Artadi se rebela y maniobra ya para ser presidenta cuando la Justicia inhabilite a Turull

Elsa Artadi
La portavoz del Govern de la Generalitat de Cataluña, Elsa Artadi. (AFP)
Carlos Cuesta

Elsa Artadi no acepta los pactos entre PDeCAT y ERC. La mujer de confianza de Carles Puigdemont se rebela y maniobra ya para ser presidenta cuando la Justicia inhabilite a Jordi Turull.

Primero tenía que aparentarse la investidura honorífica del fugado Puigdemont. Luego debía hacerse el teatro de postular como presidenciable a un preso preventivo habitante de Estremera -Jordi Sánchez-. Y ahora, tercer acto, le toca el turno a un president con fecha de caducidad: Jordi Turull. Así eran los pactos entre PDeCAT y ERC, tal y como los adelantó desde el primer día OKDIARIO y tal y como se los han vendido, día a día, a los votantes separatistas para seguir mostrando la supuesta vitalidad del golpe contra España y la Constitución.

Pero esos acuerdos han descuidado un pequeño punto: que JxCAT no es exactamente lo mismo que PDeCAT ni mucho menos. JxCAT es el reino de Puigdemont, un rey sin trono real, fugado, y sin más posibilidad de hacer acto de presencia que el de experimentarlo desde la cárcel. Pero con una regente con claras ambiciones: Elsa Artadi, figura que por el momento está más lejos del radio de acción de la Justicia que el resto de sus compañeros del Comité Estratégico del golpe del 1-O. Y “la Elsa” -como la llamaban los golpistas cuando se referían a ella como compañera, e incluso superior jerárquica, en los preparativos del referéndum ilegal- ha tomado buena nota de todo ello.

Artadi sabe perfectamente que Turull será investido tras el show mediático -ya abortado por la Justicia- de pretender que un preso, Jordi Sánchez, convoque a sus consejeros desde una celda y dé órdenes de Gobierno regional en los turnos del vis a vis.

Pero Turull durará como presidente autonómico lo que tarde en dictarse el auto de procesamiento, el de apertura de juicio y la consiguiente y evidente condena para quien fue consejero estrella del Govern golpista. Durará poco más de un año el mandato del ex consejero, porque al haberse declarado la causa compleja, la instrucción se alargará hasta un máximo de 18 meses y, con ello, Turull sacará brillo a su sillón durante ese periodo.

Pero en ese momento, Turull será inhabilitado, apartado de la Presidencia, y el cargo de molt honorable volverá a quedar desierto en esta interminable inestabilidad gubernativa de Cataluña. Y ese es el momento para el que Artadi -y Puigdemont- quieren estar preparados.

Los acuerdos bajo mesa de PDeCAT y ERC han aceptado que tras el paso de Turull se vuelva a discutir si el cargo debe seguir correspondiendo a un ex convergente o si debe pasar a un republicano como muestra de coordinación separatista. Pero en ese acuerdo, lo cierto, es que creen poco los hombres fuertes de PDeCAT, pero aún menos cree Artadi, persona tan ambiciosa como cercana a Puigdemont, fugado que sigue considerando que el cargo debería ser suyo y que, puesto a perderlo, prefiere hacerlo en su mujer de confianza.

Artadi sabe que sus contrincantes -y casi enemigos- por el cargo serán Pere Aragonés y Marta Rovira en el caso de ERC. Mucho más el primero que la segunda, y es que la campaña del 21-D ha puesto en evidencia las carencias de una líder designada digitalmente por Oriol Junqueras pero que ha resultado incapaz de la más mínima dosis de liderazgo real. Además, Rovira cuenta con altas probabilidades de seguir un camino procesal parecido al de Turull. Caso que no afecta a Aragonés, hombre mucho mejor visto en Madrid -con él se han negociado buena parte de los asuntos técnicos relativos a la financiación catalana- e igualmente avalado por el dedo de Junqueras en la Consejería de Economía.

Por parte de JxCAT, Artadi también contará con rivales. En especial, con Eduard Pujol, figura en alza a la que, sin embargo, Puigdemont no considera en igualdad con Artadi.

Artadi, además -pareja del que fuera director de la Inspección de la AEAT en el primer Gobierno de Aznar, Heribert Padrol-, sabe que no despierta temores absolutos en el PP. Y eso que las grabaciones, documentos y demás pruebas en manos de la Guardia Civil y la Justicia la retratan como la verdadera mano derecha de Puigdemont para garantizar que el golpe a la Constitución, la legalidad y España avanzase al ritmo adecuado.

Hechos que, sin embargo, no han evitado que haya quedado hasta el momento fuera del alcance de la Justicia. Con todo ello, lo cierto es que no faltan sectores del PP que creen que podría intentarse una “peneuvización” -término que utilizan literalmente para referirse al intento de llevar JxCAT a la senda del PNV- de los golpistas aprovechando, precisamente la mayor formación de Artadi -doctora por Harvard- y sus contactos con gente            -Heribert Padrol- con los que nunca se han roto del todo los lazos creados en el pasado.

Por todo ello, Artadi, mantiene su espada en alto; sus contactos en plena forma, tanto en Cataluña como fuera de esta región; y prepara ya sus bazas para intentar ser ella y ningún otro la que recoja el testigo del Govern tras el paso de Turull.

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