La Policía no encuentra a los autores de la agresión homófoba de Malasaña en ninguna de las cámaras
El joven describió a los "ocho encapuchados" y ninguna de las grabaciones localiza a ningún grupo con sus características
La Policía investiga una agresión homófoba en la que grabaron «maricón» en el glúteo de la víctima
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El pasado domingo a las cinco de la tarde un jovencísimo vecino de 20 años del barrio madrileño de Malasaña aseguraba haber sido víctima de una gravísima agresión física en el propio portal de su casa. El joven aseguró presencialmente en comisaría, no hubo llamada a la Policía, que un grupo de personas lo habían atacado llegando a rajarle el labio con un arma blanca con la que también, según la denuncia, le marcaron los glúteos con la palabra “maricón”. 72 horas después de estos gravísimos hechos OKDIARIO tiene datos objetivos de la agresión que ha sido tildada de manera inmediata e inequívoca como delito de odio u homofobia.
Los investigadores saben que se tratará de una investigación seguramente larga por los hechos que relata el denunciante. El chico sólo ha podido aportar datos aislados de las características de sus atacantes y asegura que todos, ocho hombres, iban encapuchados cuando lo atacaron. La imagen descrita por la víctima -las heridas están confirmadas- es aterradora y lleva a pensar en un grupo de cazadores de homosexuales que ronda las calles de Madrid. Pero, ¿hay alguna evidencia más allá del relato del joven que demuestre este hecho tan preocupante? Por ahora no.
Cámaras, llamadas y testigos
Los investigadores tenían un dato a favor en estas complicadas pesquisas: la escena del crimen, Malasaña. El centro de Madrid es uno de los lugares con mayor número de cámaras de seguridad por metro cuadrado de la capital. Revisadas todas ellas y visionadas horas y horas de grabación, en ninguna se aprecia un grupo de similares características a las mencionadas por el joven atacado. Y no sólo esos ocho hombres encapuchados sino que en ninguna grabación se aprecia un grupo de ese número de personas ni con los pocos datos descriptivos que aporta el joven. Pese a eso los trabajos de rastreo en otros dispositivos de grabación de la zona continúan.
Pero revisar las cámaras ha sido sólo una de las gestiones policiales. Los agentes, llevados por la gravedad de los hechos, han revisado todas las llamadas al 091 la tarde de los hechos. Alguien pudo haber visto algo previo a la agresión o tal vez posterior cuando los atacantes abandonaran el portal en grupo nada más agredir al chico. Nada. Ni una llamada. O nadie vio nada o si lo vio decidió no alertar a la Policía. De hecho, ni la propia víctima lo hizo. La denuncia se interpuso presencialmente en comisaría.
Como las cámaras no han ayudado ni los listados de llamadas tampoco los investigadores han tenido que gastar suela por las calles de Malasaña en busca de testigos. A esta hora no se ha encontrado a nadie que estuviera la tarde del domingo a las cinco en la zona de la agresión y que haya visto siquiera algo sospechoso.
Ante este panorama las fuentes consultadas por este periódico afirman que sin pistas de los presuntos autores no están en condiciones de plantear una motivación concreta al ataque. De hecho, eso es algo que a los investigadores policiales no les compete por el momento, por eso sus líneas de trabajo no descartan nada.
La investigación de los hechos de Malasaña recayó en la Comisaría de Centro de la Policía Nacional y desde ayer la dirige el grupo de delitos de odio de la Brigada Provincial de Información. Este grupo policial es experto en agresiones con motivación ideológica. Si algo saben estos agentes es de delitos basados en la religión, la raza o la inclinación sexual de la víctima. A esta hora fuentes de la investigación no han encontrado nada que permita vincular este execrable hecho a grupos determinados, aunque mejor citarlos a ellos mismos: “Por ahora no tenemos indicios de que haya en esta agresión involucrado como presunto autor un colectivo concreto así que haríamos mal nuestro trabajo si descartáramos todas las posibilidades”. Ojo, y este es un dato fundamental: la agresión existió porque las heridas del joven son inequívocas. Lo que se trata de sustentar ahora es cómo y por qué se produjeron, y eso es trabajo de la Policía.