Los CDR tenían idéntico material al empleado por los yihadistas de la Rambla para hacer sus explosivos
La Audiencia Nacional ha reactivado la instrucción del caso de los siete CDR detenidos con explosivos en septiembre de 2019. Lo ha hecho tras recibir un nuevo informe técnico del Servicio de Información de la Guardia Civil en el que se apunta a que los imputados tenían material suficiente como para fabricar ‘TATP’, el explosivo casero ‘favorito’ de los yihadistas. Una sustancia que recibe el sobrenombre de ‘La madre de Satán’ y es tan inestable que puede detonarse accidentalmente durante su fabricación, como le ocurrió a la célula terrorista de Las Ramblas en su chalet de Alcanar (Tarragona).
Los CDR imputados por terrorismo estaban capacitados y disponían del material suficiente como para fabricar una cantidad significativa de triperóxido de triacetona, conocido por sus siglas como TATP. Un potente explosivo con el que podrían haber cometido grandes estragos.
Expertos en explosivos del Servicio de Información de la Guardia Civil, la unidad que siguió durante más de año y medio a los siete integrantes de la presunta célula terrorista de los CDR que busca actuar ante la sentencia del ‘procès’, han aportado recientemente nuevas pruebas ante la Audiencia Nacional.
En un documento de 46 páginas que ya obra en manos del juez que instruye la causa, Manuel García-Castellón, detallan la lista de sustancias y artilugios que les fueron incautados en los registros de detención y presentan todas las opciones de explosivos que se pueden fabricar con ese material. OKDIARIO ha tenido acceso al informe.
«Manual de Cocina del Anarquista»
El objetivo de los investigadores con este nuevo análisis es determinar «en base a las sustancias químicas y efectos adquiridos por los investigados, exponer las síntesis caseras de explosivos que podrían estar llevando a cabo». Y apuntan a que los presuntos terroristas podrían haber tenido acceso a una copia del ‘Manual de Cocina del Anarquista’, un archivo que lleva años circulando por internet y que detalla el proceso de fabricación de numerosos explosivos.
El informe recuerda que a los detenidos se les incautaron 25 litros de ácido sulfúrico, 25 litros de ácido nítrico, 25 litros de ácido clorhídrico, 25 litros de amoniaco, 1 litro de formol, nitrato de potasio al 99,8%, sulfato de socio y cocamida, entre otras sustancias. También se les intervino sustancias precursoras de explosivos como parafina, virutas de hierro, ralladura de óxido de hierro y abundante material de laboratorio.
Como figura en el informe de la Guardia Civil incorporado al sumario, el ‘taller’ en el que realizaban pruebas los tres integrantes del núcleo productor (Jordi Ros, Alexis Codina y Germinal Tomás Abueso, hoy en libertad) era semejante a otras ‘cocinas’ de explosivos que habían visto en otras células terroristas.
Los investigadores apuntan a que con todo ese material, este ‘comando’ CDR podría haber fabricado artefactos explosivos como nitrato de amonio, termita (reconocieron a OKDIARIO haber hecho pruebas con esta sustancia), ANFO, nitrocelulosa, RDX (citronito, de uso militar), nitro-almidón, ácido pícrico, botellas químicas de fuego (cócteles molotv avanzados) o, lo más sorprendente, triperóxido de triacetona. ‘La madre de Satán’.
«La madre de Satán»
Este material, refleja el informe, «es una sustancia altamente explosiva que puede fabricarse con productos de uso doméstico». «Se trata de un material muy inestable, que no necesita detonador para explotar. Normalmente se puede hacer explotar mediante una pequeña chispa o, simplemente, por percusión (un golpe). Además son muy difíciles de detectar en un control rutinario de acceso a un recinto, ya que se pueden ocultar de una forma bastante eficiente. El TATP tiene una potencia similar, o incluso superior, a la dinamita».
Según los expertos del Servicio de Información, «se detectó en la casa sita en la calle (…) a Alexis Codina sacando unos recipientes que puso a secar al sol, los cuales contenían una sustancia negra. Este procedimiento es coherente con la utilización de superficies planas para el secado. Además, se expone el uso de filtros por los investigados».
El explosivo favorito del yihadismo
‘La madre de Satán’ se ha hecho tristemente célebre en los últimos años, ya que es uno de los explosivos a los que han recurrido multitud de células yihadistas para cometer sus atentados por todo el mundo. Ha estado presente en algunos de los ataques más graves de la última década en suelo europeo, como el de Bataclán, el del aeropuerto de Bruselas o el del concierto de Manchester. Y a punto estuvo provocar una masacre en Barcelona.
La célula que atentó con un vehículo en Las Rambas el 17 de agosto de 2017, y que luego volvió a intentarlo en Cambrils, tenía previsto colocar una gran cantidad de explosivo en una zona turística de Barcelona y hacerlo estallar. El alcance del atentado pudo ser devastador, pero la inestabilidad del explosivo -por ello es conocido como ‘La madre de Satán- hizo volar por los aires el chalet de Alcanar donde la célula lo estaba fabricando. El atropello masivo en el centro de Barcelona fue, de hecho, un ‘plan B’ ante la inesperada detonación de su ‘cuartel general’.
La explosión de Alcanar
Los expertos en la lucha antiterrorista consideraron que la inexperiencia y las prisas de los yihadistas de Ripoll por secar el TATP les hizo cometer la imprudencia de mover en exceso la sustancia, provocando la explosión de la casa-laboratorio de Alcanar, donde tenían listos para su uso más de 100 kilos de explosivos.
Los terroristas de la célula que atentó en Barcelona y Cambrils el 17 de agosto habían planificado un ataque sin precedentes en Europa utilizando el explosivo habitual en los atentados del grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (ISIS) para, con ayuda de tres furgonetas, sembrar el caos en varios puntos turísticos de gran afluencia.
La explosión de la casa la noche anterior, el día 16, provocó que Younes Abouyaaqoub utilizara una de las furgonetas para precipitarse por La Rambla de Barcelona. Otros cinco terroristas fueron abatidos en el paseo marítimo de Cambrils cuando trataban de replicar las escenas de pánico con un coche Audi A-3.