Margarita Robles carga contra Iglesias por dar su «opinión personal» sobre el Sáhara al margen del Gobierno

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La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha cargado este jueves contra el vicepresidente segundo del Gobierno y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, por sus discrepancias en el asunto del Sáhara o la enmienda presentada al proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) relativa a los desahucios.

«Formar parte de un Gobierno exige también unas responsabilidades», ha advertido Robles, que cree que las diferencias deben dirimirse en el seno de la coalición y, una vez tomadas las decisiones, todos los miembros del Ejecutivo deben ser «solidarios» y salir en su defensa.

«Cualquier miembro del Gobierno puede tener sus opiniones personales, pero el Gobierno es un órgano colegiado y tiene que estar a las decisiones que se tomen», ha insistido.

En cuanto a la situación de Marruecos y el Sáhara, Robles ha subrayado que la política exterior de un Gobierno la marcan su presidente y la ministra de Asuntos Exteriores. «Eso tiene que quedar muy claro. Cualquier otro miembro del Gobierno que tenga otra posición será a título particular, pero la postura la marcan el presidente y la ministra de Asuntos Exteriores», ha avisado.

Podemos contra el Gobierno de Sánchez

Podemos ha pedido a Pedro Sánchez que el Gobierno de España defienda ante Marruecos la causa del Sáhara en pleno recrudecimiento del conflicto y con miles de marroquíes llegando en riadas a Canarias desde las costas saharauis ocupadas por Marruecos. La petición pública de Podemos al Gobierno del que forma parte se ha producido después de que diversas asociaciones saharauis en España reprocharan a la formación morada, al propio Pablo Iglesias y al PSOE haberse olvidado de su tradicional apoyo a la causa del pueblo saharaui. Los saharauis en España han sido, estos días, especialmente críticos con Iglesias como socio novedoso de izquierdas en el Gobierno de España. En el caso del PSOE, la sensación de abandono y las críticas de los saharauis se remontan a los últimos años de Felipe González y, especialmente, a los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.

El Frente Polisario declaró la semana pasada el estado de guerra rompiendo, de facto, el alto el fuego vigente desde 1991. El Ejército de Marruecos invadió el viernes la zona desmilitarizada del Guerguerat, fronteriza con Mauritania, para expulsar a unos 50 civiles saharauis que mantenían bloqueada la carretera desde octubre para pedir el referéndum de autodeterminación. Es la peor crisis que vive el conflicto en 30 años.

El mismo viernes, día 13, en un comunicado, el ministerio de Asuntos Exteriores español se limitó a «apoyar los esfuerzos del Secretario General de Naciones Unidas para garantizar el respeto del alto el fuego en el Sáhara Occidental», instando -por igual- a las partes «a retomar el proceso negociador y a avanzar hacia una solución política, justa y duradera y mutuamente aceptable según las resoluciones de la ONU». El comunicado no criticaba la entrada de Marruecos en el Guerguerat ni citaba expresamente el referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui reconocido, como ex colonia, por la ONU. Por contra, Exteriores sí se apresuró a condenar la colocación de una bandera saharaui en el consulado de Marruecos en Valencia.

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