OKDIARIO entra en el campamento de El Lasso donde Sánchez va a hacinar a los inmigrantes en Canarias
Después de acceder al interior de las tiendas de campaña del campamento militar de Barranco Seco y comprobar en primera persona las condiciones infrahumanas en las que viven los inmigrantes ilegales, OKDIARIO vuelve a entrar en otro recinto donde el Gobierno de Pedro Sánchez tiene previsto hacinar a centenares de marroquíes y subsaharianos en los próximos días. Se trata del edificio del antiguo colegio León, situado en el barrio de El Lasso, en Las Palmas de Gran Canaria.
Todo el perímetro del colegio de Lasso está blindado por varios vigilantes de seguridad, que trabajan durante las 24 horas del día. Sin embargo, este periódico ha podido entrar y hoy revela en exclusiva el pésimo estado en el que se encuentra. El interior del colegio está repleto de paredes desprendidas y ventanas rotas, además de decenas de montañas de basura. El edificio está a pocos metros de un vertedero ilegal que investiga la Guardia Civil.
Como ha comprobado OKDIARIO, el nuevo campamento para inmigrantes ilegales de El Lasso está formado por 11 tiendas de campaña y tiene una capacidad para 700 personas. Es decir, 63 personas por cada construcción de plástico. En su interior, tan sólo hay hamacas de playa sin colchón de color verde de la marca Disc-Bed Organizer, una encima de la otra, que simulan ser literas.
Las tiendas de campaña no están lo suficientemente bien acondicionadas para que un grupo tan masivo de personas pueda vivir en su interior, ya que llevan apenas una semana desplegadas y no habiendo sido aún estrenadas, este periódico ha sido testigo de que en su interior se filtra el agua durante los días de lluvia.
El campamento ha sido desplegado en el que anteriormente fuera el aparcamiento y el campo de fútbol del colegio. Es decir, en el exterior del edificio donde hace dos años se impartían las clases, que ahora está previsto que sea usado para diversas cuestiones. Principalmente, habilitarán una de las aulas destinada a los inmigrantes ilegales que puedan estar enfermos, otra destinada al comedor y otra para que sea una sala de ocio.
A pesar de que el campamento ya está montado y listo para ser usado, el interior del edificio está lleno de montañas de basura. Actualmente hay tal cantidad de residuos que es imposible entrar al edificio. Cartones, cajas de fruta, sillas rotas, alambreras, rollos de alambres… Una lista interminable de escombros. En definitiva, elementos más propios de un desguace que de un Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE).
Estando en estas condiciones, el colegio León de Lasso fue visitado a mediados del mes de octubre por José Luis Escrivá, ministro de Seguridad Social y Migraciones, y por Augusto Hidalgo, alcalde socialista de Las Palmas de Gran Canaria. Tanto a la entrada de ambas autoridades como a su salida del recinto, los vecinos del barrio canario les mostraron su enorme enfado. Tan sólo en tres días el colegio ha sufrido una reconversión exprés que los vecinos llevaban demandando durante años.
El colegio León fue clausurado en 2018. Primero de manera provisional y más tarde de forma definitiva. La excusa que en su día dio el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria fue que debía cerrarse por los daños que habían ocasionado las intensas lluvias. Posteriormente, la Consejería de Educación de Canarias anunció su cierre decisivo alegando el “mal estado del edificio”.
Ambas instituciones, controladas por el PSOE, tomaron sendas decisiones apoyándose en un informe técnico que por el momento nadie ha visto, a pesar de las presiones de los vecinos del barrio y de los partidos de la oposición para que se hiciera público. Con esa excusa, sacaron a los 67 niños que estaban allí escolarizados y los trasladaron a otro colegio.
Estos hechos han provocado que los vecinos, indignados desde que evacuaron el colegio sin darles ninguna explicación razonable, se sientan engañados. Por su parte, el PP de Las Palmas de Gran Canaria asegura que esta situación “es una tomadura de pelo” y que las administraciones públicas de las que depende el colegio han usado “mentiras y triquiñuelas” para hacer creer a los padres que iban a realizarse las obras que necesita el colegio.
Los inmigrantes ilegales que serán trasladados al campamento de este colegio provienen del antiguo polvorín militar de Barranco Seco, donde, como publicó el pasado martes OKDIARIO, estas personas pasan frío, llevan tres días sin ducharse y no tienen luz. En ambas instalaciones los inmigrantes ilegales no podrán pasar más de 72 horas. Es decir, tres días. Después, serán puestos en libertad y podrán pasear por la ciudad.