Feijóo confiesa que analizó «24 horas» la amnistía que le exigió Junts pero la rechazó por «ilegal»
El líder del PP sopesó la condición que le puso el independentismo para investirlo presidente, pero la acabó rechazando
Alberto Núñez Feijóo rechazó la amnistía que le había exigido Junts como condición para hacerlo presidente de España, pero la estuvo sopesando durante un día. El líder del PP lo ha desvelado este sábado, en una comida-mitin que ha tenido lugar en Sarria (Lugo), en el marco de la campaña para las elecciones gallegas del 18 de febrero. Feijóo analizó la propuesta de Junts durante «24 horas» y sacrificó la oferta: no estaba dispuesto a ser investido presidente del Gobierno a cambio de una amnistía que, según ha indicado Feijóo este sábado, era «ilegal».
Primó el dictamen jurídico y el criterio de salud democrática antes que la aspiración a ser investido presidente del Gobierno a cualquier precio. Pero, al mismo tiempo, la revelación hecha este sábado por el líder del PP destapa que en Génova estuvieron considerando la opción, siquiera durante un día. Este extremo es relevante, porque hasta ese momento el PP había reiterado que jamás aceptaría la amnistía y que la rechazaría por completo, sin más. Sin embargo, cuando se topó ante la tesitura, Feijóo ha reconocido que sí hubo unas horas en las que sopesaron la amnistía, pero que al final la desecharon tras un día dándole vueltas a la alternativa.
Feijóo ha confesado los detalles este sábado. Hasta ahora no había entrado con esa minuciosidad en un relato que, al tiempo que desvela cómo fue la intrahistoria en el PP, también pone aún más en evidencia a Sánchez, al quedar constatado que el socialista no fue la única opción para los independentistas a la hora de hacer valer los decisivos escaños que obtuvieron en las elecciones 23 de julio del año pasado. El secesionismo catalán pasó a tener la llave de la gobernabilidad ante la negativa de Sánchez –que instauró hace años– a facilitar la investidura del presidente más votado sin necesidad de tener que recurrir a concesiones a partidos que repudian la Constitución y que propugnan la división de España.
El líder del PP ha subrayado que hubo una rápida y profunda reflexión ante las condiciones que le puso Junts para investirlo presidente. Pero la conclusión fue rotunda. Un no. Ha insistido en que era la única respuesta posible ante el órdago que habían lanzado los independentistas: «Aceptar una amnistía a favor de unos políticos rompe el principio de igualdad de las leyes que soporta el PP como partido de Estado».
La falsa «convivencia»
Núñez Feijóo también ha reprochado al sanchismo que banalice el concepto «convivencia» para justificar su atrincheramiento en el poder a cualquier costa, hasta el punto de romper los límites de la legalidad constitucional. En este sentido, ha subrayado que, en democracia, es imposible alegar una supuesta «convivencia» para colocar por encima de la ley a quienes atacan precisamente el máximo marco de convivencia que es la Constitución y el elemental principio que consagra, el de la igualdad ante la ley y la primacía del Estado de derecho.
«Claro» –ha dicho Feijóo– que «estoy a favor de la reconciliación» en Cataluña, pero –ha remarcado– «nunca puede pasar por la impunidad». A renglón seguido ha destacado que el empeño con el que el Gobierno de Sánchez está intentando vender la amnistía como constitucional «a martillazos». El Ejecutivo de Pedro Sánchez lleva «cinco meses» tratando de «encajar la amnistía» a «martillazos» tanto en el Estado de derecho español como en la legalidad de la Unión Europea. Y, para colmo, ha indicado el líder del PP, Sánchez y su órbita gubernamental «insultan a todo el mundo» que se expresa en contra de la amnistía.
El poder no cabe sin Constitución
El líder de la oposición ha indicado que él nunca aceptaría ser investido presidente del Gobierno por aquellos que, de una u otra forma, le exijan como condición el adoptar medidas que no entran en el marco de la legalidad constitucional. Eso es para él, dice, «una línea roja» como candidato a la presidencia de España. Por eso, ha explicado que al volver a cerciorarse de que la amnistía que le exigió el independentismo era «ilegal», porque «no cabe en la Constitución», les trasladó un no rotundo, aun a costa de que eso le suponía renunciar a la Moncloa.
Feijóo ha destacado que, por esa convicción democrática que le guió en su decisión, en ningún momento se ha arrepentido de la decisión que tomó. Ha recordado con satisfacción la negativa que dio a los independentistas para salvaguardar el Estado de derecho. Sin embargo, ha lamentado, cuando los sediciosos llamaron a la puerta de Pedro Sánchez, el socialista vio en esa infracción legal «una oportunidad» para continuar en el poder. Y la ha amarrado hasta el punto de provocar una crisis en los cimientos institucionales de la democracia española, con la judicatura en pleno censurando la maniobra impulsada por el Poder Ejecutivo, que a su vez asiste a los continuos ataques de sus socios contra la independencia judicial si ésta va en contra de sus intereses de impunidad penal.
Además, Feijóo ha alertado con la inutilidad práctica de la amnistía, que lejos de facilitar la «convivencia» va a dar oxígeno reforzado a los separatistas. Y será así, ha dicho, porque los cabecillas del frustrado golpe independentista que tuvo lugar en Cataluña en 2017 nunca han pedido perdón por aquella revuelta y las que les siguieron. No hay propósito de enmienda. De ahí que, según ha insistido Feijóo, la amnistía no suponga un beneficio sino un perjuicio para la convivencia constitucional.
En este sentido, ha subrayado que el PP jamás va a aceptar que los independentistas les obliguen «a pedir perdón por exigir que tienen que cumplir las leyes». «Lo vamos a exigir siempre, nos cueste lo que cueste, y en esta ocasión nos ha costado la Presidencia del Gobierno», ha remachado. El Estado de derecho consagrado por la Constitución es la clave de bóveda de la democracia, que el PP va a defender, según el planteamiento expuesto por Feijóo.
Tsunami y el terrorismo
Asimismo, ha clamado por el respeto al principio de la división de poderes que también es esencial en cualquier democracia mínimamente solvente. Y, en consecuencia, ha exigido al Gobierno de Sánchez que deje de poner en cuestión la acción de los jueces que instruyen las causas relacionadas con el procés. Feijóo ha reiterado que no es tolerable en un Estado democrático de derecho que el Poder Ejecutivo, en vez de defender la independencia del Poder Judicial, dé amparo a las tesis de quienes lo atacan desde el Legislativo y desde órbitas partidistas porque las instrucciones judiciales no contentan sus intereses personales.
A renglón seguido, y en consecuencia con ese planteamiento, Feijóo se ha negado a calificar si las violentas revueltas de Tsunami Democràtic fueron o no actos de terrorismo. «Eso corresponde a fiscales y jueces», ha asegurado, porque ellos «saben mucho más» sobre ello. El Gobierno, sin embargo, con el propio presidente Sánchez al frente, sí llevan semanas pregonando la tesis de que no cabe imputar a esos acusados delitos de terrorismo.