Los documentos incautados revelan la fecha que fijaron los golpistas para la independencia: 2022
La documentación en poder de la Guardia Civil demuestra que los separatistas previeron desde el primer momento los obstáculos que les ha puesto el Gobierno en su golpe secesionista y se prepararon para sortear lo que denominaron como “asfixia económica y judicial”. Para ello establecieron una hoja de ruta en la que el logro definitivo de su ruptura con España y la creación de una ‘república catalana’ independiente no llegaría hasta el año 2022.
El desarrollo de ese calendario figura ya entre la documentación que la Policía Judicial ha puesto a disposición del Juzgado número 13 de Barcelona. Una documentación que detalla cada fase hasta el punto de señalar, incluso, cómo aprovecharse del debate que puede abrir el definitivo cumplimiento del Brexit en enero de 2018. El texto y las explicaciones desarrolladas y pactadas por todas las fuerzas golpistas explican igualmente cómo provocar unas elecciones catalanas en septiembre del próximo año y hasta cómo fraguar definitivamente la independencia sin prisas: en septiembre de 2022.
La estrategia “pasa por una oferta de suma a las fuerzas políticas pro referéndum, a partir de ahí, una oferta de negociación de referéndum pactado con el Estado español”, aclara el documento. Fases que ya se han probado hasta el momento y que vuelven a sonar estos días. Especialmente, la oferta de referéndum pactado, un escenario en el que incluso un tripartito con el PSC en su interior podría verse inmerso, como ya ha adelantado OKDIARIO.
Porque, como señalaron los estrategas de la Generalitat hace meses, “en caso de que éste [el Estado] no acepte, se producirá un conflicto que puede derivar en la creación de un Estado propio que podría derivar en un referéndum acordado”. Este debería haber sido el punto actual. Un punto al que se ha llegado sin conseguir el Estado propio que ellos definían. Pero, lo cierto, es que también se anticiparon a los problemas que podrían surgir en este camino: “Ante la gravedad de esa segunda vía” –cuestión que también previeron– “se planifica la estrategia ante un conflicto muy complejo que requiere mucha determinación eligiendo las herramientas adecuadas y mucho apoyo social que sería más fácil con una clara mayoría independentista en el Parlamento”.
A partir de ahí, los escenarios vuelven a multiplicarse. El escenario inicial apuntaría hacia la unilateralidad, cuestión que ya se ha intentando. El segundo, sin embargo, señala que “otro escenario ante la DUI (declaración unilateral de independencia) es que se mantuviese la asfixia económica y judicial, con lo cual, la consigna volvería a ser generar más conflicto y desconexión forzosa para llegar al referéndum acordado”: estrategia que podría verse en breve si se sigue cumpliendo el plan secesionista.
A todo ello se debe llegar por medio de dos etapas, según las previsiones golpistas. “La primera etapa con un gobierno de transición y la segunda con un gobierno de la independencia”. El primero, el gobierno de transición, es el encargado de construir el Plan Estratégico creíble realizable y de consenso y “crear herramientas para asegurar el nacimiento del nuevo estado”. Esta sería la etapa actual, un momento en el que “en definitiva”, se puedan “evaluar los riesgos de la transición y crear a las herramientas de contingencia y comunicación”. Para “una vez realizado ese trabajo, convocar a elecciones cuando se sepa que habrá un nuevo Parlamento independentista”, por eso el plan recoge nuevas elecciones en septiembre de 2018, momento en el que realmente finalizaría “el Gobierno de Transición”.
Porque lo importante se seguir con el golpe hasta que funcione. Con paciencia y sin prisa. Razón por la que, pese a contar ya con realizar el golpe que acaba de pasar, los separatistas no dudaron en reflejar como fecha final de su plan el año 2022: donde se “podría declarar la independencia el día después de su constitución o el día anterior de su disolución, que sería en Septiembre de 2022.