Iglesias no acudirá a la cumbre de Marruecos tras sus declaraciones sobre el Sáhara Occidental
Pablo Iglesias no acudirá a la cumbre con Marruecos que tendrá lugar el próximo 17 de diciembre en Rabat. Fuentes del Ejecutivo aseguran que el vicepresidente del Gobierno se ‘queda en tierra’ puesto que sólo viajarán los ministros que tengan materias específicas en las relaciones Marruecos-España. Pero la realidad es que la presencia de Iglesias resultaría incómoda dado que el líder de Podemos se ha manifestado recientemente en favor del referéndum en el Sáhara, un tema espinoso que molesta especialmente a Marruecos.
El Frente Polisario declaró a principios de noviembre el estado de guerra rompiendo, de facto, el alto el fuego vigente desde 1991. El Ejército de Marruecos invadió el viernes la zona desmilitarizada del Guerguerat, fronteriza con Mauritania, para expulsar a unos 50 civiles saharauis que mantenían bloqueada la carretera desde octubre para pedir el referéndum de autodeterminación. Es la peor crisis que vive el conflicto en 30 años.
Desde aquel momento, Podemos, con Pablo Iglesias a la cabeza, se ha manifestado en favor de presionar a Rabat para resolver un conflicto enquistado durante décadas. En concreto, Iglesias exigió a Sánchez que defendiera la causa del Sáhara en la próxima cumbre bilateral, algo que, por el momento, no parece posible dadas las tensas relaciones existentes entre el Gobierno socialcomunista y Marruecos.
Ahora, desde el Gobierno se asegura que Iglesias se queda en España dado que su cartera ministerial no tiene ninguna competencia que tratar en la próxima cumbre, aunque desde el ala podemita se ha dejado caer que ha sido el propio Iglesias el que se ha borrado de la cumbre para no violentar aún más las relaciones España-Marruecos.
Pese a que desde Moncloa se asegura que no existe ningún motivo que haga pensar que hay cierto malestar en el Gobierno marroquí con las posiciones defendidas desde la vicepresidencia del Gobierno podemita, lo cierto es que a día de hoy todavía no se sabe si el Rey Mohamed VI recibirá en audiencia a los representantes del Gobierno español, una pista que sí puede denotar cierto enfado en Rabat con la posición de España sobre el Sáhara occidental y, más concretamente, con las declaraciones realizadas por Pablo Iglesias.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, aseguran que no ha habido ninguna dificultad que pudiera afectar a la relación bilateral entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el Gobierno de Marruecos.
En cualquier caso, desde el Ministerio reivindicó la Reunión de Alto Nivel (RAN), que demuestra la buena relación entre ambos países después del tratado de amistad firmado hace treinta años.
Intromisión de Iglesias
Pablo Iglesias no lo puede evitar, no puede evitar estar ante una cámara o un micrófono y demostrar que maneja información sensible a la que tiene acceso por ser vicepresidente: y el pasado lunes volvió a hacerlo al anunciar una negociación sobre el Sáhara que lleva un ministerio que no es el suyo, sino el de Arancha González Laya.
Durante su entrevista en La Sexta, Pablo Iglesias dio a conocer que el Ministerio de Exteriores está trabajando «de manera discreta» en un asunto relativo al Sáhara y Marruecos, por el que tanta preocupación ha manifestado en las últimas semanas. De tal forma que incluso sus manifestaciones fueron más allá que las del propio Gobierno, que en este asunto camina con pies de plomo al estar involucrado Marruecos.
Pablo Iglesias desveló que el Ministerio de Exteriores trabaja para que vuelva a haber un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, algo que, a su juicio, es «condición de posibilidad» para que haya diálogo y se avance en la resolución del conflicto. Un conflicto en el que España ha tejido una delicada red sustentada entre las relaciones diplomáticas con el reino de Marruecos y la histórica hermandad con el Sáhara tras el pasado colonial.
El vicepresidente Pablo Iglesias reveló que «el Ministerio de Exteriores, con mucha discreción y mano izquierda, está trabajando en esa dirección» para resolver el conflicto entre los saharauis y Marruecos. Se inmiscuye así en la labor de una compañera de Gabinete a pesar de que justo antes de desvelar la negociación ha reconocido que él no tiene competencias en este asunto y que, por lo tanto, ni entra ni se posiciona, porque es responsabilidad del presidente Pedro Sánchez y de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
En concreto, Pablo Iglesias aseguró durante su entrevista televisiva que el Ministerio de Exteriores está haciendo en algo «muy importante», de manera «discreta», que es trabajar para que haya por fin un enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, que lleva pendiente de designarse desde la dimisión en mayo del año 2019 del expresidente alemán Horst Koehler.
No ha tardado la ministra Arancha González Laya en salir a la palestra aunque ha preferido no echar leña al fuego, y ha optado por una manifestación mucho más diplomática al reseñar en el Senado que España está llevando a cabo en estos momentos «esfuerzos», junto a otros países, para ayudar a la «búsqueda y el nombramiento» de un enviado especial que pueda canalizar una negociación a nivel político.
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