Los forenses concluyen que Pujol «no está en condiciones» de ser juzgado por su «deterioro cognitivo»
La Audiencia Nacional lo cita para que los jueces puedan examinarlo directamente el próximo lunes
La instrucción del comenzó hace 14 años y duró seis

Los médicos forenses que han examinado al ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol han concluido que sufre un «deterioro cognitivo moderado», por lo que no está «en condiciones físicas ni cognitivas para comparecer en un juicio» ni dispone de «capacidad procesal» para defenderse en una vista que debería comenzar el próximo jueves 20 de noviembre.
El informe pericial fue encargado por la Audiencia Nacional después de que la defensa de Jordi Pujol, de 95 años, pidiera al tribunal que valorara su capacidad para ser juzgado. Reclamaba también poder seguir el juicio por videoconferencia.
Tras recibir el informe forense, la Audiencia Nacional ha dictado una providencia en la que cita a Pujol para que los jueces puedan examinarlo directamente el próximo lunes, antes del inicio del juicio, aunque le permite comparecer por videoconferencia.
Antes de hacerlo, los médicos del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (IMLCFC) que exploraron al presidente catalán por orden de la Audiencia Nacional están citados para que ratifiquen su dictamen, junto al médico forense de la Audiencia Nacional.
Fallos de memoria y fatiga «atencional y cognitiva» de Jordi Pujol
Los forenses, que se entrevistaron con Jordi Pujol en su propio domicilio de Barcelona para explorarlo, sostienen en su informe que el ex president sufre un «diagnóstico de trastorno neurocognitivo 2 de tipo mixto, alzhéimer y vascular», informa Efe.
Ese trastorno provoca en el ex president «un deterioro cognitivo moderado, siendo éste irreversible, progresivo, evolutivo y sin tratamiento eficaz», por lo que los forenses sostienen que no está «en condiciones físicas ni cognitivas para comparecer en un juicio, ni dispone de la capacidad procesal necesaria para poder defenderse de manera autosuficiente».
En la entrevista, los forenses apreciaron fallos de memoria en el ex presidente, quien perdió el hilo de la conversación con ellos en varias ocasiones, además de presentar una fatiga «atencional y cognitiva» conforme avanzaba la exploración.
«Los resultados obtenidos muestran alteraciones significativas en diversas áreas cognitivas, especialmente en orientación temporal, denominación, función visuoespacial, inhibición y fluidez verbal. A pesar de la conservación parcial de la memoria incidental, el perfil global sugiere un deterioro cognitivo moderado», añade el informe.
Pujol permanece ingresado en la clínica Sagrada Familia de Barcelona por una neumonía de la que evoluciona favorablemente, por lo que está previsto que pueda recibir el alta el próximo jueves.
Seis años de una instrucción que empezó hace 14
La Fiscalía pide una condena de nueve años de cárcel para el ex president, al que acusa de integrar, junto a su esposa Marta Ferrusola, ya fallecida, y sus siete hijos, una trama para enriquecerse con comisiones de empresarios a cambio de adjudicaciones, hasta amasar una fortuna que ocultaron en Andorra durante décadas. La instrucción del caso comenzó el 2014, tras una denuncia del sindicato Manos Limpias por presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias, delito fiscal, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación y falsedad.
La denuncia recayó en el juzgado 31 de Barcelona, donde la juez titular acordó abrir diligencias y notificar su decisión a la Fiscalía. En diciembre de 2015 el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, citó a declarar como imputado a Jordi Pujol, y a su esposa, Marta Ferrusola, por un delito de blanqueo de capitales continuado.
En el auto de citación del matrimonio, el juez apuntó a que todos los miembros de la familia habían venido «orquestando durante años una estrategia compartida y coordinada para desarrollar distintos negocios económicos, generar réditos, ocultarlos, y distribuirlos entre todos de acuerdo con criterios establecidos para conseguir el lavado de los activos conseguidos».
En julio de 2020, el juez José de la Mata Amaya, titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, consideró que la fase de instrucción podía darse por terminada y que había indicios de delito para juzgar a toda la familia Pujol.