viajeros.
Ello, mientras la alerta por la cepa india no deja de crecer. Como ha publicado OKDIARIO, casi uno de cada dos nuevos contagios corresponden ya a esta variante. El Gobierno de Pedro Sánchez, sin embargo, sólo reconoce un 10,8%.
Esta cepa está en el punto de mira de los gobiernos europeos -Reino Unido ya avisó hace un mes de que era un 40% más contagiosa que la británica, entonces dominante- y también de los organismos sanitarios internacionales.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), entidad de referencia de la UE contra la pandemia, advertía en un informe el 23 de junio del “riesgo alto” del impacto de la mutación en las personas no vacunadas o en aquellas que no han completado todavía su inmunidad.
“La evidencia confirma cada vez más la mayor transmisibilidad, mayor riesgo de hospitalización / mayor gravedad y menor efectividad de la vacuna para la enfermedad sintomática después de la vacunación parcial”, recogía en concreto.
Quinta ola
En las últimas semanas los contagios se han disparado y la incidencia acumulada vuelve a colocar a España en riesgo extremo. Se habla ya de la quinta ola de la pandemia. Pero el Ejecutivo se resiste a admitir el impacto de la nueva cepa. De hecho, hace unas pocas semanas, el director del Centro de Alertas y Emergencias, Fernando Simón, pronosticaba que la cepa india sería “testimonial”. “No debemos tener una preocupación excesiva”, manifestaba entonces.
La realidad es que el impacto es ya muy importante en algunas comunidades, como Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y Navarra, donde esta mutación ya está presente en más de la mitad de los casos.
Una situación preocupante de cara a los próximos meses de verano, cuando los contactos aumentan. De hecho, el ECDC ya sitúa a España a la cabeza del peligro de contagio ante la amenaza de la variante Delta.
La Comunidad de Madrid lleva meses reclamando a Pedro Sánchez que intensifique los controles en aeropuertos.
El consejero de Sanidad madrileño, Enrique Ruiz Escudero, reiteró esta semana que el coronavirus llegó a Madrid por Barajas el 25 de febrero de 2020, y un año y medio después «lo sigue haciendo» mientras el Gobierno sigue mirando para otro lado. El control del virus en estos puntos compete al Ejecutivo.
Desde el gobierno de Isabel Díaz Ayuso se remitió recientemente una carta a la ministra de Industria, Reyes Maroto, en la que se reclamaba “hacer lo imposible” por reforzar la seguridad sanitaria.
«Deben establecerse controles regulares y rigurosos: de nada sirve pedir PCR en origen, si nadie comprueba que los viajeros llevan esos PCR», se indicaba en la misiva, firmada por la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera De la Cruz.
La consejera madrileña advertía de que “el turismo no se recuperará si España no es percibida como un país seguro. Y será imposible alcanzar esa percepción si no existe una forma efectiva de prevenir la entrada de viajeros contagiados”.