Carmen Calvo, vicepresidenta y ministra de Igualdad: «Hablo por teléfono con alcaldes en bragas»
Carmen Calvo será a partir de las próximas horas la nueva vicepresidenta del Gobierno. Esta cordobesa de 61 años se convertirá así en la mano derecha de Pedro Sánchez en el Palacio de la Moncloa, en su segunda experiencia en el Gobierno de España. Fue ministra de Cultura con José Luís Rodríguez Zapatero. Durante su etapa, Calvo dejó frases para la posteridad, que dichas por un político de otro color hubieran sido muy criticadas. Por ejemplo, el 29 de marzo del 2004, la entonces ministra de Cultura dijo: «Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie». Como si cayera del cielo con la lluvia, Calvo se apuntó al gasto incontrolado de Zapatero con la construcción de auditorios y teatros con capacidad para el doble de los ciudadanos censados en según qué municipios. Años más tarde, esa bacanal contribuyó a la crisis financiera y económica más salvaje de la democracia española.
Durante su etapa como ministra, Carmen Calvo espeto más frases poco acordes con el nivel y un perfil de una ministra de Cultura o una vicepresidenta del Gobierno. En este sentido, a Calvo se le ha oído decir que «deseo que la UNESCO legisle para todos los planetas», que «un concierto de rock en español hace más para el castellano que el instituto Cervantes» o que «el libro es muy útil porque no se le agotan las pilas».
En el terreno más personal, la mujer de confianza de Pedro Sánchez se sinceraba diciendo: «Yo transmito que soy muy yo, y que voy de yo por la vida. Soy una tía a la que no doblan. Yo no renuncio a mis vaqueros ni a nada. Cuando deje de ser ministra seguiré siendo yo, que es mi verdadero cargo». Calvo también reconoció en abril del 2005 en el transcurso de una cena homenaje al actor Miguel Ángel Solá: «Me gusta madrugar para poder pasar más rato en el baño: allí leo el periódico, oigo la radio, oigo música» e incluso, llegó a decir «hablo por teléfono con alcaldes, ¡en bragas!».