El desafío de humanizar la tecnología, a debate en la revista ‘TELOS’ de Fundación Telefónica

El desafío de humanizar la tecnología, a debate en la revista ‘TELOS’ de Fundación Telefónica
Ilustración de la revista 'Telos', de Isabel Albertos. @ Cortesía

La tecnología es una herramienta esencial de las sociedades de la información. Ningún individuo es ajeno al uso de las nuevas herramientas tech, muchas de las cuales están implantándose en nuestras vidas a velocidad de crucero, pero sí que estamos en un momento en el que es necesario que se busquen garantías para que como ciudadanos estemos protegidos dentro de un ecosistema digitalizado.

Estas y otras cuestiones satélites en torno a los derechos digitales están analizadas en profundidad en el número 128 de la revista TELOS, un número especial de la publicación de la Fundación Telefónica donde se plantea que la tecnología ya no es sólo una herramienta, sino que también se ha convertido en un espacio donde vivimos una vida, una vida digital. Y es que tiene la capacidad de conectarnos, informarnos y facilitarnos decenas de acciones en el día a día, pero también redefine cómo pensamos, trabajamos y nos relacionamos.

Por todo ello, debemos construir una relación equilibrada con ella, donde prime el respeto y la protección de los derechos como ciudadanos digitales. «No basta con proclamar derechos en la plaza pública si se vulneran a diario en la nube. Lo primero que debe ser protegido es lo que nos define: la dignidad humana», afirma el autor invitado de esta edición, David Francisco Blanco, en su ensayo Lex Digitalis.

Tecnología y dignidad humana

A lo largo de TELOS encontramos una retahíla de voces autorizadas en digitalización y humanismo, como Jordi Pérez Colomé, Maria Luz Rodríguez, David de Francisco y Antonio Diéguez, Carme Artigas, Nuria Oliver y Cecilia Danesi, entre otros, que debaten sobre la importancia de que la tecnología esté al servicio de las personas y la democracia. Debemos pensar que la expansión acelerada de la inteligencia artificial, la neurotecnología y la automatización ha colocado a la humanidad ante un nuevo desafío: proteger la dignidad humana y los derechos fundamentales en un ecosistema digital que redefine la vida social, política, económica y cultural.

En su presentación de este número especial de TELOS, el presidente ejecutivo de Fundación Telefónica, Enrique Goñi, reivindica la Carta de Derechos Digitales como brújula para asegurar que el desarrollo tecnológico sirva a las personas y no al mercado ni al control político. En ¿Es positiva la tecnología?, por ejemplo, lo que se plantea es que la tecnología no es buena o mala de manera intrínseca, lo importante es el uso que hacemos de la misma y cómo elegimos nuestra convivencia con ella.

Elegir cómo convivir con la tecnolofgía

En este sentido, Goñi advierte sobre los efectos de la hiperconectividad e insiste en que el progreso sólo será legítimo si está guiado por los derechos humanos, a la par que defiende una gobernanza digital humanista y participativa que combine ética, competitividad e innovación, recordando que no se trata de desconfiar de la tecnología, sino de humanizarla.

Desde Red.es, su director general, Jesús Herrero, director general de Red.es, propone ubicar el norte en el ecosistema digital y analiza la transformación social provocada por la digitalización —desde la comunicación hasta el trabajo— y sus efectos colaterales: sobreexposición, brecha digital, desinformación y nuevas desigualdades.

Sostiene Herrero que habitamos una sociedad dividida entre un espacio físico regulado y un espacio digital sin normas, y urge a dotar a este último de principios éticos y jurídicos claros. Llama, además, a una reflexión colectiva y colaborativa para adaptar los derechos existentes (privacidad, igualdad, trabajo) al entorno digital y construir un ecosistema equilibrado entre innovación, justicia y convivencia democrática.

Este texto propone una genealogía de los derechos humanos desde el derecho natural hasta su reformulación en clave digital y plantea la Carta de Derechos Digitales como brújula ética y jurídica para el S. XXI. En este sentido, Blanco defiende que los derechos digitales no deben concebirse como una nueva generación, sino como una dimensión transversal que traduce y adapta los derechos clásicos —privacidad, libertad de expresión, dignidad— al lenguaje del código y los algoritmos. Insiste en que la dignidad humana debe permanecer en el centro y que la Carta sea operativa, no simbólica. Advierte, además, sobre la normalización de la extracción de datos y la pérdida de soberanía individual frente a las plataformas y los sistemas predictivos.

En un segundo espacio editorial, la revista TELOS ha invitado a la reflexión sobre la batalla por los derechos digitales y la Inteligencia Artificial, ha invitado a especialistas como Carme Artigas, Nuria Oliver y Cecilia Danesi. 

Artigas, en primer lugar, ofrece una visión estratégica y global para garantizar derechos digitales frente a las tecnologías emergentes. Subraya la urgencia de traducir las garantías clásicas al espacio digital y reclama instituciones con capacidad de supervisión, mecanismos de exigibilidad y colaboración entre ciudadanía, sector público y privado. Advierte sobre el riesgo de que la escala y la intermediación algorítmica vuelvan ineficaces los marcos tradicionales y sitúa a la ciudadanía digital en el centro de las políticas públicas.

