Génova se blinda contra la aprobación de enmiendas «sensibles» en el congreso del PP

Génova se blinda contra la aprobación de enmiendas «sensibles» en el congreso del PP
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, junto a Maria Dolores de Cospedal y Fernando Martínez-Maillo en la junta Directiva Nacional del PP. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La enmienda de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para enmendar el sistema de ‘doble vuelta’ diseñado por la dirección para la elección de presidentes y exigir primarias tiene pocas o ninguna posibilidad de prosperar.

Y ello, sobre todo, por el mismo sistema de votación de la ponencia de Estatutos y Política, en la que se inscribe. Por primera vez en este congreso-que los populares celebrarán del 10 al 12 de febrero-todos los compromisarios podrán votar, lo que exige de un mayor apoyo para que una iniciativa pueda prosperar. Ello supone especialmente un obstáculo para aquellas enmiendas contrarias a la dirección.

Se trata de una modificación relevante, y de la que Génova hizo gala como ejemplo de democratización interna. Antes, cada compromisario podía inscribirse en dos de los cinco debates-Estatutos y Política, Social, Económica, Educación y Europa-lo que limitaba la participación.  Pero ahora, esa inscripción no será necesaria, de forma que todos podrán pronunciarse sobre asuntos «sensibles», como las primarias o la incompatibilidad de cargos, entre otros. Si una enmienda es aprobada por la mitad más uno de los presentes se incorporará al texto.

Ello dificultará notablemente que la enmienda de Cifuentes pueda prosperar. En el PP de Madrid ya lo asumen. El debate sobre este sistema de elección-al que Génova se opone de manera rotunda-cuenta actualmente solo con el apoyo de la Comunidad Valenciana, que también ha presentado también una enmienda para un sistema de elección más abierto. Pero esto no es suficiente. Madrid, por ejemplo, solo estará representado por 204 de los  3128 compromisarios que participarán en el congreso.

Con la mayoría de dirigentes autonómicos en contra, es difícil que ese debate, fuertemente controlado por el aparato del partido, pueda prosperar. Es más, la mayoría de dirigentes se han posicionado a favor del sistema de ‘doble vuelta’ ideado por el coordinador de la ponencia, el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo: una fórmula en la que los afiliados podrían votar a los pre-candidatos a presidente, pero que, en una segunda fase, limitaría la elección final a los compromisarios. Sin duda, un avance en la elección de los futuros líderes del PP, que ha gustado a la mayoría del partido y que ha relajado las peticiones de una mayor democracia interna.

Por ahora, Génova no ha abierto negociación con el PP madrileño para buscar algún acuerdo. El plazo para la presentación de enmiendas expiró este lunes-en total se han presentado 4.000-y ahora corresponde a los ponentes, en este caso a Martínez-Maillo, ordenarlas y empezar la negociación a fin de incorporar o no las correspondientes correcciones. Desde la dirección nacional admiten no haber hablado con el PP de Madrid sobre las posibilidades de un acuerdo, que no se descarta, pero siempre sobre la base de la fórmula de ‘doble vuelta’.

Algunas opciones son, por ejemplo,  ampliar el poder de los afiliados en la vía del ‘candidato único’, de forma que sea necesario un menor porcentaje de los votos de afiliados para que un aspirante pueda ser elegido sin necesidad de pasar por el segundo filtro de los compromisarios.

El mismo escenario se repite en el caso de la incompatibilidad de cargos, que han puesto sobre la mesa algunos dirigentes y que afectaría sobre todo a María Dolores de Cospedal.

Tras dar prácticamente por zanjado el asunto de las primarias, ese asunto suscita gran interés, aunque la propia secretaria general del PP ha descartado que se vaya a convertir en el tema estrella del cónclave.

De hecho, pese a que la alternancia de cargos haya generado polémica en determinados sectores y centre varias de las enmiendas, la continuidad de Cospedal no está en cuestión. La dirección ya ha advertido que su renovación corresponde al presidente del Gobierno y éste ha insistido en su «capacidad acreditada».

Como publicó OKDIARIO, la ministra de Defensa acordó además con Mariano Rajoy que su nueva responsabilidad al frente de la cartera de Defensa no supondría su salida de la Secretaría General del partido. Varios cuadros del partido sostienen además que la confianza del presidente del Gobierno en ella ha ido afianzándose cada vez más, máxime tras su gestión con las víctimas del Yak 42 tras el informe del Consejo de Estado.

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