La Generalitat manipula la Historia y habla de los inexistentes «reyes catalanes» en su página web
La Generalitat de Cataluña emplea las herramientas a su alcance para dar su propia visión incluso de la Historia, poniéndola al servicio de sus intereses independentistas.
Así se constata en su propia página web institucional, en la que no dudan en referirse a «reyes catalanes», a los que atribuyen una etapa de prosperidad sin igual.
«Con los reyes catalanes, la corona prosperó y se expandió de manera que sus territorios abrazaban Mallorca, Valencia, Sicilia, Córcega, Cerdeña y Nápoles», se puede leer en el apartado dedicado, entre otros, a explicar la Historia, la Cultura y la Lengua catalana.
La denuncia se incluye en un informe elaborado por la Plataforma Aragonesa No Hablamos Catalán, que documenta la manipulación de la Historia y, además, «contra los intereses de los aragoneses» por parte de la Generalitat de Cataluña.
Evidentemente, ni Cataluña fue reino, ni, en consecuencia, tuvo reyes, sino que el territorio se unió al Reino de Aragón en la condición de Condado de Barcelona.
Las únicas menciones a la Corona de Aragón son, de hecho, despectivas. Así, en otro momento se asegura que «el linaje de Guifré el Pelós (Wifredo el Velloso) fue el embrión de la corona de Aragón, al unir su destino con el reino aragonés en virtud de los problemas dinásticos que sufría esta monarquía».
En otro momento, se adueñan incluso de los almogávares, la infantería de la Corona aragonesa, de quienes se cuenta: «En el siglo XIII Cataluña tuvo una de las mejores infanterías del mundo, los almogávares, que incluso fueron contratados para combatir al turco en Constantinopla, donde hicieron oír su grito de batalla: Desperta ferro!». En realidad, se dejan medio grito de guerra en el tintero: ¡Desperta ferro! ¡Aragó, Aragó!».
«Resurgir del catalanismo»
El apartado se explaya en lo que define como «resurgir el catalanismo» y que sitúa en las guerras napoleónicas, cuando «Cataluña es temporalmente segregada por Bonaparte».
«En el último tercio del siglo XIX se produce un gran resurgimiento del catalanismo en todos los aspectos», prosigue. En política, «el resultado es la Mancomunidad, la unión de las diputaciones como institución que representaba a Cataluña. Su existencia fue corta, porque en el año 1923 fue abolida por la dictadura de Primo de Rivera».
«La situación cambia radicalmente con la República y en 1932 se restaura la Generalitat y se aprueba el Estatuto de Autonomía. La Guerra Civil de 1936-1939 y la victoria franquista suponen una larga dictadura, durante la cual son proscritos los signos de identidad y las instituciones catalanas».
En otro momento se señala que «la democracia restaura la Generalitat, con Josep Tarradellas como presidente. Dos años después, Cataluña tenía un nuevo Estatuto de Autonomía. La vigencia del Estatut coincide con una de las épocas de más desarrollo económico y social de Cataluña. «25 años después se considera que ha llegado el momento de poner al día la norma básica que regía el país. Después de un complejo proceso de revisión y tramitación, el Estatuto se aprobó en referéndum en 2006», añade.
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