Inda: «Irene y Pablo, dejad de hacer el payaso que así no remontáis el vuelo»
Podemos cae en picado en las encuestas y su secretario general, Pablo Iglesias, es el peor valorado de los líderes políticos españoles. La única salida que ha encontrado la formación podemita es saltar de ocurrencia en ocurrencia, a cada cual más disparatada, para conseguir titulares y notoriedad.
La memez supina de las ‘portavozas’, la huelga feminista, defender ahora a los jubilados cuando en los últimos comicios se quejaban de que si no fuera por ellos ganarían las elecciones, y la última de todas, que cualquier proyecto de obra pública en España se acompañe de un informe de impacto sobre gays y lesbianas.
Las payasadas del circo de Podemos han llevado a los políticos a estar al borde del frenopático. Cargan contra España, contra el Rey, contra las grandes compañías que generan empleo y riqueza… y, en cambio, se dedican a dar lecciones de feminismo, como la tontería de pedir que las mujeres no utilicen tampones en la próxima huelga feminista, o que las abuelas no cuiden de sus nietos para luchar contra el heteropatriarcado.
Política, lo que se dice política, poca. Los profesores de la ‘complu’ llevarían a este país a la ruina en cuanto tuvieran el más mínimo control legislativo. Se está viendo en los llamados «ayuntamientos del cambio», con las Carmena, Santisteve y compañía, que gastan el dinero de todos en las propuestas más absurdas y que nada tienen que ver con el bienestar de sus conciudadanos. Mientras, las calles sucias, los atascos se multiplican y los servicios, en general, son de lo peor.
No es de extrañar que el batacazo en las últimas encuestas –entre ellas el CIS– les hayan colocado en una posición más que irrelevante en el panorama político, y que, de confirmarse los sondeos, les llevará al ostracismo en las próximas elecciones autonómicas y municipales. Porque los ciudadanos otra cosa no, pero tontos no son, y ya han calado a los podemitas.