La entrada masiva de cebollas de Senegal obliga a los agricultores españoles a tirar sus cosechas
Los agricultores hablan de situación dramática en la cosecha de este año: son incapaces de colocar sus cebollas
A pocos días de unas elecciones europeas en las que el llamado Pacto Verde europeo, que ha puesto en pie de guerra al campo, los agricultores españoles constatan un nuevo efecto de lo que denuncian como «competencia desleal» ante la venta de sus productos a los supermercados. Si la pasada semana fue el tomate nacional el que se vio superado por el tomate de Marruecos en el mercado europeo, ahora le ha tocado el turno a las cebollas tempranas españolas, cuyas cosechan se están yendo literalmente a la basura por no tener compradores: las provenientes de otros países, principalmente de Senegal, copan el mercado a un precio inferior.
Es, dicen, la peor temporada de cebolla temprana que el campo español recuerde. Toneladas de producto echado a perder, especialmente en Málaga, la zona de cultivo principal de esta modalidad. En un año donde la cosecha ha sido especialmente prolífica, incluso excesiva, no encuentran compradores dispuestos a asumir el precio siquiera sin ganancia, cubriendo gastos. La Ley de Garantía Alimentaria les impide vender por menos del precio de producción. Conclusión: a la basura toneladas y toneladas de cebollas.
En cambio, los agricultores denuncian que siguen entrando de forma masiva al mercado productos procedentes de fuera de España y de la Unión Europea. Especialmente de Senegal, donde es uno de los cultivos más potentes del campo senegalés. Pero en los lineales también hay cebollas procedentes de Chile o de Perú. Productores donde no existen las mismas reglas ni controles fitosanitarios tan estrictos, y donde el coste de mano de obra es considerablemente menor, haciendo que el agricultor español no pueda competir en igualdad de mercado.
«Lo dramático es que los agricultores se encuentran con un cultivo, con todos los gastos echados, con una grandísima calidad y que no pueden vender, por lo que están perdiéndolo todo. Insistimos en que no sirve una ley que no nos permite vender por debajo de los costes de producción, pero que no obliga a comprarnos, ni establece ninguna medida, ni para evitar la entrada de producto de fuera, ni para compensar a los agricultores con un sistema de retirada que estabilizaría el mercado», ha señalado el presidente de Asaja Málaga, Baldomero Bellido.
«Es la situación más complicada vivida en lo que va de siglo», advierten desde esta asociación de agricultores. Piden «comprar producto nacional cuando está en temporada, por su cercanía, menor huella de carbono, mejor calidad, fomentando la vida y empleo en nuestros pueblos, y sobre todo con total garantía de la trazabilidad y seguridad de lo que comemos. Es importante fijarnos en el origen del producto, -que tiene que venir claramente indicado en la estantería o en la bolsa-, y exigir, cuando estamos en temporada, -como ocurre ahora con la cebolla-, que dicho origen sea España», advierten.
Los tomates marroquíes
En el pasado mes de mayo se produjo lo que los agricultores españoles venían advirtiendo desde hace años: el tomate procedente de Marruecos vendió más toneladas en el mercado de la UE durante el primer semestre que el producido en España. Un cambio de paradigma que los agricultores españoles creen que irá a más con el llamado Pacto Verde europeo, y que en Marruecos ya se ha celebrado como un auténtico logro nacional.
«El tomate marroquí destrona al español». Con titulares así, como el de la cabecera Rue20, la prensa de Rabat recoge el hito histórico para su sector agrícola, que ha alcanzado finalmente en exportaciones al tomate español en todos los lineales de la UE. De hecho, esa era una de las previsiones del plan estratégico marroquí de cara al 2030, cuyos resultados se están incluyendo adelantando.
En el primer trimestre del año, Marruecos ha vendido un 19% más tomates que España, alcanzando los 34 millones de kilos, tal y como se refleja en la base de datos Euroestacom (ICEX-Eurostat). En apenas una década, la producción de tomates se ha disparado en Marruecos hasta alcanzar el liderazgo europeo, que ya sólo le pueden disputar los Países Bajos.
Entre las consecuencias de ese Pacto Verde que denuncian los agricultores hay varias que afectan directamente a los productores de tomate. Consecuencias que admite abiertamente la Comisión Europea, como que la superficie destinada al tomate en Europa caerá un 21,5%, y con esa caída del suelo también caerá la producción un 22% de cara al 2035.
Potencia tomatera
Marruecos tiene un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE) a través del cual tiene entrada prioritaria para sus tomates a la región. Los agricultores claman porque el tomate marroquí no está sometido a los mismos requisitos a los que están obligados los tomates españoles, lo que permite que se produzca el kilo de tomate en el país vecino a un precio de entre 10 y 12 céntimos el kilo, mientras que el español cuesta hasta cuatro veces más: entre 25 y 40 céntimos el kilo. Aprovechando esta clara injusticia, Marruecos ha desplazado al tomate español en los mercados de la UE y se ha convertido en una potencia hortofrutícola.
José Ugarrio, técnico de Asaja, denuncia en OKDIARIO la «hipocresía que existe» por parte de la UE: «A los agricultores españoles nos exigen producir con unos estándares y unos costes de producción altos y, sin embargo, todo lo que viene de Marruecos con pesticidas prohibidos no está sometido a estos requisitos».
Además, en España los costes de producción son muy altos por la mano de obra, el precio del gasoil y por los costes sociales, mientras que en Marruecos apenas existen. Además, en los agricultores españoles están obligados a usar unos fertilizantes y unos transportes muy caros que a los marroquíes les salen mucho más baratos. Entonces, «es competir con distintas normas de juego», tal y como denuncian los agricultores.