Una auditoría interna revela que Podemos está «masculinizado» y tiene más mujeres en precario
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Mientras Podemos sermonea con el feminismo, un demoledor informe interno tumba todo su discurso sobre la igualdad. El propio partido reconoce con preocupación que está «masculinizado», que las mujeres ocupan puestos más precarios, que existe «brecha salarial» y que tiene el doble de hombres que de mujeres «en los puestos de máxima responsabilidad». El documento -Plan de Igualdad- fue elaborado en marzo de 2020, ya con Podemos en el Gobierno y con Irene Montero lanzando sus consignas feministas, pero la formación le otorga plena vigencia, pues acaba de ser revelado ahora en los canales del partido.
El informe recoge las principales medidas dirigidas a «evitar cualquier tipo de discriminación laboral entre mujeres y hombres» tras las notables deficiencias observadas. Para ello, la formación elaboró un diagnóstico de la situación a través de encuestas a sus trabajadores y entrevistas grupales. El resultado del análisis fue francamente mejorable para un partido que alardea de feminista.
«Plantilla masculinizada»
Podemos admite abiertamente que en el partido existen «una serie de problemas claramente identificados». Por un lado, «la existencia de una plantilla masculinizada, con una diferencia de casi 10 puntos entre hombres y mujeres». Además, reconoce que esta «masculinización es especialmente notoria en las franjas de mayor responsabilidad».
También «se observa una desigualdad en la distribución de la plantilla entre tipos de jornada, con más hombres que mujeres a jornada completa y más mujeres que hombres a jornada parcial». O «una clara segregación horizontal» pues «los equipos técnicos tienden a estar masculinizados».
Problema para conciliar
«En cuanto a la conciliación de la vida laboral y personal, si bien en las entrevistas se ha obtenido que la plantilla está satisfecha, queda patente el problema de la desconexión fuera del horario laboral, que afecta a todas las personas integrantes de la plantilla por igual», reconoce también la formación morada.
Por otro lado, de las entrevistas con los empleados «se sustrae con claridad un problema de comunicación, pues existe una brecha comunicativa entre lo que la organización informa y lo que perciben los trabajadores». En este punto, los trabajadores señalan, por ejemplo, su «desconocimiento» sobre el protocolo frente a «conductas machistas y LGTBIfóbicas». La plantilla considera además que «la vía del formulario prevista por el protocolo para iniciar el proceso» de denuncia «es fría y poco personal».
A lo largo del informe, Podemos admite sus propias contradicciones, como que la plantilla está «desequilibrada» pese a «reconocer en los documentos oficiales su voluntad manifiesta de alcanzar la paridad absoluta».
«Durante el último año se ha disparado la masculinización de la plantilla si se tiene en cuenta que solo se han incorporado nueve mujeres, en contraposición a los veintiún trabajadores varones que han entrado a formar parte de la organización», se destaca en el informe, elaborado justo un mes después de su llegada al Gobierno.
«Masculinización jerárquica»
Uno de los problemas que inquieta especialmente a Podemos es el de la «masculinización jerárquica» en su plantilla, es decir, la presencia de más hombres que mujeres en los puestos de mando.
En este sentido, se recoge que «las categorías o dedicaciones más altas en la organización las desempeñan casi un 6 % de las mujeres contratadas y casi un 12 % de los hombres» y «esto supone un desfase del doble porcentual de hombres que de mujeres en los puestos de máxima responsabilidad».
En cuanto a la precariedad laboral, las mujeres en Podemos son las más perjudicadas, pues, según el propio partido, «existe una prevalencia masculina en la contratación indefinida a tiempo completo, mientras que, en la contratación indefinida a tiempo parcial, no sólo predominan las mujeres, sino que además el salto entre géneros es el mayor de todas las categorías (4,19 %)».
«En conclusión, no sólo hay menos mujeres contratadas que hombres, sino que, en categorías con mayor responsabilidad, el porcentaje de estas es mucho menor. Esta evidente masculinización jerárquica de la organización tiene una consecuencia lógica en materia salarial: si un porcentaje mayor de los trabajadores en términos relativos accede a los puestos más altos y, por lo tanto, a los mejor retribuidos, eso se traducirá, necesariamente, en cierta brecha salarial a favor de la plantilla masculina», concluye Podemos.
Con este escenario, se proponen varias medidas urgentes, como «introducir la perspectiva de género en todas las áreas», «incorporar criterios de igualdad en los procesos de selección», «favorecer el acceso de las mujeres a todas las categorías y funciones, especialmente a aquellas en las que se encuentren infrarrepresentadas», «garantizar que las retribuciones medias de hombres y mujeres sean iguales» o «fomentar el acceso de mujeres a las escalas retributivas más altas para acabar con la brecha salarial asociada a la segregación jerárquica». Podemos también ve necesario «garantizar la total desconexión de trabajadores y trabajadoras» y «generar espacios de confianza en los que se pueda tratar el tema de acoso».