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Los CDR que Sánchez va a liberar vía Fiscalía tenían preparada su fuga ‘a lo Puigdemont’

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La Guardia Civil entrando en el taller de explosivos de los CDR.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha solicitado la libertad bajo fianza de cuatro de los siete CDR detenidos en septiembre en posesión de explosivos. En la decisión, que llega en plenas negociaciones de Pedro Sánchez con el separatismo para su investidura, no se ha tenido en cuenta que los acusados tenían planes para fugarse en caso de ser descubiertos. Así figura en los pinchazos del Servicio de Información de la Guardia Civil.

En apenas un mes, la Fiscalía ha pasado de ver grave riesgo de fuga si los CDR terroristas eran liberados a pedir que se deje en la calle a cuatro de ellos con una fianza de 9.000 euros, como adelantó en exclusiva OKDIARIO. Al parecer, ya no se aprecia riesgo de una fuga que, sin embargo, los CDR ya tenían planificada tal y como consta en el sumario del caso.

El pasado 6 de septiembre, los agentes de la Guardia Civil que seguían la pista a los CDR acusados de terrorismo interceptan una llamada telefónica en el smartphone de Jordi Ros. El cabecilla del ‘núcleo productor’ que estaba al frente de la compra y fabricación de explosivos para atentar tras la sentencia del ‘Procés’.

«Me voy de excursión»

La interlocutora en esa llamada es una mujer, identificada como ‘Alma’, con la que Ros habla de cuestiones organizativas internas de los CDR, su financiación y la «hucha antirepre». Una clara referencia a los fondos económicos que los Comités de Defensa de la República disponen para hacer frente a los problemas legales de sus activistas.

Entonces, en plena conversación, Ros dice una palabra que enciende todas las alertas en el Servicio de Información de la Guardia Civil: «Excursión». Una mención velada y en clave a un plan de fuga. «Entiendo lo que significa», le dice su interlocutora. Ros hace hincapié en el asunto, advirtiendo que no puede irse «de excursión sin mochila, por lo menos que se pueda pagar el desayuno y el café».

Los agentes de Información de la Guardia Civil que escuchaban al otro lado -y que luego lo plasmaron en el sumario judicial del caso- también entendieron perfectamente la jerga: la excursión era la fuga, la mochila era el dinero y el desayuno y el café era su manutención tras la fuga. Más de un año y medio escuchando todas sus conversaciones les permitía comprender el vocabulario en clave con el que se comunicaba la célula.

Al conocer los planes de fuga y la inminencia de la sentencia del Procès, la operación de la Guardia Civil se precipitó. El 23 de septiembre, miembros de élite la Unidad Especial de Intervención asaltaban una decena de domicilios y detenían a nueve personas. Siete de ellas, los miembros del comando CDR, fueron enviadas a prisión preventiva por decisión del juez Manuel García-Castellón.

«Elevado riesgo de fuga»

El pasado mes de noviembre, la Fiscalía de la Audiencia Nacional solicitaba mantener en prisión a cinco de los siete CDR detenidos por delitos de terrorismo. Solo estos cinco lo habían solicitado. Fiscalía alegó ante el juez que temía que se fuguen como hizo el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont.

Fuentes judiciales consultadas por OKDIARIO explicaban que el Ministerio Público argumentó su solicitud en el elevado riesgo de fuga de los detenidos, quienes podrían huir si se encontrasen en libertad debido a las penas que acarrean los delitos que le imputan: pertenencia a organización terrorista, fabricación y tenencia de explosivos y conspiración para causar estragos.

A esto, la Fiscalía suma otros perjuicios que supondrían dejarles en libertad como la destrucción de pruebas y la reiteración delictiva. Un escenario de riesgo que parece haber desaparecido ahora, tan solo un mes después, en plenas negociaciones de Sánchez con unas fuerzas políticas separatistas que exigen insistentemente la liberación de los CDR.

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