Oliver, por su parte, plantea criterios de prudencia para centrar la inteligencia artificial en las personas, definir modelos de gobernanza de datos que permitan usos beneficiosos sin sacrificar derechos –transparencia, rendición de cuentas, privacidad– y fomentar una alfabetización digital crítica. Mientras que Danesi, en último lugar, propone la creación de un nuevo contrato social para el uso ético de la IA, basado en la rendición de cuentas algorítmica y la gobernanza digital con enfoque en derechos humanos.

Otros temas de las relaciones tecnohumanas

En Transiciones confluyentes, Jordi Jaria Manzano explora la interdependencia entre las transiciones ecológica, energética y digital, proponiendo políticas que integren sostenibilidad y tecnología y eviten una digitalización ambientalmente ciega. El mundo del trabajo es abordado por María Luz Rodríguez Fernández en Derechos digitales laborales, donde examina cómo los derechos digitales deben aplicarse en el ámbito laboral. Destaca la importancia de la participación sindical y la negociación colectiva frente a la automatización y la inteligencia artificial.

También uno de los debates más candentes en el debate público se aborda en La identidad digital: cómo demostrar quiénes somos en el espacio digital, de Paloma Llaneza, que describe la evolución hacia sistemas modulares y verificables de identidad, planteando el equilibrio entre seguridad jurídica, privacidad y experiencia de usuario.

Borja Adsuara reflexiona en Derechos digitales y ciudadanía sobre la digitalización de los derechos fundamentales. Advierte contra la confusión entre protección de datos y derechos digitales y pide una visión integral de la ciudadanía digital.

Por su parte, Clara Ruipérez de Azcárate y Fran Perea coinciden en Cultura y metaverso: nuevas narrativas para la creación, donde exploran el potencial del metaverso para transformar la creación artística y cultural y defienden la convergencia entre arte, tecnología y derechos de autor en entornos inmersivos.

En la sección Asuntos de comunicación firman tres autoras, Beatriz Escriña, Marta Montagut y Elena Herrero-Beaumont: Escriña en Comunicación institucional en tiempos de IA, analiza cómo la inteligencia artificial transforma la comunicación pública y destaca la ética, transparencia y confianza como ejes centrales. Montagut en Comunicar lo invisible: algoritmos y percepción pública, examina cómo los algoritmos moldean la opinión pública sin transparencia y defiende el derecho ciudadano a fiscalizar los procesos algorítmicos. Herrero-Beaumont en Ética algorítmica y medios de comunicación, analiza el impacto de la IA en la producción periodística y reclama estándares éticos y transparencia en el uso de algoritmos en los medios.

Los neuroderechos

En Neuroderechos y sociedad digital, Francisco Velasco Caballero analiza los retos éticos y jurídicos de la neurotecnología y sostiene que el derecho debe proteger la integridad mental y garantizar un desarrollo humano centrado en la dignidad.

En la entrevista Nos hallamos al comienzo de una revolución darwiniana de la neurociencia, el neurocientífico Rafael Yuste, conversando con Pablo Colado, advierte sobre los riesgos de la comercialización masiva de datos neuronales y pide marcos jurídicos preventivos para salvaguardar la privacidad mental frente a dispositivos capaces de descodificar pensamientos.

Educación, libertad, ética y transhumanism

El número incluye también otras entrevistas sobre educación, libertad, ética y transhumanismo. La filósofa Victoria Camps, entrevistada por Lola Delgado, bajo el título La inteligencia artificial nos ayuda, pero también limita nuestra libertad, ofrece una lectura ética de la IA: reconoce su utilidad, pero advierte que los algoritmos condicionan aprendizajes y libertad individual. Por ello, reclama educación crítica y límites regulatorios que protejan la autonomía personal.

El filósofo e historiador Michael Ignatieff, entrevistado por Laura García, reflexiona en El desafío de la libertad en una sociedad libre es pensar por uno mismo sobre la verdad y la democracia en la era digital, y señala que el principal peligro para la libertad es la tiranía de la opinión mayoritaria. El filósofo Antonio Diéguez, en conversación con Eva Catalán, en Debemos estar abiertos a la posibilidad de mejoras humanas éticamente aceptables, propone un debate equilibrado sobre el transhumanismo y advierte contra los extremos: ni fe ciega en la tecnología ni rechazo conservador.

Por su parte, el pedagogo Charles Fadel sostiene en Cargar la responsabilidad de todos los problemas de la humanidad a la educación no me parece justo, que el aprendizaje del S. XXI debe centrarse en competencias humanas complementarias a la tecnología —pensamiento crítico, ética, metacognición— y reclama que los gobiernos asuman su responsabilidad regulatoria para garantizar un uso equitativo y ético de la IA en la educación.

Digitalización e inclusión

La inclusión digital también ocupa un espacio esencial. Nacho Guadix García, en Educar en derechos digitales desde la infancia, propone la educación digital como pilar de la ciudadanía futura. María Sánchez Valle, en Inteligencia artificial: una oportunidad para la inclusión de los mayores, aborda la brecha generacional y plantea estrategias para una IA accesible.

Finalmente, Fernando Riaño Riaño y Paula Mathioux Bonilla, en La paradoja digital: avances tecnológicos y barreras persistentes, analizan la relación entre digitalización, discapacidad y derechos humanos, mostrando que el progreso tecnológico no siempre implica inclusión y reclamando accesibilidad universal y gobernanza tecnológica inclusiva.

Lo último en España

Últimas noticias