España y Marruecos aplazan a febrero la cumbre tras admitir EEUU la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental

Cumbre España Marruecos
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya. Foto EP
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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La cumbre entre España y Marruecos prevista para el próximo día 17 en Rabat ha sido aplazada hasta febrero. La versión oficial es que la situación epidemiológica en el país impide su celebración. Pero el anuncio llega el mismo día que se ha sabido que Estados Unidos ha admitido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, como parte del acuerdo para que Israel y Marruecos establezcan relaciones.

El encuentro bilateral nació enquistado y con el paso de las semanas se ha ido tornando más en un encuentro incómodo que en una verdadera cumbre donde tratar los temas cruciales para los dos países. La crisis migratoria que ha convertido a Canarias en la nueva Lampedusa y las palabras de Pablo Iglesias pronunciándose sobre el Sáhara Occidental han provocado tensiones entre ambos gobiernos.

En una escueta nota, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha anunciado que la situación epidemiológica en Marruecos «impide celebrar la Reunión de Alto Nivel en las fechas previstas» y con las garantías de seguridad sanitarias que se estiman convenientes por ambas delegaciones. La nueva cita se traslada, por tanto, a febrero de 2021 para que «pueda desarrollarse con fluidez, incluyendo los encuentros habituales que son propios de una reunión de esta envergadura».

Pero lo cierto es que las tensiones, nunca reconocidas por Madrid y Rabat, han ido in crescendo en las últimas semanas. La principal, la provocada por el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, que pidió un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental, un tema tabú para Rabat que, además, hace pocas semanas vio cómo la tensión en la zona se disparaba y el Frente Polisario daba por rota la tregua con Marruecos.

El pasado 7 de diciembre el Gobierno de Pedro Sánchez anunció que Pablo Iglesias finalmente no acudiría a la cumbre. Aducían desde Moncloa que no había agenda para el ministerio del líder de Podemos y, por lo tanto, no era necesaria su presencia. Sin embargo, incluir a Iglesias en la delegación española no era del agrado del Gobierno marroquí.

El Frente Polisario declaró a principios de noviembre el estado de guerra rompiendo, de facto, el alto el fuego vigente desde 1991. El Ejército de Marruecos invadió el viernes la zona desmilitarizada del Guerguerat, fronteriza con Mauritania, para expulsar a unos 50 civiles saharauis que mantenían bloqueada la carretera desde octubre para pedir el referéndum de autodeterminación. Es la peor crisis que vive el conflicto en 30 años.

Desde aquel momento, Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, se ha manifestado en favor de presionar a Rabat para resolver un conflicto enquistado durante décadas. En concreto, Iglesias exigió a Sánchez que defendiera la causa del Sáhara en la próxima cumbre bilateral, algo que, por el momento, no parece posible dadas las tensas relaciones existentes entre el Gobierno socialcomunista y Marruecos.

Desde el Gobierno se aseguró que Iglesias se quedaría en España dado que su cartera ministerial no tiene ninguna competencia que tratar en la próxima cumbre, aunque desde el ala podemita se ha dejado caer que ha sido el propio Iglesias el que se ha borrado de la cumbre para no violentar aún más las relaciones España-Marruecos.

EEUU apoya a Marruecos

La política exterior de la administración Trump ha convertido a Marruecos en un aliado estratégico en el Mediterráneo. La venta de cazas y armamento ha estrechado las relaciones entre Washington y Rabat. Como fruto de esos acercamientos, este jueves, Donald Trump ha reconocido la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Una postural diametralmente opuesta a la defensa realizada por Iglesias, que incluso a presionado a Pedro Sánchez para que tratara directamente con el reino alauí la situación del pueblo saharaui.

El movimiento de la Casa Blanca forma parte de un acuerdo por el que Israel y Marruecos establecerán relaciones. Tel Aviv, con el apoyo de Trump, ha cambiado su política internacional. El pasado mes de septiembre, Israel y Emiratos Árabes firmaron un acuerdo histórico para normalizar relaciones. Un hecho clave para mantener la paz en Oriente Medio.

Ahora, con el posicionamiento de EEUU el reino de Mohamed VI y su figura sale enormemente reforzada y supone un bofetón para las posiciones defendidas desde Unidas Podemos, que ha salido en tromba para pedir a la comunidad internacional un posicionamiento más claro sobre el Sáhara Occidental, a la vista de la decisión tomada por Estados Unidos.

 

 

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