Acoso a la Guardia Civil

La Fiscalía investiga como «delito de odio» el acoso de los CDR a los cuarteles de la Guardia Civil

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Pelayo Barro

La Fiscalía Superior de Cataluña ha abierto diligencias para determinar si algunos episodios de acoso a casas-cuartel de la Guardia Civil en Cataluña por parte de los CDR pueden ser constitutivos de un delito de odio y humillación a los agentes y sus familias.

En los próximos días se cumplirán dos meses del inicio de la grave crisis de seguridad pública en la que vive sumida Cataluña. Todo comenzó con la detención, por parte de la Guardia Civil, de los nueve CDR acusados de delitos de terrorismo -siete de ellos continúan en la cárcel-. Y se agravó seriamente con la publicación de la sentencia del Procès. En todo este tiempo, uno de los objetivos habituales de la violencia de los radicales ha sido la Guardia Civil y sus casas-cuartel.

«¡Pim pam pum!»

El pasado 20 de septiembre, unos días antes de que la Guardia Civil desarticulara el ‘comando CDR’ con explosivos en su poder, los radicales se dirigieron al cuartel de Travesía de Gracia (Barcelona) para realizar lo que la Benemérita entendió como «un simulacro» previo a la publicación de la sentencia del ‘procés’. Aquel día sonaron los «¡pim pam pum, que no quede ni uno!» que los CDR han tomado prestados del mundo proetarra.

Aquellos hechos fueron denunciados por parte de la asociación ‘Unión de Guardias Civiles’ ante la Fiscalía Superior de Cataluña, que ha abierto diligencias para investigarlos ante la «alarma social generada entre los trabajadores y su entorno».

La denuncia que ha motivado la investigación pone de relieve que los hechos ocurridos ese día suponen una clara muestra de «fomento del odio, humillación y menosprecio de una persona o grupo de personas», recogido en el artículo 510 del Código Penal. En este caso, los agentes y sus familias.

No es la único caso de acoso a casas-cuartel de la Guardia Civil que investiga la Justicia. Otros episodios recientes, especialmente los vividos en la noche del 15 de octubre -día en que se publicó la sentencia que condenaba a los golpistas- también están siendo investigados por la Fiscalía.

Valls, Pineda, Calella, Tortosa… durante aquellas jornadas las casas-cuartel de la Guardia Civil volvieron a ser objetivo de las iras de los radicales separatistas. «Ha sido una noche muy larga» explicaban esos días a OKDIARIO agentes de la Guardia Civil destinadas en Cataluña.

Los episodios de acoso también fueron denunciados por otras asociaciones profesionales de la Guardia Civil. AproGC, por ejemplo, se preguntaba «¿Qué culpa tienen los Guardias Civiles, y sus familias, de que unas personas incumplan las leyes y hayan sido condenadas?».

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