FALSA AGRESIÓN HOMÓFOBA

El falso denunciante de Malasaña se dejó marcar la palabra “maricón” en el glúteo en una sesión de sadomasoquismo

Agresión homófoba Malasaña
El falso agredido de Malasaña confesó que se lo inventó todo.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Poco a poco trascienden más detalles de la falsa denuncia interpuesta por un chico de 20 años del barrio madrileño de Malasaña que aseguraba haber sido víctima de una salvaje agresión homófoba y que ha acabado siendo una gran mentira que ha puesto patas arriba al país y a la Policía. El chico llamó a su pareja sentimental justo antes de presentar la denuncia y al parecer fue este joven quien le convenció para denunciar en la comisaría de Centro en Madrid.

Se me ha ido de las manos”. Esta es la lacónica frase que los policías de la Brigada Provincial de Información de Madrid escucharon pronunciar la tarde del miércoles día 8 durante el cuarto interrogatorio al que sometieron al chico de 20 años que aseguraba haber sido asaltado por ocho desconocidos que le habían grabado con un cuchillo la palabra “maricón” en los glúteos. Los agentes lo habían citado en dependencias policiales con la excusa de poder repasar los datos que permitieran llevar a la detención de sus agresores. Sin embargo, lo que los policías pretendían desde el primer momento es que el joven derrotara.

Para empezar, los agentes le hicieron ver al chico que nada de lo investigado en la escena de la falsa agresión se parecía a lo que él contaba. Ni ellos habían encontrado al grupo que describía en las cámaras de seguridad, ningún testigo respaldaba lo que contaba y en el rellano del edificio no había evidencias físicas de la agresión presuntamente ocurrida en Malasaña. ¿Cómo puede ser que a una persona adulta le graben la palabra “maricón” en el culo mientras se resiste y no haya una sola gota de sangre en el suelo?

«Quiero que me trague la tierra»

El chaval de 20 años se vino abajo y reconoció que la lesión no era tal. Se dejó mutilar el culo con un cuchillo de manera voluntaria y lo hizo al parecer durante una sesión íntima de sadomasoquismo en compañía de otros dos hombres. A última hora de la tarde de ayer el joven regresaba a su casa donde varios periodistas se apostaban buscando su primera reacción. «Quiero que me trague la tierra, los periodistas lo habéis manipulado todo». Esto fue lo que aseguró un chico que se enfrenta a una acusación por denuncia falsa que ahora dice que sólo quiere volver con su familia

Los investigadores también han querido saber por qué acudió directamente a la comisaría a presentar la denuncia y no llamó directamente al número de emergencias desde el portal de Malasaña después de que se marcharan los agresores, que ahora todos sabemos, son fruto de su imaginación. El chico asegura que a la primera persona que llamó fue a su pareja sentimental. Las fuentes consultadas por OKDIARIO establecen en virtud de esto una secuencia lógica de los hechos. Los investigadores creen que el joven recapacitó tras dejarse grabar las nalgas y que se vio en el aprieto de tener que explicárselo a su pareja y a quien le viera en bañador o paños menores. En algún momento le pareció buena idea inventarse lo de que había una banda por Madrid cazando homosexuales para marcarlos.

Ahora que los investigadores han descubierto que la agresión de Malasaña era un fiasco y que nunca existió se afanan en completar un informe que argumente un presunto delito de simulación de delito y denuncia falsa. Además, deben localizar a los presuntos autores de las marcas en el glúteo para que declaren y así ratifiquen los datos aportados por el denunciante en su confesión. Así se pone fin a 72 horas de mentira que en el miércoles tuvo sus momentos más frenéticos desde que este periódico fuera el primero en revelar que no había ninguna prueba material o testifical que apoyara la versión de la falsa víctima.

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