Las 3 horas de conversación en las que Casado comunicó a Álvarez de Toledo su destitución

Casado a Cayetana: «No me presiones para que sea el vicepresidente de Sánchez porque no lo voy a ser nunca»

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo estaba decidida desde hacía semanas, como prueba la publicación de las tres exclusivas de OKDIARIO adelantando el cese, aunque se consumó este lunes, en una larga charla de tres horas, convocada de urgencia en la sede nacional de Génova. En esta conversación, Pablo Casado expuso a Álvarez de Toledo las razones para su salida. La principal, la decidida apuesta de la portavoz por el Gobierno de concentración, una propuesta inaceptable para la dirección del PP, ahora enfocada en renovar su papel de oposición, moderada pero firme, de cara al nuevo curso político. «No me presiones para que sea el vicepresidente de Sánchez porque no lo voy a ser nunca», le advirtió Casado.

La insistencia de Álvarez de Toledo por esa iniciativa no era nueva. Ya lo reclamó en plenas negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para forjar su Gobierno socialcomunista. Sin embargo, y pese a conocer de sobra que irritaba a la cúpula del PP y a la plana mayor de los barones, la pidió con vehemencia. En las últimas semanas, expuso con la ligereza de un verso suelto sus razones para defender un gran acuerdo con el presidente socialista. La gota que colmó la paciencia de Casado fue la entrevista, publicada el domingo en el diario El País, en la que bajo el rotundo titular «Urge un Gobierno de concentración moral y constitucional en España» opinaba que, aunque «esas coaliciones entrañan riesgos para el partido menos votado», «en determinados momentos esos riesgos devienen en sacrificios patrióticos».

Álvarez de Toledo nunca tuvo reparos en exhibir su independencia aún a riesgo de poner en entredicho cuestiones clave para el PP o incluso dar al traste con su estrategia política. Sin embargo, esa tensión, soterrada tanto tiempo, había devenido insostenible desde hacía semanas y Casado decidió dar el golpe de mando.

Perfil renovado

La destitución de Cayetana Álvarez de Toledo enfoca al PP en un perfil renovado de cara al nuevo curso político. Como aseguró ante sus barones hace unas semanas, Casado quiere un partido centrado para ensanchar la base electoral. Eso no exime en ningún modo del «combate contra la radicalidad» del Gobierno de coalición socialcomunista con «una oposición firme y responsable, moderada en el tono y contundente en el contenido» como describió en un reciente cónclave de los ‘populares’. Una estrategia incompatible con una portavoz que, si por algo se ha caracterizado siempre, ha sido por su discurso áspero, altivo y sin concesiones y por discurrir al margen del PP.

A la vuelta del verano, la formación deberá fijar su posición ante varios importantes desafíos: el hundimiento de la economía, la pandemia del coronavirus que está lejos de haber sido vencida y la ofensiva del vicepresidente Pablo Iglesias contra la Monarquía y contra el Rey Felipe VI.

La agresividad de Pablo Iglesias deja poco margen para el entendimiento, pero la dirección nacional pretende tender la mano al Gobierno de Sánchez para alcanzar grandes acuerdos a la hora de afrontar una crisis económica sin precedentes.

En una enrarecida declaración pública, tras conocerse su destitución, Cayetana Álvarez de Toledo desveló las que, según su versión, fueron las «desdichadas» razones esgrimidas por  Casado. Defendió que «la discrepancia no es sinónimo de deslealtad» pero ella misma, desleal, arremetió directamente contra quien la colocó en la primera línea política. «Casado cree que mi concepción de la libertad es incompatible con su autoridad», llegó a decir. La ya ex portavoz del PP se quejó de que la hubiesen etiquetado de «dura» y avaló que «los partidos deben ser organizaciones de personas que trabajan desde su criterio propio».

Álvarez de Toledo aseguró además que su «actitud» ante la «negociación» de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y de los Presupuestos había sido otro de los motivos expuestos por Casado para justificar su cese. «No conozco los detalles de la negociación, pero creo que la Justicia en España es el último dique de contención contra el señor Sánchez en alianza con Podemos y los separatistas», afirmó, insinuando la existencia de una negociación en marcha.

Fuentes de la dirección del PP aseguran que Casado no negociará los Presupuestos ni tampoco el CGPJ en los términos que pretende el Gobierno. Como ya contó OKDIARIO, el líder ‘popular’ está dispuesto a hablar con Sánchez y coger el guante de una supuesta negociación sobre el ámbito judicial, pero para exigirle que vuelva al sistema recogido constitucionalmente por el que eran los propios jueces los que elegían su órgano de Gobierno.

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