Batet no quiere más abucheos a Sánchez: blindará el Congreso para el Día de la Constitución
La presidenta del Congreso de los Diputados, la socialista Meritxell Batet, ya prepara la celebración del tradicional acto del Día de la Constitución que este año por segunda vez consecutiva -debido a la pandemia- tendrá lugar en el exterior del Palacio, según ha podido saber OKDIARIO de fuentes parlamentarias. Un dispositivo que beneficiará a Pedro Sánchez en tanto los viandantes permanecerán alejados de la entrada del Congreso, donde otras veces se congregan para abuchear al presidente del Gobierno cuando llega por la Carrera de San Jerónimo en una comitiva de coches oficiales.
Hasta el año pasado, este acto de homenaje a la Constitución se desarrollaba en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara baja, mientras que el de recuerdo a las víctimas del terrorismo sí lo acoge el Pleno, como ocurrió el pasado junio. Ahora, el aforo máximo está establecido en un 75% (de los 350 diputados) en el Pleno y sólo está autorizado el 100% de presencialidad para las votaciones.
Con todo, Batet volverá a sacar el acto a la calle, pero eso sí, con un perímetro policial de seguridad similar al de 2020, cuyo despliegue será competencia de Interior y de la Delegación del Gobierno, señalan las fuentes citadas. Hace un año se fijó un doble cordón que cortó la Carrera de San Jerónimo de arriba a abajo, desde Cedaceros hasta la Plaza de Neptuno, e impidió los accesos a la Plaza de las Cortes. También hubo limitaciones a la cobertura de prensa.
En concreto, hubo un primer cordón policial resguardando a protagonistas e invitados (alrededor de 200 participantes) delante de la Puerta de los Leones, y luego otro, cortando las calles adyacentes con efectivos policiales. Además, el acto sólo pudo ser retransmitido por la señal institucional del Congreso y únicamente tuvieron acceso al lugar acotado varios reporteros gráficos.
Pese a ello, un centenar de personas se congregaron en la Plaza de Neptuno el 6-D y gritaron «¡traidor, traidor!» a Pedro Sánchez justo al término del breve acto oficial celebrado en la escalinata exterior del Congreso. Los manifestantes aguardaron a la salida de Sánchez en coche oficial para reprenderle por su pacto presupuestario con los independentistas catalanes y los proetarras de EH Bildu. Los mismos socios con los que el Gobierno de PSOE-Podemos ha acordado el apoyo a las nuevas cuentas de 2022.
La pitada del 12-O
En los últimos meses, los pitos y abucheos de la calle a Pedro Sánchez y su gestión se han multiplicado con creces. No sólo en Madrid, sino en distintos puntos del país a los que ha viajado el presidente para cumplir con su agenda de Moncloa o para asistir a actos del PSOE. El precedente más sonado fue la monumental pitada que recibió el pasado 12 de octubre en el Desfile de la Fiesta Nacional donde trató de huir de los gritos de «¡Dimisión!» y «¡Fuera! ¡Fuera!» buscando refugio cerca de los Reyes, que sí recibieron aplausos.
Tan sólo dos días después del 12-O, Sánchez volvió a ser abucheado en una visita al Real Monasterio de Yuste (Cáceres) para asistir a la entrega del XIV Premio Europeo Carlos V a la canciller alemana, Angela Merkel, una ceremonia que estuvo presidida por el Rey Felipe VI. El jefe del Ejecutivo socialcomunista también recibió pitadas en Guadalajara, Salamanca, Ceuta, Cáceres, Granada, Alcalá de Henares o Trujillo, entre otras localidades.