Corinna: «Mi relación con Juan Carlos era como un cuento de hadas»
Corinna Sayn-Wittgenstein desvela en el podcast Corinna y el Rey, al que ha tenido acceso OKDIARIO, que, en septiembre de 2004, ella y Juan Carlos I están locamente enamorados. “Era como un cuento de hadas”, reconoce. Sólo había transcurrido siete meses desde su primer encuentro en la finca de La Garganta. Se ven en secreto en cacerías por toda Europa o se citan en discreto en Venecia, pero la pareja prefiere verse en su nidito de amor de La Angorrilla.
Corinna recuerda: “Él conoció una forma de vida totalmente nueva. Disfrutaba de la normalidad de todo y yo tengo los pies en la tierra. Soy de las que entra en la cocina, prepara el desayuno, pone la mesa, organiza la habitación, lo ordena y creo que él no había visto algo así. Nunca”. Esa forma de ser de Corinna provoca una mayor atracción a Juan Carlos I. Rescató una vida normal, incluso, en las relaciones con el hijo de Corinna, Alexander, que juega a su alrededor o se baña en una piscina hinchable, mientras el entonces Rey cocina unas hamburguesas en la barbacoa con unos pantalones cortos de color verde que le había regalado Corinna.
La princesa alemana relata en el podcast cómo era su vida familiar con Juan Carlos I: “Él expresó en numerosas ocasiones que le encantaba la calidez de tener un fin de semana así, fuera del protocolo y fuera de las complejidades de su matrimonio. Simplemente siendo él mismo, haciendo cosas que no había hecho antes. Por ejemplo, no creo que hubiera hecho antes una barbacoa él sólo”.
La Angorrilla se convirtió “en un lugar secreto para una familia secreta, a solo unas millas de la puerta de la Reina Sofía”, según el texto de la narración del podcast. Aunque Corinna desconocía que Juan Carlos I guardaba otros secretos relacionados con su dinero y sus riquezas.
La normalidad de Corinna, posiblemente, fue la mayor atracción por la que el monarca quedó seducido. La campaña de prensa contra ella, desatada desde el CNI y la Casa del Rey, la retrataba como una Matta Hari o una mujer ambiciosa sin escrúpulos, imagen que Juan Carlos I nunca compartió.
Según el podcast Corinna y el Rey, la princesa alemana pronto se dio cuenta de que su vida ya no le pertenecía porque se relacionaba con un poderoso jefe de Estado. “Supongo que todo su equipo estaba allí para encubrirle”, relata Corinna en el podcast. Contestaba las llamadas de cualquier persona del país o del mundo y simplemente les decía qué tenían que hacer o les pedía cosas. También hubo una interminable procesión de regalos. Era como un cuento de hadas”.
La producción sonora llega a definir la unión de Corinna con Juan Carlos I como “una relación tóxica con unas señales de alarma que siempre estuvieron ahí”. Para los redactores de la narración: “Después de todo, los cuentos de hadas no son reales”.
Todo ello acabó tras el viaje a Botsuana donde Juan Carlos I sufrió un accidente. Aunque Corinna ya había roto su relación amorosa, seguía manteniendo un vínculo afectuoso con el monarca. A partir de abril de 2012 todo cambió, incluso, la princesa alemana recibió amenazas. Después se vio inmersa en un largo proceso judicial en Ginebra, del que logró salir victoriosa.