EL CAMPO SE REBELA

El Gobierno aparca la «empatía» con los agricultores y pasa a reprimirles acusándolos de «ultraderecha»

El Ejecutivo cambió de tono ante las protestas del campo cuando comenzó a sonar con fuerza la convocatoria ante Ferraz

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Pelayo Barro

El Gobierno esconde la zanahoria e intensifica el palo contra el campo. De la «empatía» a la «contundencia». El giro que ha dado el Ejecutivo en los últimos días sobre el modo de afrontar las protestas de los agricultores pone de manifiesto el nerviosismo de Moncloa ante la posibilidad de que la indignación se desborde. Del tono conciliador de los ministros de Agricultura y Transición Ecológica, Luis Planas y Teresa Ribera, respectivamente, con su «estamos con los agricultores», se ha pasado al «vulneran la ley» y el «buscan desestabilizar» de los titulares de Transportes y Hacienda, Óscar Puente y María Jesús Montero. Se les ha empezado a vincular incluso con la «ultraderecha». Entre tanto, el Gobierno ha dado orden a las fuerzas del orden de intensificar la represión, dejando escenas de duros enfrentamientos con los trabajadores del campo este jueves. Incluso con el uso de gases lacrimógenos.

Fue Teresa Ribera quien el pasado martes defendió en una entrevista radiofónica que ante las manifestaciones del campo -que comenzaban en ese momento- había que ser «enormemente solidarios» con la lucha que emprendían los agricultores. «Hay que facilitar la vida al sector primario», insistía, mientras recordaba que «su día a día está lleno de desafíos que tienen que resolver y no siempre están acompañados, hay que ser empáticos».

El tono conciliador de Ribera era el mismo que el utilizado por Luis Planas durante esos primeros días de protestas. «Agricultores y ganaderos quieren algo sencillo; que se les escuche, comprenda y respete, y esa es la actitud en la que está este Gobierno para la búsqueda de soluciones», indicaba Planas, remarcando que «el Ejecutivo entiende sus preocupaciones y estamos con ellos». «Agricultores y ganaderos nos van a tener siempre al lado», insistía.

Todos los intentos del Gobierno por aplacar la revuelta de los agricultores fracasaron. También el anuncio de nuevas medidas y ayudas destinadas a 140.000 agricultores. Comienza a cobrar fuerza una protesta en Madrid en la calle Ferraz, sede del PSOE, prevista para este sábado. El Gobierno, llegado el jueves, constata que la revuelta de agricultores no se para con palabras. El tono cambia radicalmente.

El Gobierno cambia el ritmo

De los perfiles conciliadores de Planas y Ribera se pasa al ala dura de Óscar Puente: «Si con las protestas lo que se hace es bloquear el país, obviamente las fuerzas del orden tienen que actuar”, advierte el titular de Transportes en una entrevista en Antena 3. Las protestas, dice, están «vulnerando la ley». Insiste Puente en señalar a los agricultores cuál es el objetivo, que no es el Gobierno de Sánchez sino la Unión Europea. Y siembra la duda sobre los objetivos reales de las protestas: «Hay gente que se aprovecha de esas justas reivindicaciones y trata de utilizarles para desestabilizar el país porque están en esa operación».

El llamamiento de los agricultores a dirigirse a Ferraz causa nerviosismo en Moncloa. Lo asume, también este mismo jueves, la vicepresidenta Montero:  «Ferraz ha sido la sede donde se han concentrado todos los sectores de ultraderecha que han querido siempre y permanentemente hacer del insulto, de la intolerancia, de la descalificación su manera de hacer política». «Estoy convencida que los mismos agricultores no lo van a permitir», reta Montero.

Aumenta la represión

Este miércoles, miles de tractores volvieron a cortar carreteras por toda España y tomaron el centro de la primera gran ciudad, Barcelona. Las protestas se intensificaron y también los choques con la Policía Nacional y la Guardia Civil. Para entonces, tras comprobar Moncloa que la política de la zanahoria no había sido efectiva, Interior difunde a todas las unidades policiales una serie de instrucciones sobre cómo actuar. El término «contundencia» se repite en dos ocasiones.

Este jueves, las escenas de tensión en las carreteras españolas se intensificaron aún más, siguiendo lo descrito en esa instrucción surgida de los despachos del departamento de Fernando Grande-Marlaska. Del tanteo de días pasados se pasa al enfrentamiento directo en algunos puntos como Zafra, Oviedo, León o Zaragoza. Heridos de ambas partes y detenciones. Interior había ordenado en las horas previas que no se escatime en fuerza ni medios para repeler las protestas y levantar bloqueos. La noche anterior, como desveló OKDIARIO, la Policía recurre a fumígenos y lanzadores de pelotas para aplacar a agricultores en Antequera (Málaga).

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