La Fiscalía se inclina por no imputar a la presidenciable Elsa Artadi
La Fiscalía se inclina por no imputar a Elsa Artadi. La persona de confianza de Carles Puigdemont, y una de las grandes bazas de JxCAT para seguir controlando la Presidencia catalana, no contará con la petición de la Fiscalía de ser procesada por considerar que su papel en el golpe no fue lo suficientemente relevante como para entrar en el amplio colectivo de casi 30 personas imputadas.
La decisión, que sólo podría ser alterada en caso de aparecer pruebas contundentes adicionales a las actuales, permitirá, de este modo, dejar una puerta abierta a JxCAT para poder seguir siendo el partido líder del bloque separatista y evitar que todas sus opciones de continuidad se limiten a Puigdemont. Y es que el ex president fugado tan sólo tiene dos opciones: quedarse en Bruselas hasta que -más pronto o más tarde- acabe siendo extraditado y, acto seguido, entre directamente en prisión; o volver para entregarse y, de nuevo, entrar directamente en prisión.
La puerta abierta de Artadi, sin embargo, sí permite a JxCAT seguir jugando la partida y, por lo tanto, puede abrir una fisura entre los ya de por sí escasos seguidores en PDeCAT con los que cuenta a estas alturas el fugado Puigdemont, y el resto de este partido.
Artadi, de hecho, ha dejado ya constancia de que no acepta los pactos entre PDeCAT y ERC para dar paso, tras Jordi Turull -tal y como figuraba en los pactos iniciales-, a una persona de ERC.
De hecho, los últimos movimientos de JxCAT, tal y como ha adelantado OKDIARIO, han demostrado ya que esta formación está dispuesta a reventar ese pacto, incluso, anticipándose a la designación del propio Turull.
Artadi podría, de este modo, suponer una baza importante. Y es que, así como Turull se encuentra imputado y en libertad condicional bajo fianza, Artadi no está en ninguna fase judicial.
La regente de Puigdemont, además, tiene claras ambiciones y ya lo ha demostrado. Artadi, o “la Elsa” -como la llamaban los golpistas cuando se referían a ella como compañera del Comité Estratégico en los preparativos del referéndum ilegal- sabe perfectamente que su posición es mejor que la de Turull o que la de Marta Rovira (ERC) -también imputada-. Y que, por lo tanto, puede jugar esta baza, tanto si definitivamente se inviste a Turull, como si se acaba prefiriendo no prologar la inestabilidad.
Turull es el primero en saber que, en caso de llegar a ocupar el principal sillón del Govern, durará como presidente autonómico lo que tarde en dictarse el auto de procesamiento, el de apertura de juicio y la consiguiente y evidente condena para quien fue conseller estrella del Govern golpista. Puede durar, por lo tanto, poco más de un año el mandato del ex conseller, porque al haberse declarado la causa compleja, la instrucción se alargará hasta un máximo de 18 meses y, con ello, Turull puede sacar brillo a su sillón durante ese periodo.
Pero en ese momento, Turull sería inhabilitado, apartado de la Presidencia, y el cargo de molt honorable volvería a quedar desierto en esta interminable inestabilidad gubernativa de Cataluña. Un tránsito que no ocurriría con Artadi.
Artadi sabe que sus contrincantes -y casi enemigos- por el cargo serán, en cualquier de los momentos en los que se inicie la pelea, Pere Aragonés y Rovira por parte de ERC. Mucho más el primero que la segunda, y es que la campaña del 21-D ha puesto en evidencia las carencias de una líder designada digitalmente por Oriol Junqueras pero que ha resultado incapaz de la más mínima dosis de liderazgo real.