CASO CDR

Los CDR terroristas acecharon la casa de la líder de Vox en Sabadell que luego atacaron encapuchados

CDR Vox
La presidenta de Vox en Sabadell, Patricia Muñoz.

Las conversaciones telefónicas grabadas por el Servicio de Información de la Guardia Civil a los nueve integrantes de la célula CDR acusada de delitos de terrorismo revelan cómo seleccionaban y acechaban a sus objetivos. Entre ellos, según las últimas pruebas incorporadas a la causa, había una dirigente de Vox: la presidenta del partido en Sabadell, Patricia Muñoz. Los CDR hablaron de una acción contra ella y de las dificultades que podría entrañar debido a las cámaras de seguridad que tiene en su vivienda. Meses después de aquella conversación, su casa fue atacada. Cuando el acoso llegó a su hijo en el colegio, decidió hacer las maletas e irse de Cataluña.

Uno de marzo de 2019, 19:52 horas. El sistema de intervención y grabación de comunicaciones de la Guardia Civil que monitoriza los teléfonos de los sospechosos CDR se activa. El móvil de uno de los encausados, Guillem Xavier Duch Palau, aliasTxevi’, está recibiendo una llamada. Al otro lado del auricular está Miguel F. T., otro conocido CDR. El minuto de llamada queda registrado en las transcripciones de los agentes.

MIGUEL F.T.: «¿Sabes que en la calle [omitido] de Sabadell hay una vecina que tiene en su balcón una bandera de Vox

DUCH: «Sí, es la presidenta de Vox de aquí».

A continuación, ambos hablan sobre la posibilidad de realizar algún tipo de acción. En aquellos momentos, la célula CDR ya preparaba otros golpes de altura, como el asalto al Parlament o el ataque y sabotaje a cuarteles de la Guardia Civil, del Gobierno militar o de estaciones eléctricas mediante el empleo de explosivos. Y también recopilaban información de altos cargos políticos contrarios a la independencia, como Pablo Casado. Unos planes que requerían un enorme esfuerzo de discreción por parte de los involucrados.

Es por ello que ‘Txevi’ pone sobre la mesa a su interlocutor los riesgos para la seguridad de los CDR (y sus planes futuros) que podría tener una acción así, teniendo en cuenta que la vivienda de la líder de Vox en Sabadell cuenta con sistemas de vigilancia.

Conversan sobre ello: en los dos jarrones que hay en ese balcón han colocado cámaras de grabación. Graban las 24 horas del día. Un detalle que no pasa desapercibido para la Guardia Civil, ya que indica que los CDR han realizado labores de inteligencia y vigilancia a la vivienda. La han acechado.

Una diana y un ataque

El CDR Duch le comunica a su interlocutor que su grupo desiste de hacer nada contra esa vivienda por las circunstancias expuestas, que supondrían un riesgo para los planes futuros del grupo. Ellos, dice, «ni se acercarán por allí». En cualquier caso, serán otros quienes realicen algún tipo de acción.

Y finalmente llegó. Sólo cuatro meses después, el 17 de julio, la casa de Patricia Muñoz fue atacada por encapuchados. Varias personas sin identificar lanzaron pintura amarilla y roja contra la fachada de la vivienda. En las inmediaciones aparecieron pintadas: «¡Puta fascista!».

Aquello no le pilló por sorpresa. Sólo unos meses antes, en mayo, habían pintado una diana frente a su domicilio, acompañada de una amenaza: ‘Patricia Muñoz fuera de Sabadell’.

vox diana
Una diana pintada por los CDR en la vivienda de Patricia Muñoz.

OKDIARIO ha podido localizar a Muñoz sobre la aparición de su nombre en estas transcripciones de los CDR. Nadie le había comunicado nada hasta ahora, al igual que han denunciado otros señalados como Pablo Casado. Se entera de los detalles de su señalamiento  por la llamada de este periódico. No muestra extrañeza. «El acoso y los ataques han sido constantes, durante todo el estado de alarma también. Lanzan huevos, huevos con pintura y hacen pintadas en la acera y columnas», advierte.

De hecho, asegura, echando la vista atrás recuerda que por aquel entonces (primavera de 2019) veía gente «merodeando» por los alrededores de su casa. Algo que con el tiempo se convirtió en habitual. Casi siempre son «chavales jóvenes en bicicleta, con pasamontañas y mochilas», asegura.

«Me cansé de denunciar»

«En 2020 ya me cansé de denunciar, porque perdía el tiempo llevando pruebas a los Mossos, poniendo denuncias… y no conseguía nada». La situación se fue agravando hasta que llegó a un punto insostenible. Su hijo comenzó a sufrir el acoso del separatismo en el colegio, y Muñoz decidió hacer las maletas y abandonar Sabadell. Irse de Cataluña.

Ahora vive en otra provincia, a cientos de kilómetros de distancia. No quiere que trascienda dónde. Allí, dice, puede abrir su tienda a pie de calle sin que nadie la ataque. Ha recuperado la tranquilidad. «Y mi hijo ya no es acosado en el colegio, como en Sabadell», concluye.

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